Piedra de afilar. Zorrotzarria.
En Sara (L) con la palabra kamustu se da a entender la pérdida de aguzamiento. Zorroztu es aguzar: operación que, en la guadaña y en la hoz, se hace con la piedra de afilar llamada zorrotzarria y opotsarria, que es una piedra arenácea en forma de barra de extremos biselados. Mojada en agua, se pasaba repetidas veces, alternando en uno y otro lado del instrumento que se trataba de afilar, hoz o guadaña, rozándole el filo. El segador llevaba el agua y esta piedra en una vaina de madera, llamada opotsa, que muchos vecinos fabricaban en su casa. Era de sección ovalada o cuadrada, siendo su anchura mayor de unos 6 cm. La longitud del recipiente era de 20 a 25 cm y en una de sus caras llevaba un enganche igualmente de madera, mediante el cual se sujetaba el vaso en el cinturón o correa. También en Donazaharre (BN) a la vaina de madera donde se guarda la piedra de afilar se le denomina opotsa.
En Donoztiri (BN) tanto la hoz como la guadaña se aguzan con piedra afiladera, de forma alargada, cuyos nombres usuales son zorrotzarria y esku-harria. La vaina en que se guarda la piedra de afilar, se llama xitxu. Suele ser de madera de aliso o de nogal, fabricada en el pueblo. La misma vaina sirve también de depósito de agua, para mojar en ella la piedra. En Uhartehiri (BN) la piedra de afilar se llama harri o zitxoharri y la vaina de madera, xitxu.
En el Valle de Carranza (B) llaman colodra a la vaina del cuerno de un buey o vaca que se empleaba para portar el agua que mantiene húmeda la piedra de afilar el dallo. El cuerno usado para esto era de forma adecuada, es decir, recto y de dimensiones apropiadas. A veces los adornaban recortándoles los bordes o grabándoles alguna inscripción. Las colodras se obtenían de los animales de casa, pero no todas las razas proporcionaban cuernos adecuados. A la colodra se le abrían unos orificios cerca del borde para introducir un alambre recio que doblado servía para sujetarla al cinturón del segador. Algunos pasaban un cincho por ellos y así la colodra quedaba fijada al mismo de modo que para portarla no había más que sujetar el cincho a la cintura. Siempre se llevaba en el lado derecho de la cintura, un poco ladeada hacia la espalda; nunca en el costado izquierdo porque se tropezaba con la mano que sujetaba la “manilla recta” al segar. La colodra llevaba agua en su interior para que la piedra estuviese húmeda y así afilara mejor. La piedra se cuidaba mucho; se iba desgastando poco a poco.
En Elgoibar y Hondarribia (G) sega-potua es el recipiente con agua que se llevaba a la cintura sujetado con el cinturón y que servía para portar la piedra de afilar la guadaña; sega-harria en Elgoibar y arraitza en Hondarribia. Se utilizaba a menudo durante el corte de la hierba. En Beasain y Berastegi (G) al recipiente le llaman segapotoa y a la piedra de afilar, segarrie en Beasain y zorrotzarria en Berastegi (G). En Ajangiz y en Ajuria (B) la piedra es denominada zorroztarrije, y la vaina, zorroztarri-ontzije. En Zamudio la piedra se llama zorroztarrie. En Abadiño (B) anotan que el recipiente en el que se guarda la piedra y el agua suele ser de madera o de hojalata y en ocasiones es un cuerno de vaca.
También en Abezia, Bernedo, Berganzo, Moreda y Valderejo (A); Améscoa y Aoiz (N) a la guadaña y a la hoz el segador les pasaba la piedra aguzadera a medida que se iba segando. En Bernedo (A) se llevaba esta piedra en un pote de hojalata o de cuerno atado a la cintura; en Berganzo (A) en una vaina de cuero, en Valderejo, Abezia (A) y Aoiz (N) en un cuerno de vaca o de buey; en Améscoa (N) en un estuche de madera o de cinc que colgaban del cinturón. En el Valle de Carranza (B) el afilado del rozón se realiza con lima, nunca se pica como el dallo para generar un nuevo corte. Esto es debido a que el trabajo que se realiza con él es mucho más duro que el del segundo, recibiendo el filo numerosos golpes. Para que soporte mejor los impactos la hoja debe ser más resistente y no se le puede generar un corte tan afilado porque se doblaría rápidamente.