Plagas y enfermedades del manzano

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Una vez organizado el manzanal, se cuidará para que sufra el menor número de plagas y enfermedades posibles, dándole los cuidados necesarios para que a los cuatro años más o menos, esté en plena producción. De aquí en adelante y hasta los treinta años en que un manzano se mantiene productivo, el árbol se mantendrá fértil mientras la tierra esté limpia, abonada, y a salvo de plagas, enfermedades y agentes parasitarios.

Plagas

Su incidencia puede ser de diferente grado. Tienen incidencia muy alta: el taladro rojo; el piojo verde, que es la plaga más conocida; el gusano de la manzana, que afecta sobre todo a los frutales de pepita. De incidencia alta son: el pulgón lanígero; el taladro amarillo, conocido también como gusano del tronco o zeuzera; el gorgojo de la flor; la oruga de la piel; la pandemis; el pulgón ceniciento; la araña roja; la minadora sinuosa y la minadora en elipses. De incidencia media son: orgya tripincelada, hoplocampa, polilla de las hojas, psila y cicadela del manzano. Hay otras plagas cuya incidencia es menor.

Mas no todos los insectos son perjudiciales, existen algunos como la popular mariquita, que puede comer hasta un centenar de pulgones dañinos al día y la crisopa, insecto estilizado de color verde.

Enfermedades

Tienen distinta incidencia. De incidencia muy alta es la roña, que está causada por un hongo parásito. De incidencia alta: el oídio, la monilia, la negrilla o fumagina, el chancro o cáncer y podredumbres en raíz. De incidencia menor son: el llamado fuego bacteriano, la podredumbre del cuello y el bitter pit.

Tradicionalmente, los agricultores han seguido criterios empíricos ancestrales en el tratamiento de los árboles frutales contra plagas y enfermedades, y en esto no han sido excepción los manzanos.

Agentes parasitarios

Son el liquen y el muérdago.

Otros agentes

Son los roedores como el topillo común y el conejo. También los pájaros, que picotean las flores y los frutos; y los fenómenos atmosféricos (la helada, el granizo, el viento, la sequía, la contaminación atmosférica…), que desgarran o debilitan los manzanos, dejándolos muy sensibles a plagas y enfermedades, y reducen la cuantía de la recolección.