Preparación de semilleros o sementeras

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Si bien hay simientes que se depositan directamente en la tierra en la que las plantas nacidas completarán su ciclo vital, en otras ocasiones es necesario sembrarlas en semillero, en unas condiciones favorables y controladas que posibiliten su germinación, de tal modo que son las plantitas obtenidas las que se trasplantarán a su ubicación definitiva.

En el Valle de Carranza (B) la práctica de hacer semilleros estuvo generalizada en tiempos pasados. Después se produjo un declive coincidiendo con la especialización ganadera que aconteció en el Valle; no se contaba con demasiado tiempo para hacerlos y cuidarlos así que se optaba por comprar la planta. En los últimos años ha resurgido esta práctica dado el alto precio que aquella alcanza en el mercado.

Para hacer el semillero se elegía un lugar bien soleado y resguardado. Los que contaban con rebaño de ovejas aprovechaban el miñón para ello, es decir, el excremento de estos animales descompuesto y convertido en polvo. Después se echaba la simiente y se envolvía. Pero no todos los años se tenía éxito, así que había que comprar planta.

Una vez esparcida la semilla por el semillero y envuelta con la tierra se debía tener la precaución de cubrirlo, ya que de lo contrario los pájaros se encargaban de escarbarlo para comer la simiente; cuando germinaba arrancaban además las plantitas en busca de las semillas. En tiempos pasados no se disponía de material plástico, ni redes o mallas finas, así que se recurría a otros elementos como los helechos. Se buscaban frondes altos, se cortaban y se depositaban sobre el semillero. Cuando la planta brotaba y crecía lo suficiente se retiraban los helechos.

En Bedarona (B) las sementeras que hoy en día hay en los caseríos son cajas hechas de tablas. Se aprovecha la tierra del suelo, la cual se bordea con tablas de madera y se cubre con una tapa de plástico. En ellas se siembran las semillas y cuando nacen las plantas se trasplantan a la huerta. Las sementeras son pequeñas y no se siembra mucha cantidad. Los días calurosos se levanta la tapa para que penetre el sol, los días de fina lluvia se deja un rato abierta para que se moje la tierra y cuando hace mal tiempo se mantiene cerrada de modo que conserve el calor. Se suele regar con un regador.

En Gautegiz Arteaga (B) algunas casas preparaban el semillero, zimenterie, a finales de febrero o comienzos de marzo. Se fabricaba una caja de madera donde se ponía árgoma, otie, para protegerla de los ratones. Luego se echaba una capa de estiércol, satsa, tomada del estercolero, sasteije, que solía estar situado junto al portal de la casa. Se raseaba con una red de las usadas para conejeras. Se sembraba lo que interesara, normalmente tomate y pimiento, y encima se echaba otra capa de basura. El calor que proporcionaba el estiércol hacía que la simiente, hazije, germinase.

En Ajangiz y Ajuria (B) a la hora de preparar el semillero, zementerea, en la parte de abajo se ponía helecho seco, ida sikua, luego estiércol de helecho, ida-satsa, y una vez sembrado lo que fuere, se tapaba con sacos. Sobre todo se hacía esto con el semillero de pimiento porque con ese estiércol no sale hierba, es muy limpio. En la luna menguante, ilbehera, de marzo se siembran el pimiento y el puerro. Antes se sembraban en el semillero, hoy día directamente en la tierra, cubriendo el cultivo con un plástico, es decir, haciendo un invernadero. Luego hay que trasplantar las plantas. Al sacarlas se limpian bien las raíces para evitar que contengan semillas de bermio-bedarra, mala hierba que luego saldría en abundancia en la huerta y aumentaría el trabajo de la escarda. Hay quienes incluso limpian las raíces con agua para cerciorarse de que no contengan las citadas semillas.

Proceso de elaboración de un semillero. Ajangiz (B), 2014. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.

Para que los laterales del invernadero queden sujetos colocan a su alrededor unas bolsas de plástico con peso. Antes las llenaban de piedras pero cuando azotaba el viento se rompían los plásticos y para evitarlo ahora las llenan de zotazalak, que son tepes de la capa superior de la tierra que quitan con la azada.

En Nabarniz (B) los sembrados de puerro y cebolla se tapan con helecho seco hasta que cojan fuerza. Se recurre al helecho seco porque los sacos u otros elementos con los que se pueden cubrir pesan mucho y pueden dañarlos. Este helecho también servía para protegerlos de la lluvia torpe.

En Urduliz (B) la semilla de tomate se siembra en semillero en enero y luego se trasplanta a la huerta en abril. Las acelgas se sembraban en semillero en enero, en la misma época que los pimientos y se ponían en la huerta al mismo tiempo que estos.

En Beasain (G) para las plantaciones de la huerta hay veces que la mujer del caserío prepara ella misma las sementeras de algunas verduras, pero en la mayoría de los casos compran en la feria las plantas jóvenes que venden los hortelanos que se dedican a ello.

En Zamudio (B) se siembran en sementeras, zimenterak, las semillas que se han guardado del año anterior, las que se han cambiado o comprado. Consistían en un rectángulo construido con maderas y piedras con una altura de cincuenta centímetros en el que se echaba estiércol. En el mismo se sembraban las semillas y después se tapaban con sacos. También se hacía una pequeña hondonada en la tierra, trokatu, donde se esparcía la semilla; alrededor se ponían unos palos con alambres y se cubría con varios sacos unidos. Más tarde se pasó a utilizar plástico. Existen además sementeras hechas con ladrillo y cemento que se sitúan al lado de la casa lo que permite regarlas y taparlas o descubrirlas a conveniencia.

En Argandoña (A) se siembran las semillas directamente en pequeños cuadrados de terreno protegidos, utilizando tierra muy preparada y abonada. También se siembran las semillas en recipientes a modo de cajones de madera o de material sintético que se sacan a la calle con el buen tiempo y se resguardan bajo cubierta cuando las condiciones son adversas.

En los semilleros se siembran tomates, pimientos, lechugas, escarolas, calabazas, calabacines, pepinos, puerros, coliflores, berzas, etc. De todas formas lo habitual es acudir al mercado para adquirir estas especies cuando son de pequeño porte y se plantan directamente en el lugar donde van a crecer.

En Sartaguda (N) llamaban abrigaño o aral a los semilleros construidos con cañas y cenizo para germinar la semilla del pimiento. Construidos en forma de L, para cortar el viento del norte, esta especie de invernaderos primitivos también se utilizaba en la vecina localidad de Lodosa.