Área mediterránea
En Abezia (A) en los raines cercanos a la casa suelen destinar un trozo muy pequeño para sembrar trébol, inicialmente para alimentar a los cerdos y posteriormente también a las vacas. Según los consultados no es muy rentable porque produce poco y se estropea pronto. También siembran alfalfa, que es más resistente, para secar y alimentar al ganado en invierno, así como esparceta, una planta de hoja ancha que se corta verde en primavera. A diferencia de la alfalfa, inicialmente solo tiene un corte. Las tres se recogen en verde; normalmente cada día se siega con la guadaña una carga muy pequeña, apenas un cesto o un brazadico. Más tarde la alfalfa comienza a ensilarse.
Además de la alfalfa otros dos cultivos considerados forrajes son la alholva y la avena. Se segaban con guadaña y se recogían en montones con un rastrillo. La alfalfa solía tener tres cortes, dos en primavera y otro a finales de verano o principios de otoño, y se guardaba seca mientras que era habitual trillar la avena y la alholva. Existía también la posibilidad de cortar esta última cuando aún estaba verde y guardarla una vez se había secado. Se trasladaba en carros, con cestos o en carretilla.
Los encuestados subrayan que apenas se destina superficie a cultivos destinados a alimentar al ganado. Estos pasaban necesidad porque prácticamente todo el espacio se dedicaba a cultivar productos para alimentar a las personas. De hecho, recuerdan que en ocasiones alimentaban a los cerdos con hojas de avellano.
En Apodaka (A) en los pastizales se siembra hierba tipo raigras con mezcla de colza. Algunas piezas se siembran de alfalfa y esparceta.
El forraje, salgue, se empezaba a segar en abril si el tiempo era bueno; sobre todo la primera alfalfa, que se segaba para dos o tres días, se llevaba en el carro a casa y allí se le daba al ganado. Se segaba con aguadaña o bien con la máquina aguañadora si la finca era grande. Luego se dejaba orear en la pieza un par de días y se le daba la vuelta. Se transportaba en el carro a casa y se dejaba en un tablado encima del portegado llamado salgategui y de allí se le daba al ganado. Hoy con los regadíos le dan tres o más cortes al año. La siegan con modernas segadoras y a los dos días la enfardan para su almacenaje los que cuentan con ganado. Otros la venden. Antes se ensilaba en silos de maíz y los forrajes los picaban con una máquina que a la vez los transportaba picados al silo. Hoy se enfardan en balas que se cubren de plástico.
La esparceta es un forraje de gran poder alimenticio para el ganado, se siega por mayo o junio. Es planta de un solo corte anual. Una pieza sembrada dura muchos años. Son escasas las piezas de esparceta en toda la zona por su baja rentabilidad. Hoy se enfarda.
Salgue, avena, cebada, yeros y trigos, todo mezclado, se segaban en junio y julio, antes con la aguadaña o con la máquina aguadañadora, y se enfardaban. Hoy prácticamente han desaparecido. Estos últimos años siembran veza y otros forrajes industriales que en junio o julio se siegan y empacan en fardos o bolas. Para estas últimas se dejan secar también uno o dos días, pasados los cuales se enfardan y forran con plástico.
Hasta los años 1990 ensilaban maíz, remolacha azucarera, pulpa de la azucarera, veza, etc. en silos redondos o cuadrados. Antes proporcionaban al ganado forraje, hojas de remolacha, de nabos y pulpa. Hoy no se siembran.
En Valderejo (A) la hierba, la esparceta y la alfalfa se segaban inicialmente con guadaña y a mediados de los años 1950, con la aparición de la máquina segadora (quien dispusiera de ella), con esta. Una vez segada la finca el producto permanecía en ella durante unos días para que se secara procediendo a darle vueltas para facilitar el mismo. Finalmente se trasladaba en el carro hasta los pajares o heniles. La esparceta ocupaba pequeñas extensiones y fue destinada a los animales estabulados, principalmente a los bueyes de labor.
En Iruña de Oca (A) se destinaban piezas para la siembra de alfalfa, trébol y esparceta. Si el año había sido bueno en agua se les daba hasta tres cortes. Se segaban con guadaña en un principio y posteriormente con máquina cortadora. Inicialmente se iba con el carro tirado por bueyes y con su carga había para dos o tres días.
En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) la recogida del forraje se empieza en mayo y se termina a últimos de junio.
Lo primero que se empezaba a segar era la alfalfa, que se segaba con la aguadaña, guadaña, y la llevaban a casa en el carro y allí la dejaban orear. Si tenían sembradas un par de fanegas la segaban con aguañadora y la dejaban secar, luego con el carro la transportaban a casa, al pajar. Algunos la enfardaban con una enfardadora manual.
La alfalfa era un alimento muy bueno para bueyes y vacas. Desde mayo hasta las primeras trillas escaseaba el grano en muchos graneros. La esparceta y las menuncias se segaban por junio con guadaña o aguañadora.
Estos años, los que tienen ganado siembran forrajes industriales y otros para su venta. Los siegan con modernas segadoras arrastradas por el tractor. Cuando se han oreado le dan vuelta con el tractor y a los pocos días los enfardan. Últimamente hacen balas forradas de plástico.
Otro forraje que los que tenían cabras y ovejas guardaban para el invierno eran las podas pequeñas de chopos y otros árboles. En los meses de julio y septiembre se podaban los chopos y chaparros. Se trataba de ramas jóvenes que habían salido en la poda del año anterior, como de un metro de largura, y que ponían a secar a la sombra. Una vez secas las ataban en gavillas y las guardaban en las bordas. Cuando el ganado se quedaba en casa debido a las fuertes nevadas, se las ponían colgadas para que se alimentasen. Esto lo solían hacer en los pueblos de Bajauri, Obecuri y Laño, entre otros, y en el Valle del Río Rojo. El ganado comía las hojas dejando limpias las gavillas. Muchos chopos y carrascos viejos tienen las cicatrices de esas podas.
En Bernedo (A) los yeros y las alholvas se segaban en julio a partir del día de san Cristóbal (10 de julio). Se segaban con la guadaña y se recogían con un rastro en montones pequeños, dejándolos secar en la pieza antes de meterlos en casa para que sirvieran de forraje para el ganado. También se trillaban para separar la paja y el grano y se servían separados. A la alholva se la trillaba haciendo de la paja lo que llamaban bálago, que era la paja casi entera aunque perdida su rigidez. La alfalfa se segaba desde principio de mayo hasta octubre. A la esparceta y pagacha se le daba un solo corte en agosto.
En Pipaón (A) se conocieron toda clase de forrajes para el ganado: nabos, alfalfas, berzas, zanahorias, etc. El forraje de alfalfa y trébol se cortaba en diferentes épocas, dos o tres cortes al año. Se dejaba orear y se recogía almacenándolo en los pajares para después proporcionárselo al ganado. Hoy no se cultivan por no haber quedado ganado que lo consuma.
En Berganzo (A) la avena, la alfalfa y la alhova se segaban a dallo, es decir, a guadaña. Se depositaban en la tierra formando una hilera y se amontonaban con los rastrillos para luego atar haces con vencejos al igual que la mies. El forraje se dejaba secar en la tierra y era la comida para el invierno del ganado.
En Moreda (A) cuando se segaba la alfalfa, alholva, arvejana, etc., sí que era costumbre guardar una pequeña parte de estas plantas forrajeras para la alimentación del ganado durante el invierno, época en que escaseaban los pastos al aire libre.
En Aoiz y Lónguida (N) se plantaron en terrenos de menor extensión productos destinados a la alimentación de los animales, especialmente maíz y forraje, es decir, lo que denominan prado: paja, hierba, avena, avenilla, aizkoles, veza, gerón o girón. Uno de los pastos que consideraban más gustoso y alimenticio era la esparceta, que mezclaban con simiente de trébol. En la actualidad se ha abandonado la siembra de esparceta.
Estos cultivos antes se segaban con guadaña y hoz y ahora con máquinas segadoras. Se retiraban y retiran a los pajares, no ha solido ser habitual ver en esta zona metas o almiares en el campo.
En Elorz (N) en cuanto al forraje, la alfalfa se corta seis o siete veces al año, según el tiempo reinante. El forraje lo cortan con la dalla, a brazo de hombre, pero es muy poco el terreno destinado a ello. Lo recogen a granel. En cuanto a la paja es apilada para su conservación en los almiares que en la población denominan metas. Luego la almacenan en los pajares.
En Izurdiaga (N) se sembraba hierba, belarre, alfalfa, trébol, veza y habas para forraje, que se almacenaba en el ganboike y se usaba para comida del ganado. La hierba que se cultivaba en los prados era de dos clases: la reglax y la espartzeta. La hierba reglax era la misma que se usa generalmente en los jardines como césped. Se le daban generalmente dos cortes para alimento de las vacas. Después del segundo corte y para que hiciese simiente se trillaba el campo y se sembraba en filas como los regaderos de las habas, cuando volvía a crecer y hacía simiente se le daba un último corte. La espartzeta se segaba una sola vez y se usaba como comida del ganado en invierno. Después de ese corte se plantaba otra cosecha.
La alfalfa y el trébol se sembraban a voleo y el resto de los cuidados que se seguían eran similares a los de la hierba con la diferencia de que el primer año se le daban tres cortes y el segundo dos.
En Améscoa (N) la alholva era la única planta que se cultivaba para forraje. A principios del siglo XX se comenzó a sembrar la alfalfa, que se daba recién cortada a los animales y que en otras partes se curaba al aire y al sol y recogida en manadas se almacenaba para el invierno.
En Viana (N) el yero, que era un cultivo de secano, se consumía en verde y también en grano por el ganado lanar y en harina por el vacuno.
En San Martín de Unx (N) solo quedan dos labradores del pueblo que planten forrajes, bien veza (de primavera) o alfalfa (de secano). Uno de ellos le da a la alfalfa de dos a cuatro cortes al año con dalla o guadaña y a veces con tractor, según disponga de más o menos tiempo, almacenándola luego en las bajeras de su casa. Cuando recolecta con guadaña va haciéndolo por filas, después de lo cual la recoge con el rastrillo y hace unos montones; transcurridos dos o tres días los ata en fajos y los echa al remolque para almacenarlos.
En Obanos (N) en algunos casos se han sembrado plantas forrajeras, entre ellas la alfalfa y el trébol, todo con maquinaria. No hay heniles ni tradición de almiares. Lo que se ha aprovechado y se aprovecha es la paja de los cereales, antes para el ganado y actualmente para obtener combustible en una fábrica ubicada en Sanguesa.