Al yo-yó

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Es un juego preferentemente practicado por las niñas y se ha recogido en casi la totalidad de las localidades encuestadas.

Los yo-yós son dos discos de unos 8 cms. de diámetro unidos en su parte central interior por un eje corto de 0,50 cms. aproximadamente, en el que se sujeta uno de los extremos de una cuerda delgada de un metro de largo más o menos, mientras que al otro extremo se le hace una anilla para introducir el dedo corazón.

En épocas anteriores han sido fabricados por las propias niñas con dos botones grandes que se unían juntando las dos caras interiores. Se cosían los botones, pasándoles un hilo un poco grueso que hacía de eje central. Hoy día se adquieren en los comercios y antaño a las vendedoras ambulantes, marchanteras. (Amézaga de Zuya, Laguardia, Moreda, Pipaón, Salvatierra A; Durango, Galdames-B; Allo, Artajona, Lekunberri, Obanos-N).

El juego consiste en coger en la mano el yoyó con la cuerda enrollada sobre su eje y sujeta al dedo por la anilla, impulsarlo hacia abajo y recogerlo por tracción, haciendo que la cuerda quede enroscada en el eje, para volver a impulsarlo hacia abajo reiteradamente y recuperarlo enroscándolo.

En Valdegovía (A) las niñas muy hábiles hacen con el yo-yó variadas filigranas. En Lezama (B) las que lo manejan con destreza consiguen controlar tanto el impulso que lo dirigen a su antojo llegando a hacer figuras muy distintas que simulan al perro, al gato, etc.

En Viana (N) se juega a dormirlo que consiste en desenroscar el hilo y dejar el yo-yó quieto unos instantes para darle a continuación un pequeño toque y volver a enroscarlo rápidamente. En Muskiz (B) los más hábiles jugaban enroscando el yo-yó en horizontal y no se les paraba aunque hicieran movimientos complicados.

En Obanos (N), a principios de siglo, mientras lo enrollaban y desenrollaban recitaban la siguiente cantinela:

Tengo un yo-yó,
tengo un yo-yó
que a nadie se lo daría,
tengo un yo-yó,
tengo un yo-yó
más que a mi tía María.

Y también esta otra:

Tengo un yo-yó,
que sube y baja, María.

Además de en las localidades citadas se ha recogido este juego en Gamboa, Laguardia, Mendiola y Narvaja (A). En Allo (N) fue entretenimiento habitual entre las chicas de todas las generaciones y en Izal y Murchante (N) se jugó en la década de los sesenta, pero hoy día está en desuso.