El yugo, uztarria

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Dentro de la actividad agrícola y de los elementos y aperos utilizados en la misma, el tema más tratado en la bibliografía, sobre todo en los primeros decenios del siglo XX, ha sido el yugo, sus clases, formas y dibujos.

El yugo lo fabricaba un yuguero profesional o un artesano local a la medida para una pareja determinada de bueyes. Por ello, a los animales siempre había que colocarlos en la misma posición, dado que la horma de cada uno es diferente y la fuerza del yugo se sustenta en la cornamenta de los animales. El cambio de bueyes llevaba aparejado el ajuste del yugo (Elgoibar-G) para que no se lesionaran (Agurain-A) y si no daba resultado, forzaba a la fabricación de uno nuevo (Agurain-A; Beasain, Elgoibar-G). En Elgoibar señalan que a menudo los yugos se partían por la veta porque uno de los animales había tirado más que el otro en un momento determinado. Por si se rompía el yugo habitual se tenía uno de recambio.

Los nombres para designar al yugo en euskera son uztarria o buztarria; en Ultzama (N) se ha recogido la voz uztarra y en Izurdiaga (N) ipukue. Yugo es la denominación castellana común. En San Martín de Unx (N) se ha consignado la denominación jugo y para el yugo de uncir vacas en el Valle de Ayala (A) yuguera. Los vocablos yugueta o yugata son usados en las Encartaciones (B) para designar un modelo sencillo de yugo, no necesariamente individual, que se usaba para uncir a los animales para trasladarlos a la feria. En Apodaka (A) mencionan un yugo muy ligero de pan blando o hiedra para llevar las parejas a las ferias.

Había yugos corrientes para trabajar en la heredad y otros más historiados para llevar el ganado al mercado, a las ferias y exhibiciones. Otro tanto ocurría con los demás elementos con que se adornaba al ganado como las fronteras, la melena, los cascabeles, etc.

Ofrecemos en primer lugar la descripción detallada del yugo para bueyes y sus aderezos tal y como la recogió Barandiaran en Sara (L) en los años 1940:

Uztarria es el nombre vasco del yugo, que en esta localidad labortana era cornal, es decir, de los que, apoyándose sobre la nuca, se sujetaban a los cuernos. Era doble (para dos cabezas de ganado), con gamellas, burulekuak, de arco rebajado; enganches, adarroatzeak, para los cuernos; muñones, kantxuak, o enganches para la coyunda; canales, folak, para el paso de ésta; cornejal o extremo externo, uztarrimuturra, y agujero central, urtedeziloa, de forma trapecial. Era de una sola pieza, labrada en nogal, el mejor material, en aliso o en fresno. Los yugos para bueyes medían 1.3 m de largo, y los de vacas, 1.1 m.

Junto a los dos enganches interiores había sendos agujeros, en cada uno de los cuales iba fijo un extremo de coyunda, llamada herea o hedea. El agujero central servía para articular o enganchar al yugo una gruesa argolla llamada urterea o urtedea, trenzada con tiras de cuero. A esta se sujetaba la punta de la lanza del carro o del arado. La parte delantera del yugo iba adornada con numerosas incisiones: cruces, flores y, a veces, cabezas de bueyes estilizadas.

Yugo y accesorios. Sara (L). Fuente: José Miguel Barandiaran, Grupos Etniker Euskalerria.

En Uhartehiri (BN) el yugo, uztarria, era de madera, de aquellos que se ajustan a los cuernos y el cuello del animal y, cuando era doble, lo que era el caso general, estaba provisto de un anillo de hierro llamado udia en el lugar del orificio central, lo cual ocurría también en otros lugares del país. Al yugo se uncían los bóvidos, no los caballos.

En Elosua (G) el yugo doble medía 1.13 m de largo de oreja a oreja; la encimera del orificio del yugo, burtera-gaña, 0.3 cm; cada gamella, burulekuak, 0.4 cm y la distancia entre los dos orificios para el arco de vara flexible, makera-zuloak, 0.37 cm. El yugo se compone de dos orejas en los extremos, belarrixak; cuatro salientes para los cuernos, adar-zuloak; cuatro pestañas para las correas, hede-koskak; dos gamellas; dos orificios para las correas, hede-zuloak; un orificio de tiro, burtera-zuloa y dos orificios para el arco de vara flexible. Los informantes señalan que como en la localidad hay unos terrenos en desnivel, otros estrechos o junto a regatas, en estos espacios era más seguro el yugo individual, uztarri batekua.

En Telleriarte (G) se ha consignado que el yugo de los bueyes es de 1.2 m de largo mientras que el de las vacas mide 0.8. Ambos eran de dos cabezales. Se han recogido las siguientes denominaciones de las partes del yugo: los extremos son las orejas, ertzak o belarriak; el enganche para los cuernos, adar-zuloa o uatzak; las cuatro mellas, hede-koskak; los dos espacios para introducir las cabezas, burulekuak, y en medio junto a los enganches hay sendos agujeros para introducir las correas, hede-zuloak. En la parte superior el yugo llevaba unos arcos de avellano, uztairi erdia, embutidos en sendos agujeros.

En Aramaio (A) los yugos dobles tenían 1.1 m de largo y los destinados a la Llanada Alavesa alcanzaban 1.3 m. El yugo para vaca ha sido de 1.07 m. Los extremos del yugo se denominan belarrixek. El yugo cuenta con cuatro muñones denominados uetzak o adarrekuak; cuatro pestañas, here-koskak; dos gamellas, burulekuak; dos canales semicirculares, here-lekuek; orificios para la coyunda, here-zuloak, uno a cada lado del orificio central de tiro, burtere-zuloa. La madera se tallaba con motivos improvisados, especialmente hojas y cabezas de buey estilizadas. La talla posee poderes mágicos de preservación del mal de ojo, begizkoa[1].

En Luzaide/Valcarlos (N) el yugo, buztarria, no lleva los dos agujeros circulares. La coyunda, ubala, se ajusta en cuatro gamellas ubaltokiak, sacados de las orejas, belarriak. Dos, con hendidura en la madera, van a ambos lados del orificio central, udiria, y otros dos iguales en los extremos del yugo. A las dos gamellas se las conoce como kazolak o burutokiak[2]; para designarlas en otras localidades se han consignado las denomina ciones de arkuak (Eugi-N), uzterriak (Arraioz-N) y corniles (Lezaun-N).

En Izurdiaga (N) a la pareja de animales se les coloca el yugo, ipukue, atándoselo por los cuernos. El yugo tiene en medio un bartubel de cuero que sirve para que se introduzca el timón del carro o del arado. Para sujetarlo se le coloca una clavija delante del yugo de forma que lo atraviese; algunas veces se ponía detrás del yugo otra contraclavija con una correa de cuero para que no se perdiera. El yugo tenía dibujos tallados y quemados. Cuando se utilizaban los animales para arrastrar la madera se les colocaba la nardaka, que consta de bartubel, clavija, contraclavija y cadena.

En Beasain (G) el yugo normal, uztarria, era para dos cabezas de ganado, bikoa, fabricado en madera adornado con algunas incisiones. El artesano los fabricaba a medida para una pareja concreta de bueyes. En el agujero central se introducía la gurtera. El pasador de madera que se introduce en el orificio anterior de la pértiga para soportar el tiro una vez metida esta en agujero central, se llama kabila. Se ataba a la pértiga para que no se saliera.

En Berastegi (G) el yugo, uztarria, se apoyaba sobre la nuca del animal y se sujetaba en los cuernos. El doble tiene 1.2 m de longitud y termina en dos orejas, belarriak. Dispone de cuatro corniles, dos curvaturas (las más amplias para la cabeza de los bueyes) y un hueco central rectangular por donde penetra la pértica del carro. El yugo está decorado con tallas vegetales y otros motivos.

Cuatro vistas de un yugo. Billabona (G). Fuente: Aranzadi, Telesforo de. V Congreso de Estudios Vascos. Bergara: 1930, p. 23.

En Abadiño (B) el yugo, buzterrije, se hacía a medida. Normalmente era para una pareja determinada. Tiene en medio un orificio, burpillarie, al que se sujetan las máquinas que van unidas al yugo por medio de una cadena, karatxue, como el arado y la rastra o burtaune en el caso del carro.

En Bedarona (B) el yugo ordinario, buztarria, es para dos cabezas de ganado, el de los bueyes es más largo. La parte delantera está llena de adornos con motivos florales, geométricos, muescas, etc. Dispone de espacio para alojar la cabeza en un arco rebajado. En AmorebietaEtxano (B) el yugo doble se utilizaba con la pareja de vacas. En el Valle de Carranza (B) el tipo de yugo cornal utilizado ha sido el denominado “yugo vizcaíno”.

En Gautegiz Arteaga (B) se ha recogido el dato de que el yuguero, buzterrigiñe, fabricaba el yugo para una pareja concreta, si bien luego se aprovechaba con otros bueyes. Según la corpulencia y cornamenta que tuvieran había que cargar las gamellas una onza u onza y media a un lado o al otro. Con la gubia le tallaba unos dibujos, que generalmente consistían en rayas cruzadas.

En Abezia (A) definen el yugo como un instrumento de madera al que se uncen por el cuello las mulas, los bueyes, etc., y en el que va sujeta la lanza del carro o el timón del arado. Tiene un hueco central que se abre a medida del varal del carro para que este no se mueva ni vibre. Puede estar tallado con motivos más o menos sencillos o carecer de ornamentación.

En Apodaka (A) indican que los yugos eran de varios tamaños, los grandes para los bueyes. Había uno especial para llevar maderas largas en el carro; se trataba de un yugo cortado por el medio y luego unido a un tallón en el que se ponía el soguero. En algunos pueblos de Zigoitia tenían yugos de tres gamellas; la del medio servía para domar al novillo. En muchas casas había varios yugos, el que ponían al ganado para ir al mercado o a las ferias tenía más adornos que el ordinario. Del yugo de tres gamellas hay constancia también en la localidad de Berganzo (A) donde una novilla joven iba uncida en medio de una pareja experimentada.

En Valderejo (A) únicamente se empleaban yugos para los bueyes y las vacas si bien los destinados a estas eran de menor tamaño y más ligeros. En los extremos presentaban dos arcos destinados a alojar los cuellos de los animales. En la parte central había un vano y en los campos existentes a ambos lados se esculpían unos bajorrelieves que presentaban forma de espiga. En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) se ha consignado que había yugos de distintas formas, bien fueran destinados a bueyes o a vacas.

En Moreda (A) había en la localidad alrededor de media docena de parejas de bueyes que eran los que se uncían al yugo. Estos eran más fuertes que los de los caballos, también diferían en la forma y adornos. El ganado se emparejaba sobre todo en el uso de la vertedera y el brabán. Se colocaban por encima de las cabezas de los animales. Eran de madera y llevaban adornos y grabados en la parte delantera tales como figuras geométricas, ondas, rayas, etc. Dicen que los yugos son anteriores a los terrollos, collarones y tirantes.

En Bernedo (A) el yugo se ha empleado solo para los bueyes. Los yugos de pareja se hacían de dos larguras para las distintas labores, según que el trabajo requiriera mayor o menor esfuerzo y convenía que fuesen más juntos o más separados. Los adornos del yugo son marcas hechas con una gubia simulando ramas estilizadas. En Pipaón (A) los bueyes llevaban yugos y collarones con dibujos en la madera, así como colores en el repujado de cuero, además de las anillas y hebillas necesarias. En Berganzo (A) los yugos tenían un hueco en la madera para poder encajarla sobre el terrollo y en la parte de arriba un agujero para meter un cinto. En Ribera Alta (A) también hay constancia del uso de yugos por los bueyes y por las yeguas.

En Valdegovía (A) indican que una de las razones por las que el yugo de los bueyes es distinto al de las mulas y los caballos es porque aquellos tiran de cabeza y estos de hombro.

En Apellániz (A) la largura de los yugos de los bueyes solía ser de 1.2 m y su mayor anchura de 0.25, habiendo otro mayor que se empleaba para escardar con el cultivador y otro mucho más pequeño para un animal solo. En los yugos de los machos, la gamellera, que es el arco extremo del yugo donde se acopla el testuz de los bueyes, se prolongaba en dos largos listones que abrazaban el cuello de cada uno de dichos animales.

En Améscoa (N) el yugo usado ha sido el de tipo vasco cornal o cornil. Los adornos se reducían a simples estrías y rayas, formando algunas de ellas figuras muy esquemáticas.

En Aoiz (N) el yugo estaba decorado con incisiones componiendo motivos geométricos. En San Martín de Unx (N) llegaron a usarse los jubos, yugos cornales de bueyes. A finales de los años 1970 todavía los había en Lerga y Olleta, localidades donde debieron usarse en mayor cantidad. En Obanos (N) la falta de bueyes ha motivado que el yugo no ha sido muy representativo de la cultura material de esta localidad.

En Agurain (A) señalan que el yugo se podía construir también alargable y reducible para que el ganado pisara el espacio entre las hileras de plantas.

En Sara (L) en los años 1940 se conoció también el denominado gezur-uztarria, falso yugo, que consistía en un palo de poco más de un metro de largo, provisto en cada extremo de dos agujeros distantes 25 cm entre sí. A este yugo se uncían por la cabeza las vacas o los bueyes que los tratantes llevaban al mercado. Se sujetaban a él mediante aros de tela burda, buruteak, y cuerdas que, pasando por los citados agujeros, se ataban a los cuernos de los animales. Para designar este yugo existe también la denominación uztarmakila[3].


 
  1. Juan GARMENDIA. Apuntes etnográficos del Valle de Aramayona. Vitoria-Gasteiz: 1978, pp. 137-139.
  2. Juan GARMENDIA. “El ‘Eskalapineilia’ de Valcarlos” in CEEN, III (1971) p. 223.
  3. Telesforo de ARANZADI. “Aperos de labranza” in Folklore y costumbres de España. Tomo I. Barcelona: 1946, p. 344.