Fuerza animal
En Aoiz (N) se ha consignado una división de la fuerza animal utilizada en las labores agrícolas que es extensible con carácter general a otras localidades, a saber: animales para tiro y animales para carga, sin perjuicio de que el mismo ganado se utilice en ambas labores, tiro y carga. Los primeros eran los que tiraban de los aperos para arar y labrar la tierra, para la cosecha y la trilla, y para arrastrar el carro u otros artificios; los segundos servían para la carga de los productos recogidos en el campo o en el monte y su traslado al hogar o para la venta en el mercado.
De los datos recogidos en las localidades encuestadas, se desprende que los bueyes han sido signo de estatus. En la vertiente mediterránea para las tareas agrícolas se han servido más del ganado caballar. A falta de bueyes se ha solido recurrir a las vacas. Los asnos tienen presencia en todo el territorio para labores que requieren menor fuerza, para el transporte de pequeñas cargas de la huerta o del prado a casa, del grano al molino, la vendeja y las cantinas de leche al mercado y el traslado de personas a prados y labrantíos.
La fuerza animal aplicada en la agricultura es cosa pasada, habiendo sido sustituida por el empleo de los tractores, primero más sencillos y luego más grandes, que comenzó a imponerse en el decenio de 1970, antes en el sur del territorio en las zonas cerealistas y más tarde en la vertiente atlántica.