El cuerpo humano, patrón de medida
El cuerpo humano es el origen de algunas unidades como la pulgada, la cuarta o palmo, la braza o el pie, además de otras desconocidas en el territorio objeto de nuestro trabajo[1]. Además es común que se sigan haciendo mediciones utilizando los propios dedos, la mano con los dedos extendidos, es decir, la cuarta o palmo, el pie o el paso, sin que se piense en unidades de medida equiparables en algún modo a las del sistema métrico, sino tomando como patrón estas partes del cuerpo.
En el Valle de Carranza (B) se han recogido algunos términos relacionados con el cuerpo humano como unidad de medida. Así dicen que la pulgada es la distancia entre la punta del dedo pulgar y la primera articulación cuando está doblada y la cuarta o palmo la que separa los ápices de los dedos pulgar y anular de la mano extendida.
Cuando lo que se trata es de medir una distancia sobre el terreno se calcula dando pasos largos porque se estima que cada uno de ellos equivale a un metro. También en Bedarona (B) se ha consignado la medida pausue (paso), que equivale aproximadamente al metro y se utiliza para distancias y longitudes de terrenos de poca extensión.
Los informantes carranzanos señalan que para calcular un metro sin recurrir a ningún artilugio mecánico y utilizando como referencia el propio cuerpo se extiende un brazo horizontalmente hacia un costado y un metro es la distancia que separa la punta de los dedos de la mano alejada del arranque del otro brazo. De modo parecido, la vara es la separación entre la punta de los dedos y el arranque del propio brazo estirado.
A continuación ofrecemos varios términos relacionados también con el cuerpo humano pero que no se pueden considerar medidas en sentido estricto. Al ser las dimensiones de cada individuo distintas, esas medidas también lo son, se trata de términos que indican lo que se puede abarcar con cierta parte del cuerpo independientemente de la cantidad que pueda contener.
Puñao es la cantidad contenida en una mano con los dedos curvados hacia la palma; ambueza la que cabe entre las dos manos abiertas y juntas por sus bordes, también se han consignado las denominaciones de embueza, ambuezada o embuezada[2]; brazao es la contenida entre el pecho y los brazos dispuestos paralelos y doblados hacía arriba; manada lo que cabe abarcándolo con la mano, por lo común un producto vegetal; y papao la cantidad de líquido que se puede retener a un lado de la boca hinchando uno de los papos o carrillos.
Descripciones similares se han consignado en el área vascófona: eskukada y ahurkada para puñado, besakada y besartekada para brazada y eskubetea para a manos llenas. En Sara (L) aburra es el hueco de la mano utilizado como medida de capacidad.
En Viana (N) una medida antigua, muy utilizada en los libros parroquiales de los diezmos, es la maña, una especie de fajo que se podía coger con la mano para medir el lino, cáñamo y esparto.
- ↑ Tanto es así que si nos atenemos a las denominaciones de las medidas tradicionales de longitud y a las proporciones que guardan entre ellas, nos traen a la memoria el conocido dibujo de Leonardo da Vinci, el Hombre de Vitruvio. La braza equivaldría a la longitud abarcada por los brazos extendidos, mientras que el estado coincidiría con la altura, y ambas son iguales, de ahí que determinen un cuadrado. La braza tiene dos varas, de tal modo que la longitud de esta es la que separa el esternón del extremo de la mano; si se dobla el brazo hasta tocar con la punta de los dedos el centro del pecho, se obtiene un codo o media, la mitad de la vara; cuatro palmos o cuartas hacen una vara, lo mismo que tres pies o tercias. La superficie contenida en el cuadrado cuyos lados forman los brazos extendidos y la altura del hombre, es la braza cuadrada y si el lado del cuadrado no es de seis pies sino de siete, como podrá comprobarse por la bibliografía que se cita en esta obra, cien veces ese cuadrado vendría a equivaler a un obrero.
- ↑ Equivale a lo que el diccionario recoge como ambuesta.
