A dejar las tabas plantadas
En varias localidades navarras se ha recogido una modalidad similar a la común donde la peculiaridad principal reside en que a la preparación de la siguiente jugada denominan «plantar» la taba, aunque el propio desarrollo del juego también presenta algunas pequeñas variaciones.
En Izurdiaga (N) se jugaba a la modalidad conocida como «A coger y plantar». Se comenzaba tirando las tabas al suelo y se debía coger una taba con la mano y a la vez con esa misma mano y sin soltar la taba cogida, colocar del lado que se estaba jugando la taba más próxima; en la siguiente jugada se tomaba la taba plantada (es decir que ya había sido puesta hacia el lado correspondiente) en la anterior jugada y se plantaba otra, así hasta recoger las doce tabas. Una vez recogidas se seguía el mismo proceso pero con la siguiente cara.
En Obanos (N), las variantes recogidas de esta modalidad de juego son:
A planta y una: Consistía en colocar las cuatro tabas del mismo lado, es decir, primero todas a carnes, luego a huesos, después a palas y por último a hoyos. Para ello se lanzaba la pelota en alto y se plantaban las tabas del lado que tocara mientras caía la pelota con bote. Se podía tirar hasta tres veces la pelota para plantar cada cara lo que suponía un máximo de 12 tiradas. La que conseguía plantarlas con menor número de tiradas, ganaba. Cuando una jugadora no conseguía plantarlas en el número de tirallas permitidas, daba paso a la siguiente. Al jugar de nuevo proseguía en el punto en el que lo había interrumpido.
A planta y dos: Consistía en coger una y en la misma jugada dejar plantada otra, para lo cual la primera vez que se tira la pelota debían plantar dos de golpe.
A planta y tres: Igual que en la suerte anterior pero dejando dos plantadas al coger una.
A planta y cuatro: Igual que en el caso anterior pero dejando tres plantadas que se recogerán de golpe.
Cuando se supera esta primera fase de plantar, se empieza a planta y una pero sin bote por lo cual se ha de tirar la pelota más alta para que dé tiempo a ir colocando las tabas.
Otra modalidad que recuerdan las mayores que se jugaba en los años veinte y treinta consistía en ir plantando las tabas como en la primera fase descrita, primero a carne, luego a huesos, etc. Una vez plantadas a cada una de estas suertes se hace un arco apoyando el pulgar y el índice de la mano izquierda. Se hará pasar cada taba bajo el arco mientras se tira la pelota y se tararea:
- Pasa, pasa, Nicolasa,
- por la puerta de tu casa.
Las tabas deben dejarse plantadas a la cara que se está jugando, si al pasar por el arco se dan la vuelta, se pierde. Una de las informantes recuerda que apoyaban las yemas de los cinco dedos de la mano izquierda y pasaban las tabas bajo cada uno de ellos.
Otra cantinela de esta misma fase es:
- La gallina
- como es tan fina,
- pone huevos
- en la cocina,
- pone uno, pone dos,
- pone tres, pone cuatro,
- pone ocho
- con pan y bizcocho.
Al decir el último verso se recogen de golpe las cuatro tabas plantadas que se habían pasado por entre los dedos.
Otra variante de la recitación:
- La gallina
- como es tan fina,
- pone huevos
- en la cocina,
- pone uno, dos, tres
- en la fiesta de San Andrés,
- pone cuatro, pone cinco, pone seis,
- pone siete, pone ocho
- con pan y bizcocho.
En Sangüesa (N), además de a las cuatro posiciones culo, carnes, hoyicos y tablas se han recogido también las modalidades descritas en Obanos (N) de plantar una en una posición y coger otra en esa posición, después plantar dos y coger una, etc.
En San Martín de Unx (N) se ha recogido una modalidad en la que las caras anchas de las tabas eran olla y carne y las estrechas, cara y culo. Cada jugadora tenía igual número de tabas y una pelota pequeña de goma. Echaba las tabas al suelo, que caían en distintas posiciones, y tiraba al aire y bien alta la pelotica de goma. Mientras subía y botaba la pelota, y antes de retornarla, debían plantarse todas las tabas de cara. Si no era posible hacerlo a la primera tirada, podían hacerse hasta dos tiradas más. Si después de ello no se conseguía plantarlas, o si la pelota caía lejos o sobre otra jugadora, se perdía la tirada. En este juego, no se ganaban las tabas. Se consideraba un simple entretenimiento.