A la quiquiricaina
Se practica en Apellániz (A). Se pone una de ama y las demás en fila, y van pasando delante del ama llamando:
- — Tan, tan.
- — Quién llama?
- — La luna.
- — ¿Qué quieres?
- — Pan y queso.
Entonces el ama le dice que suba: «¿A dónde?» le contesta la niña y entonces le manda a tal esquina, árbol, etc. Así van pasando todas las que juegan hasta que las distribuye en distintos sitios. A continuación tras el grito del ama: «¡A la quiquiricaina!» se establece este diálogo:
- — ¿Encima de quién?
- — Encima de Inés también.
Y todas corren a pillar a la que ha nombrado el ama.
En Portugalete (B) también se conoce este juego pero con una variante al final del mismo: Una vez que la madre ha dicho el nombre de un niño, el que se queda va en busca de éste y juntos se dirigen hacia el lugar donde está la madre mientras el resto de jugadores les vapulea.