Transformaciones
En lo que respecta a unidades de longitud se puede decir que con carácter general la unidad de referencia es el metro, siendo su múltiplo más usado el kilómetro y sus divisores más comunes el centímetro y el milímetro.
En medidas de superficie se habla de hectáreas y sus correspondientes divisores: la centiárea y el área. En Valle de Carranza (B) señalan que este cambio ha estado motivado por la concentración parcelaria llevada a cabo a finales de la década de 1960[1].
Posteriormente, coincidiendo con el auge de la ganadería de leche se cerraron terrenos en los comunales altos de varias hectáreas cada uno. Como quiera que algunas parcelas han sido objeto de especulación inmobiliaria al resultar su valor muy superior al corriente entre ganaderos, se habla de ellas en metros cuadrados, unidad esta que se emplea para cualquier edificación. Las personas mayores siguen utilizando el obrero y conocen la equivalencia de 1 ha igual a algo más de 26 obreros.
Los datos siguientes también están recogidos en Carranza pero tienen aplicación general. Así de las medidas de capacidad hoy se habla tan solo del litro aunque las personas mayores se refieren a menudo a las botellas de 75 cc como de cuartillo y medio. También hablan de cántaras, pero cada vez menos porque la venta a granel de vino y otros líquidos prácticamente ha desaparecido.
El uso del metro cúbico es relativamente frecuente y se sabe, por lo general, de su equivalencia a 1000 litros. También tiene un uso que recuerda a una medida de capacidad para áridos, como cuando se habla entre ganaderos de los metros cúbicos que contiene el remolque de un autocargador, la cuba de una cisterna de esparcir purín o un silo para pienso a granel.
En cuanto a los divisores del litro, el mililitro es el más común debido a la generalización del uso de medicamentos comercializados de uso humano y veterinario. Por la misma razón se usa el centímetro cúbico (cm³ o cc), común en soluciones inyectables, aunque no esté generalizado el conocimiento de que 1 ml y 1 cc son lo mismo.
La fanega y el celemín han desaparecido quedando de ellos solo el recuerdo de las personas mayores y los cajones de madera que recibían el mismo nombre y que servían para efectuar estas mediciones.
De las medidas ponderales el kilo o kilogramo ha desplazado a todas. La tonelada (tonelada métrica) es habitual entre ganaderos por ser la unidad en que se compran los forrajes, los piensos compuestos y las mezclas con que se alimenta a las vacas. Desde la instauración del euro, las facturas que emite la cooperativa de ganaderos del Valle de Carranza (GUVAC) vienen dadas en euros por tonelada. El gramo es también de uso habitual. Los restantes múltiplos y divisores del sistema internacional son desconocidos.
En Ajangiz y en Ajuria (B) hoy día el trigo, el maíz, la alubia y la patata se miden por kilos, kiloka, y por fanegas, anegak (1 fanega = 50 kg). Como esta última es la capacidad de los sacos, una informante se refiere a ella también como zakuke (por sacos). Para evitar los perjuicios para la salud de mover pesos grandes y por seguridad, los sacos son ahora de 25 kg o media fanega, anega-erdia.
Con la incorporación del Estado Español a la Comunidad Económica Europea a mediados de los años ochenta llegaron al mundo ganadero cuantiosas ayudas en forma de subvenciones y una progresiva burocratización que conllevó que las gentes del campo se encontraran con nuevas unidades que tienen poco que ver con las unidades de medida tradicionales. Se incluyen aquí por su importancia reglamentadora.
Así quizá la más conocida de todas ellas sea la unidad de ganado mayor, conocida por su acrónimo UGM, que toma como unidad de referencia a la vaca de leche mayor de dos años. SAU, superficie agraria útil, mide la superficie aprovechable desde el punto de vista agrícola o ganadero. Lo más sorprendente ha sido que los propios ganaderos o más bien su trabajo cotidiano, ha sido reglamentado y transformado en una unidad: primeramente UTH o unidad de trabajo humano y ahora UTA o unidad de trabajo agrario, que simplificando mucho vendría a equivaler al trabajo que puede generar una persona con dedicación completa en un año. Lo que irónicamente nos devuelve a la memoria esa medida considerada tan carranzana por los informantes que era el obrero.
- ↑ La concentración parcelaria se trata en otro capítulo de este volumen.