Prólogo
Bizkaiko Foru Aldundiak aspaldidanik babestu du Etniker ikerketa proiektua, Labayru Fundazioko Etnografia Arloaren bitartez.
La investigación, la generación del conocimiento y su socialización se presentan como factores importantes de actualidad y suponen un activo central también para la sociedad del siglo XXI. Los rápidos cambios que se están experimentando en la sociedad actual son hechos evidentes. Al decir de un notable historiador, el motor de estos cambios es la imaginación. Pero la imaginación procede de la conjunción de dos facultades humanas: de la memoria que es la capacidad de hacer presente lo que ya no está y de la anticipación que es la facultad de proyectar.
Sin dejar de lado la importancia de la imaginación no cabe duda que es la memoria, y en este caso la memoria colectiva, la que encierra un valor de primer orden en nuestra sociedad actual.
Hoy presentamos el octavo tomo del Atlas Etnográfico de Vasconia referido esta vez a la agricultura. Viene a completar la serie de tomos anteriores que han tratado el pastoreo y la ganadería, la casa y la familia, los ritos a lo largo de la vida, el mundo lúdico infantil, la alimentación doméstica y la medicina popular.
Los temas abordados en el presente tomo afectan a realidades y problemas actuales como son la sostenibilidad, la globalización, el intercambio de productos, la calidad de vida y la actitud ante la naturaleza. Nos encontramos por tanto con un instrumento de la memoria que nos permite realizar un ejercicio de proyección y de anticipación. Nos facilita la comprensión del presente de la mano de un pasado aún vivo en el recuerdo y nos facilita de este modo proyectar el futuro con criterios fundamentados.
Fue Anthony Guidens quien afirmó que la etnografía, cuando tiene éxito, proporciona una información sobre la vida social mucho mas rica que la obtenida mediante otros métodos de investigación. En el caso que nos trae entre manos estoy convencida de que este objetivo se ha logrado.
En una presentación de esta naturaleza e importancia no puedo dejar de mencionar la personalidad de D. José Miguel de Barandiaran que con su proyecto Etniker y la creación de sus grupos de investigación en todos los territorios de nuestro país se anticipó en la necesidad de registrar en vivo los hechos tradicionales antes de que estos fueran desplazados por lo que el llamaba “la cultura del maquinismo”.
La colaboración público-privada cobra todo su sentido con los resultados como el que hoy presentamos de este octavo tomo del Atlas Etnográfico de Vasconia.
Lorea Bilbao
Diputada de Euskera y Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia