Calendario agrícola

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Los nombres de los meses en euskera aluden con claridad a las faenas agrícolas principales: siembra, escarda y recolección. Observa Caro Baroja que, desde el punto de vista histórico-cultural, tales nombres ofrecen paralelos en áreas muy recónditas del área antiguamente romanizada, por ejemplo Cerdeña, y en las representaciones plásticas que se hallan, a través de estilos distintos, en obras medievales y renacentistas, en los nemologios esculpidos de iglesias y catedrales sobre todo (y cita como ejemplo el representado en las claves de las bóvedas del claustro de la catedral gótica de Pamplona)[1].

Son varios los autores que se han ocupado de este asunto. Incluimos algún ejemplo.

El calendario vasco se hace eco de diferentes faenas agrícolas, tal como exponen Barandiaran y Caro Baroja[2]:

Azaroa, azilla, noviembre, el mes de la siembra, o gorotzilla (L), mes del abono o del estiércol.
Lotazilla, mes de la germinación, diciembre, o del invierno por antonomasia, negilla. Época de la matanza del cerdo. Junto a enero y febrero era el momento para trabajar la planta del lino (machacar, enriar, rastrillar e hilar).
Ilbeltza es el mes negro, enero; o del año, urtarrilla; o del hielo, izotzilla.
Otsailla, febrero, es el mes del lobo.
Epailla, es marzo, el mes de la poda (ebaki) de las viñas y de las plantas en general.
Jorrailla, abril, es el mes de la escarda de cultivos como el trigo y el centeno, además de la siembra del mijo
Orrilla, ostoilla, mayo, es el mes de las hojas.
Garagarrilla (dialectos guipuzcoano y alto-navarro), el mes de la cebada, y bagilla (B), mes de las habas, que es junio.
Garrilla, julio, el mes del trigo o de la cosecha en general, uztailla, uzta. El momento de escardar el maíz y cortar la hierba para el invierno.
Agorrilla, agosto, es la sazón de la sequía. A finales se sembraba el maíz.
Garoilla o irailla, septiembre, es el mes del helecho, o cabeza, buruilla, porque en algunas partes se empezaba a contar el año a partir de él. Se recogía el mijo de abril.
Bildilla, octubre, es el mes de la recolección del maíz y de las frutas (manzanas, castañas), también llamado urrilla por recogerse en él las avellanas; o lastailla, mes de la paja. Comienzan las labores de arado tras la recogida.

Según Leizaola si se comienza por el mes de noviembre, que inicia el año agrícola, recibe el nombre en diferentes dialectos de azilla, mes de la simiente, o azaroa, época de la simiente, lo que indica que es el mes en que se inicia la siembra de algunos cereales. También en otras zonas, pero más restringidas (Zuberoa), se le da el nombre de gorotzilla, ya que en este mes se abonan los campos y se extiende el estiércol. El mes de marzo, en amplias zonas de Gipuzkoa y Bizkaia, recibe el nombre de epailla, o sea, mes de la poda o corta. El de abril recibe el nombre de jorrailla, lo que equivale a mes de la escarda. El de mayo, ostoilla u orrilla, mes de la hoja. Junio en dialectos guipuzcoano y alto navarro recibe el nombre de garagarrilla, mes de la cebada, y en Bizkaia bagilla, que parece que hace referencia al mes de las habas. Julio se denomina comúnmente uztailla, mes de la cosecha, o también garilla, mes del trigo. Agosto se conoce en algunas zonas como agorrilla, mes seco. Septiembre recibe entre otros el nombre de irailla, ya que en este mes se recoge el helecho. Octubre se conoce con los nombres de urrilla, mes de los avellanos, o de la recolección de algunos frutos silvestres en general, o también lastailla, mes de la paja[3].

Laffitte considera que más que las operaciones agrícolas fueron las forestales las que sirvieron para dar nombre a los meses. Cuanto veían y se hacía en los montes se encuentra consignado en ese calendario: la salida, sazón y caída de la hoja, la aparente paralización de las funciones fisiológicas, la poda, la siega de helecho, la extracción de la hojarasca y recolección de la bellota[4].


 
  1. Julio CARO BAROJA. “Representaciones y nombres de meses (A propósito del menologio de la Catedral de Pamplona)” in Prín cipe de Viana, VII (1946) pp. 629-653. También: “La vida agraria tradicional reflejada en el arte español” in Estudios de historia social de España. Tomo I. Madrid: 1949, pp. 45-138.
  2. José Miguel de BARANDIARAN. Curso monográfico de Etnología Vasca. Edición M.ª Amor BEGUIRISTAIN. Ataún (Gipuzkoa): 2000, p. 50. Los textos se dictan en el curso 1973-1974. Julio CARO BAROJA. Los vascos. Madrid: 1971, p. 139.
  3. Fermín LEIZAOLA. “Agricultura” in Euskaldunak-Euskal Etnia. Tomo II. Donostia, 1979, p. 258.
  4. Vicente LAFFITTE. “Agricultura y ganadería vascongadas” in Geografía General del País Vasco-Navarro. Tomo I. Barcelona: 1911, p. 573.