Ambo-ato, matarile-rile-rile

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Este juego ha sido muy común y de hecho se ha r+cogido en muchas de las localidades encuestadas. En algunas de ellas (Elosua-G) se constata que se practicaba en la década de los años veinte. Forma parte del juego denominado, «¿Dónde están las llaves?, matarile-rile-rile» cuya canción se transcribe más adelante. Como anota J. Perez Vidal[1] la letra de ambas tiene su origen en la canción «Oh le beau Cháteu» que fue muy popular en Francia. El texto francés dice así:

J'ai un bon château,
matanti-re-lire-lire,
d mon beau château
matanti-re-lire-lire.
A mon bon château
matanti-re, lire-ro.

Los sonidos del primer verso (jan bo (x)ató) se han transformado en «Anbo-ato», nombre con el que se conoce el juego.

En la forma más común se organizan dos grupos; uno de ellos compuesto por dos niñas y el otro formado por las restantes participantes. De entre éstas, dos hacen de padres y como tales intervienen en el juego. Se sitúan en los extremos.

Se colocan los dos grupos, uno frente al otro, a cierta distancia. Comienzan el juego las dos niñas que, cogidas de la mano y cantando, avanzan hacia el otro grupo en los dos primeros versos y retroceden, en los dos siguientes:

Ambo-ato,
matarile-rile-rile.
Ambo-ato,
matarile-rile-ron.
AMBO ATO (San Román de San Millán-A)

El grupo más numeroso responde avanzando en los dos primeros versos y retrocediendo espaldas, en el tercero y cuarto:

¿Qué quiere usted?
matarile-rile-rile.
¿Qué quiere usted?
matarile-rile-ron.

Las dos niñas:

Quiero un paje,
matarile-rile-rile.
Quiero un paje,
matarile-rile-ron.

Grupo:

Escoja usted
matarile-rile-rile.
Escoja usted
matarile-rile-ron.

Las dos niñas:

Escogemos a «Begotxu»
matarile-rile-rile.
Escogemos a Begotxu
matarile-rile-ron.

Grupo (o los «padres»):

¿Qué oficio le pondrá usted?
matarile-rile-rile.
¿Qué oficio le pondrá usted?
matarile-rile-ron.

Las dos niñas:

Le pondremos «pastelera»
matarile-rile-rile.
Le pondremos pastelera
matarile-rile-ron.

Si a la nombrada le desagrada el oficio asignado hay que proponer otro u otros hasta dar con uno que sea de su gusto.

Si no acepta el oficio el grupo o los padres cantan:

Ese oficio no le gusta
matarile-rile-rile.
Ese oficio no le gusta,
matarile-rile-ron.

Si acepta el oficio:

Ese oficio sí le gusta
matarile-rile-rile.
Ese oficio sí le gusta
matarile-rile-ron.

Las dos niñas:

Entrégueme usted a su hija,
matarile-rile-rile.
Entrégueme usted a su hija,
matarile-rile-ron.

Las que hacen de padres toman a la niña elegida y con ella en medio avanzan hacia las dos niñas demandantes. Puestas de rodillas y la hija de pie, la entregan cantando:

Aquí le entrego a mi hija
matarile-rile-rile.
Aquí le entrego a mi hija,
matarile-rile-ron.

La niña entregada se unirá a las dos niñas y continúa el juego hasta que todas las niñas, excepto las que hacen de padres hayan sido escogidas y entregadas. Entonces todas las participantes forman un corro y con las manos entrelazadas, saltan y cantan:

Celebremos todos juntos
la fiesta de Navidad,
el gallo en la cazuela
kikirrikí.

Este canto final presenta variantes según las localidades. En Galdames (B):

Celebremos todos juntos,
matarile-rile-rile.
Celebremos todos juntos
la sagrada comunión.

En Salvatierra y Vitoria (A):

Celebremos todos juntos
todos juntos en unión
y el veinticinco de Mayo
se celebra la función.

El juego, así como la tonadilla, se prestaba a ciertas escenificaciones. Así, en Carranza (B), a la demanda de la entrega cantaban los padres:

¿Cómo quiere que se la entregue?
matarile-rile-rile.
¿Cómo quiere que se la entregue?
matarile-rile-ron.

Las dos niñas demandantes proponían estas alternativas:

A patita y andando,
matarile-rile-rile.
A patita y andando,
matarile-rile-ron.

O bien:

Sentadita en silla de oro,
matarile-rile-rile.
Sentadita en silla de oro,
matarile-rile-ron.

En el primer caso, las que hacen de madres llevan a la niña cogida de la mano; en el segundo, formaban una silla cruzando sus brazos y llevaban a la hija sentadita cantando:

Aquí le entrego a mi hija,
matarile-rile-rile.
Aquí le entrego a mi hija,
matarile-rile-ron.

Las dos niñas le preguntan: «¿Qué te gusta más pera o manzana?» o «cielo o tierra» o aquello que habían decidido al iniciar el juego. La niña elige una de las dos opciones. De la pareja gana la que al final reúne mayor número de jugadoras.

Aun cuando el juego ha sido practicado preferentemente por niñas también ha sido mixto de niñas y niños como se constata en Elosua (G) y en Goizueta (N). En estos casos los oficios asignados eran los considerados propios del sexo: carpintero, modista, panadero, peluquera o bien irónicos «a vender manzanas», «a limpiar retretes», etc.

Cuando participaban niñas y niños el juego podía adquirir ciertos tonos de galantería o de «picardía» según comentan algunas informantes de Elosua. En esta localidad se colocaban los niños en un grupo y las niñas en otro, los unos enfrente de las otras. Cogidos de los brazos, avanzaban y retrocedían cantando las estrofas iniciales: «Ambo-ato, matarile-rile-rile...». Llegado el momento de la elección el grupo de los chicos elegía a una niña cantando:

Quiero a «Francisca»,
matarile-rile-rile.
Quiero a Francisca,
matarile-rile-ron.

Con esto la niña nombrada se incorporaba al grupo masculino y de nuevo comenzaba el juego desde el principio. Esta vez la elección correspondía a las niñas que designaban a uno del grupo de los niños:

Quiero a «Antonio»
matarile-rile-rile.
Quiero a Antonio
matarile-rile-ron.

El niño nombrado se integraba en el grupo de las chicas. Así seguían el juego hasta que, después de los intercambios, todos los chicos quedaran con los chicos y todas las chicas con las chicas. Al final todos cogidos de la mano daban unas vueltas en corro.


 
  1. Cfr. José PÉREZ VIDAL. Folclore infantil canario. Madrid, 1986, p. 223.