A la aceitera
Este juego recogido en Lezaun (N) se desarrolla igual que el de «A San Juan de Matuté». Lo jugaban principalmente las niñas y la letra que se cantaba decía:
- A la aceitera
- a la vinagrera,
- a escoriar,
- a amagar y no pegar.
- Pegar sin reír,
- pegar sin hablar,
- pegar cuatro golpitos
- y marchar a escapar.
Pegaban todas unas palmadas y marchaban a esconderse. Al rato, el abuelo decía «¿estáis?». Cuando contestaban afirmativamente, quien la pagaba marchaba a buscarlas.
En Pipaón (A) para este mismo juego se cantaba una versión algo distinta a la anterior:
- Aceitera
- magrera
- ras con ras
- amar y no dar.
- Dar sin duelo,
- que se murió
- mi abuelo.
- Dar sin hablar,
- que se murió
- mi tío Baltasar.
- Dar sin reir,
- que se murió
- mi tío Crispín.
- Un pillisco
- y echar a volar.
En Lagrán (A)[1] encontramos una canción con algunas variantes respecto de la versión anterior. Así los cuatro primeros versos son coincidentes y los restantes dicen así:
- .......................
- Dar sin duelo
- que se ha muerto
- mi «agüelo».
- Dar sin reír
- dar sin hablar
- pajaritos a esconder
- que la madre va a pacer.
- Irá, ira, irá y a todos pillará.
En Apellániz (A) el juego se denomina «A la ballenera», en razón a su primer verso que da nombre al juego.
- A la ballenera
- a la aceitera
- a descurriar,
- amargar y no dar,
- a dar sin duelo,
- que se ha muerto mi abuelo;
- a dar sin hablar,
- que se ha muerto Blas;
- a dar sin reír,
- que se ha muerto Luis.
- Pajaritos a esconder
- que la liebre va a correr
- que va, que va, que va y que va.
En Artieda (N) se ha recogido la siguiente variante del juego: Un chico se sienta y otro apoya la cabeza en sus rodillas. Todos los demás pegan en la espalda del segundo, al tiempo que dicen: «Aceitera, vinagrera, escorial, cuatro granicos de maíz, ocho». En este momento, el que está sentado dice: «Pegar y callar» y siguen los demás:
- Al son de las esquilicas,
- que bailen las raticas;
- al son de los esquilones,
- que bailen los ratones.
- Que si va, que si va,
- que alguno pillará.
En este momento todos empiezan a correr.
- ↑ Salustiano VIANA. «Apuntes de la vida de Lagrán» in Ohitura, II (1984) p. 30.