Ganado caballar

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Bernedo (A) el animal de tiro que había en todas las casas era una caballería o dos, generalmente yegua que dejaba una cría. A la caballería se le enganchaba la rastra para igualar y desterronar la tierra, el marcador para sembrar patata y alubia, el cultivador para quitar la hierba y acollar las patatas. Las caballerías cargaban con los sacos para llevar el grano a moler al molino. Le colocaban un saco en cada capazo y uno más encima entre los otros dos. Si la carga era más delicada, en lugar de capazos, llevaba un doble cesto, así el carnicero que vendía por los pueblos.

En Moreda (A) la fuerza animal predominante ha sido la de machos, mulas y caballos. Los machos eran más duros para trabajar lo labrado, acarrear, trillar, etc. Los caballos se empleaban más para labrar y montar. Las tareas en las que se empleaban los ganados de tiro y de carga eran numerosas a lo largo de todo el año: acarreo de las mieses de cereal a lomo con tajas o ganchos. Acarreo de los haces de mies en carros y galeras con picas. Llevar la paja con carros y redes a los pajares. Sacar el ciemo y basura de las cuadras en capazos. Llevar los sacos de grano dentro de los capazos desde las eras donde se trillaba hasta los graneros de las casas. Arrastre de trillos y trilladoras (máquinas como los trillos, pero más altas) en las eras para separar o desgranar el grano de la paja. Llevar olivas, almendrucos, patatas y hortalizas desde el campo hasta la casa. Generalmente se transportaban dentro de sacos que iban en el interior del capazo. Acarreo de uvas en la vendimia dentro de camportillos, camportones[1] y camportas, a lomos del ganado empleando las tajas donde se transportan dos camportillos o en carros o galeras.

En Agurain (A) se utilizaban los caballos para trillar, primero pisaban y apelmazaban la mies y después con el trillo desmenuzaban la parva, en cooperación con los bueyes, que daban vueltas a la era arrastrando los trillos sobre la mies. El caballo enganchado al carro de varas se empleaba en el transporte de la simiente al campo, para llevar el grano a moler al molino, etc.

En Urkabustaiz (A) la función principal de las yeguas era trabajar en la trilla de tres en tres, la más fuerte y veterana dentro, la más joven y ligera en el exterior, y la primeriza en el centro. También se han servido de los machos para arrastrar maderas o el transporte de sacos al molino. El mulo está considerado como un animal fuerte y resistente, y se empleaba, entre otras labores, para acarrear el carbón desde el monte y traer leña.

En el Valle de Carranza (B) las yeguas, hasta mediados de los años 1950, eran utilizadas por los vecinos de algunos barrios para la trilla del trigo en las eras. Como animales para tirar del carro el uso no ha sido habitual. El mulo ha estado escasamente representado en el censo ganadero del Valle, se han servido de él principalmente para tirar del carro acarreando el verde del prado hasta la cuadra, sacar el abono de las cuadras y conducirlo hasta los prados. También se han realizado con ellos algunas faenas agrícolas en las huertas.

En Viana (N) las mulas y machos, animales muy fuertes y sobrios, se han utilizado sobre todo para labrar, en las labores de viña, como tiro en carros y galeras colocados en varas, el puesto más penoso. Con el caballo y la yegua se labraba en terrenos blandos, especialmente en huertas. Eran colocados de delanteros en los carros y galeras para el transporte de los cereales y la paja. Otros los empleaban para acarrear hortalizas, fiemo, etc. en dobles capazos de esparto terminados en punta. Algunos, solo para montura. Se utilizaban para la cría y venta en ferias y como medio de locomoción para llegar a las fincas más o menos alejadas. También en Sangüesa (N) se han servido de machos, mulas y caballos para labrar los campos y trabajar las viñas.

En Mélida (N) los caballos y los machos se han utilizado en labores agrícolas tanto en el cereal como en las viñas, se les enganchaban aperos de labranza como el brabán y el cabré (sembradora) o maquinilla.

En Apodaka (A) las caballerías se empleaban de tiro, se enganchaban a los bueyes por delante, con el collarín puesto y los tirantes al final del balancín con una pequeña cadena al yugo de los bueyes. Esta tarea se llevaba a cabo cuando la tierra estaba seca para que la máquina de arar penetrase bien; también para sacar el carro atascado en cuestas duras. Las caballerías de tiro se usaban en la siembra, la trilla, etc.; se ponían una o dos de tiro según se necesitaran.

En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) los caballos, junto con los bueyes, se utilizaban para desmenuzar la parva en las eras; tirar del carro que transportaba simiente o para llevar cargas al molino. Cuando se necesitaba mucha fuerza los colocaban delante de las vacas y bueyes juncidos, para tirar de ellos. El caballo servía también para desplazarse montado en él, bien a pelo, con manta o con montura.

En Valderejo (A) las mulas o machos cumplían dos funciones: realizar trabajos como arrastrar la trapa y los trillos, transportar cargas de cereal o patatas, complementar la labor de tirar del carro delante de los bueyes y arrastrar la madera en el monte. La segunda función consistía en servir de medio de transporte a las personas. Cada casa contaba con una yegua o un caballo destinado a montura y a la realización de los mencionados trabajos, a no ser que dispusiera de macho o mula. Fueron los animales que más abundaron.

Aporcando las patatas con yegua. Valderejo (A). Fuente: Xabier Ortiz Vadillo (familia Perea Ortiz), Grupos Etniker Euskalerria.

En Lezaun (N) se ha recogido que en aquellas labores que requerían gran esfuerzo se colocaba delante –"de puntaco" se decía–, una yegua domada, llamada "yegua de baste", o un macho.

En Berastegi (G) señalan que el ganado caballar se amolda mejor al terreno y a las distancias. Para el tiro, el arado y el transporte se han empleado caballos y yeguas. Antaño se utilizaban a pares y hoy día unitariamente a pesar de la proliferación de tractores. El caballo ha estado presente en la siembra, recogida de la mies, recogida y acarreo de la hierba, acarreo del abono y en todos los trabajos puntuales.

En Ezkio (G) la yegua y el caballo se han utilizado para arar el campo. En la yegua y en el burro se transportaban las mercancías al mercado. Ocasionalmente, el mulo ha sido utilizado en trabajos de monte.

En Astigarraga (G) las yeguas, caballos y mulas se han utilizado en labores menos penosas que las descritas para bueyes y vacas, tales como tirar de pequeños carros y trabajar en las huertas. Se empleaban también para prensar las manzanas dando vueltas a las prensas, tolareak, de obtención de sidra. Como animales de carga se ha recurrido a ellos allí donde el terreno no permitía el paso de bueyes y carros. El ganado caballar ha servido para transportar leña, hierba y abono orgánico de ganado y en cestas las marmitas de leche. En Getaria (G) anotan que tanto las yeguas como los caballos se utilizaban siempre con el carro.

En Berganzo (A) se han valido de caballos, yeguas y machos. Los caballos tiraban de las máquinas segadoras, desmenuzaban la parva en la era en cooperación con los bueyes durante la trilla, eran enganchados al carro de varas para el transporte de simiente al campo o cargas menores al molino.

En Valtierra (N) los animales de tiro y carga más usados por los riberos han sido los caballos, yeguas y mulas. Las mulas y los caballos se han utilizado para tirar de los carros grandes, del arado, de segadoras y trilladoras y para los transportes pesados. En Aoiz (N) en las tareas agrícolas de laboreo y transporte han participado mulos, machos y caballos. Se empleaban para acarrear los troncos de leña de mayor tamaño y para tirar de carros tanto de carga como de transporte de personas. En Larraun (N) se empleaban las mulas, mandoak, para explotaciones forestales y en labores de carga.

En Obanos (N) lo habitual ha sido la caballería de tiro: yeguas o caballos percherones y mulos. En Eugi (N) también yeguas y mulos. En el Valle de Roncal (Ustárroz, Isaba y Urzainqui-N) se contaba con la ayuda del macho (tanto caballo como mulo) en labores como cargar la leña en el monte y bajarla al pueblo. En San Martín de Unx (N) para tiro de carro y de arado también han servido los machos. En Izal (N) los machos se han utilizado para labrar, tanto enyugados como sueltos y para tirar madera con collarón. En Allo (N) en muchas casas de labradores apenas tenían un macho o mula que, lógicamente, lo mismo servía para labrar que para tirar del carro o llevar el trillo en la era. En Ultzama (N) apenas se han utilizado los mulos.

En Arraioz (N) los caballos de las razas Burguete y Pottoka se han empleado en labores de campo, sobre todo para trabajar con el arado porque –según dicen– es más rápido y realiza el trabajo "más de golpe". Hasta mediados del siglo XX se han empleado en el trabajo de la molienda del trigo y del maíz, y a finales de 1990 también se han visto tirando de un carro provisto de un instrumento para voltear la hierba que llaman higitzekua.

En Cárcar (N) en los años treinta del siglo XX eran pocos los agricultores que disponían de canos o galeras y las consiguientes caballerías necesarias. Tiempo después las casas de labradores tenían en las cuadras un par de caballerías, adquiridas en las ferias de ganado, siendo las más frecuentadas las de Estella y las de San Fermín de Pamplona. El acarreo de los distintos productos se hacía con carros y galeras conducidas por fuerza animal –caballos, yeguas, machos y/o mulas– hasta que se generalizó el uso del tractor. Las caballerías se ordenaban en las reatas. El animal más fuerte se ubicaba en las varas, el más manso en la delantera y en el centro de las cadenas. Era muy frecuente que entre los familiares o amigos se agruparan las caballerías en aquellas labores donde se necesitaba más fuerza animal.

En Sara (L), según se recogió en los años cuarenta del siglo XX, los caballos eran empleados como animales de carga, en cuyo caso se les designaba con los nombres de zelako zaldia, caballo de carga, y zelako behorra, yegua de carga. Son los machos, sobre todo, los que se utilizan para transporte de carga, principalmente de carbón. Se usaban también como animales de montar, eran los hombres los que lo hacían, no las mujeres.

En Aoiz (N) se ha recogido un uso singular de las caballerías y de los bueyes. Así en Meoz (Valle de Lónguida) (N) señalan que el número adecuado de animales para mover las norias era de dos o cuatro en el caso de las caballerías y de dos en el de los bueyes. En Zuasti (Valle de Lónguida) (N) indican que de dos parejas de cada una de estas especies.

En otras localidades, como las mencionadas seguidamente, la utilización de yeguas, caballos o mulos ha sido más esporádica o se perdió hace mucho tiempo.

En Liginaga (Z) en los años cuarenta del siglo XX en algunas casas para las labores del campo se uncían, uztartu, también caballos, zamariak; antes, no. En tiempos pasados, en Sara (L) como bestia de carga se utilizaba el mulo.

En Ataun (G) al ganado caballar llaman aberea aunque, según se recogió en los años 1950 se iba introduciendo la costumbre de llamarle kaballerie. Este ganado, preferentemente el mulo, mandoa, ha sido utilizado para el transporte de géneros sobre el hombro. Según tradición, antiguamente en los caseríos para la labor de transporte sobre hombros, se servían de mulos de pequeña estatura.

En Abezia (A) no todas las casas disponían de yeguas pero en ocasiones estas también tenían que trillar e incluso arar junto a los bueyes en las fincas más duras. No ha sido habitual el empleo de caballos y machos como animales de carga y tiro. En el Valle de Ayala y en el Valle de Zuia (A) las yeguas han sido escasamente empleadas como animales de tiro y carga, aun así se han utilizado para el cultivo de maíz y en la trilla.

En Ribera Alta (A) se han servido de las yeguas para labores como trapear delante de la pareja de bueyes, trillar o echar herbicida. A los machos se recurría también para trapear o para desplazamientos de personas de una finca a otra. En Pipaón (A) los caballos, aunque necesarios para marcar sembrados y transporte menos pesado que el de los bueyes, fueron los primeros en desaparecer en el medio rural por su escasa necesidad.

En Amorebieta Etxano (B) el caballo era muy poco utilizado, por ejemplo, servía para arrastrar el tríbuli, tribulije; algunos pocos vecinos lo han montado para desplazarse. En ciertos caseríos se empleó el cano arrastrado por caballo para el reparto de leche por las casas del casco urbano y el acarreo de la vendeja al mercado dominical de la localidad. En Gernikaldea y Zeanuri (B) se han recogido costumbres similares, en general escasamente se han servido de caballos y yeguas en labores agrícolas.

En Hondarribia (G) se han utilizado yeguas para acudir al mercado con la leche y la vendeja porque dicen que son más dóciles que los caballos. Algunos caseríos se valían de los caballos para tirar del carro de la hierba recogida en el monte. Se afirma que para el tiro es mejor el caballo y que la yegua es "más urbana".

En Améscoa (N) han consignado que para transporte de pequeñas cargas y para montar empleaban yeguas y caballos serranos y muy escasamente algún asno. La mayor parte de los labradores domaban alguna de las yeguas o castraban algún caballo y se servían de ellos para transportar cargas, tirar de la narria y para sus viajes a Estella o a la sierra.

En Telleriarte (G) para labores menores se utilizaban el mulo, el caballo y la yegua. En unas pocas casas se han valido del caballo para arrastrar la grada. En Elgoibar (G) señalan que el caballo no se ha utilizado.

En el Valle de Elorz (N), según se consignó en los años 1970, la fuerza animal era prácticamente inexistente, apenas un par de mulos y un par de asnos.


 
  1. Los camportillos o camportones, unos más pequeños y los otros mayores, son de forma redonda, mientras que las camportas poseen una forma más aplastada en los costados.