Medidas de capacidad y utensilios para áridos

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

Algunas de la medidas que figuran en este apartado como de capacidad se han visto anteriormente mencionadas entre las de superficie, ello nos está indicando que una medida de superficie, como por ejemplo una porción de terreno, significa a la vez la capacidad de cereal que es capaz de producir el mismo.

En el Valle de Carranza (B) se ha recogido que la fanega es una medida de capacidad para áridos que los informantes consideran que equivale a 48 kilogramos. Si bien su uso y equivalencia es conocida por los de mayor edad, ha perdido vigencia con el abandono del cultivo de los cereales. Incluso resulta difícil encontrar los recipientes con los que se efectuaba la medición. Estos recibían el mismo nombre que la unidad de capacidad que determinaban.

Hasta donde recuerdan los informantes la fanega se utilizaba casi exclusivamente para la medición de dos granos: el trigo y la borona o maíz. Se puede pensar acertadamente que una fanega de trigo debe tener una equivalencia en kilogramos distinta de una de maíz debido al diferente tamaño y densidad de ambos granos. Pero esto resultaba indiferente, ya que cuando hacían referencia a una de estas medidas se añadía qué especie se medía, “una fanega de trigo” o “de maíz” sin atenerse a su equivalencia en kilos.

La fanega como instrumento de medición consistía en un cajón alargado, una de cuyas caras estrechas formaba un ángulo recto con la base mientras que la opuesta describía un ángulo obtuso, es decir, estaba inclinada hacia fuera lo que facilitaba la descarga del grano. La primera de las caras podía contar con una agarradera.

Para efectuar la medición correctamente el recipiente se llenaba hasta que quedase colmado y después se pasaba un cilindro alargado de madera de modo que el grano quedase rasante con los bordes superiores del recipiente.

La media fanega equivale a 24 kg. Había un recipiente similar a la fanega, pero obviamente de un tamaño más reducido lo que lo convertía en más manejable.

El celemín[1] es la doceava parte de la fanega por lo que es equivalente a cuatro kilogramos. Era un cajón rectangular cuyo fondo no estaba fijado a los bordes sino remetido a una cierta altura, de tal modo que delimitaba dos volúmenes, el superior, que contenía exactamente un celemín (4 kg) y el inferior, que si se invertía de posición, tenía capacidad para medio celemín (2 kg). Esta parte podía estar dividida por una tablilla que a su vez daba lugar a otros dos volúmenes de un cuartillo (1 kg) cada uno. Pueden encontrarse cajones con estas unidades inferiores.

Celemín. Zeanuri (B). Fuente: Ander Manterola, Grupos Etniker Euskalerria.

La puñera era una pala curva que utilizaban los molineros para cobrar en especie el porcentaje que les correspondía por moler el grano llevado por sus clientes. Bien cargada, su contenido venía a ser de 1 kg, porcentaje que correspondía al 10 % del grano molido.

Otro testimonio aporta el siguiente dato: “Tradicionalmente, la puñera consistió en un pequeño recipiente de madera, provisto de un corto mango, que generalmente era inspeccionado por las autoridades municipales a fin de requerirle la capacidad reglamentada. Su capacidad venía a ser aproximadamente de medio kilo, retirando el molinero una puñera por cada celemín”[2]. En las primeras décadas del siglo XX en el molino de El Medio en el barrio de Molinar el contenido de la puñera se aproximaba a un cuartillo, es decir, 1 kg. La generalidad de los molineros venían a cobrar un 10 % del grano molido[3].

Como en tiempos pasados solo unos pocos privilegiados contaban con básculas o romanas, la mayoría de las casas tenían fanegas, medias fanegas o celemines para calcular el peso del grano que llevaban al molino para moler.

Recuerdan las personas consultadas que la borona debía estar bien seca ya que de lo contrario no solo pesaba más sino que al molerla quedaba adherida a las piedras del molino resultando una pérdida significativa para quien había acudido con ella.

Según señalan los informantes, el asunto de los pesos cuando se trataba con molineros resultaba peliagudo, porque lo habitual era que el molinero se quedase con una parte mayor de la que le correspondía en concepto de puñera, bien porque tenía la báscula amañada o por cualquier otro procedimiento que le permitiese obtener un beneficio adicional, haciendo bueno el dicho de: “Cambiarás de molinero, pero no de ladrón”.

En Zeanuri (B) el grano de maíz o trigo, antes de ser llevado al molino en zurrones, zorroak, se solía medir en el caserío. A tal efecto todos los caseríos tenían medidas de capacidad, neurriek, hechas de madera de castaño. Una vez llena de grano de la medida, se raseaba su contenido con una regla. Las medidas de capacidad más corrientes eran: zelemiñe (celemín), kuartea (cuarta) y anega-erdikoa (de media fanega). La unidad de peso en los molinos ha sido la libra (libria). El sistema de equivalencias entre medidas y pesos es: anegea (fanega) equivale a 92 libras; anega-erdia (media fanega): 46 libras; kuartea: 23 libras y zelemiñe: 11.5 libras.

Una vez los zurrones en el molino se pesaban en una balanza de grandes proporciones, pixue. Una vez pesado el saco era marcado con piedra ocre, harrigorri samurre, señalando su peso. Concretamente en uno de los molinos de la localidad, el de Olabarri, se utilizaba el siguiente sistema de marcaje, por libras: Sobre un trazo vertical: O equivalía a 40 libras, perpendicular = 10 libras y oblicuo = 5 libras. Y cada trazo corto vertical fuera del eje equivalía a una libra[4]. (véase figura 1)= 68 libras; (véase figura 2)= 51 libras y (véase figura 3)= 35 libras. Había también otras marcas de identificación del cliente mediante letras y números en el mismo zurrón.

Marcas de pesaje (68 libras). Zeanuri (B). Fuente: Ander Manterola, Grupos Etniker Euskalerria.

En Abadiño (B) antiguamente el maíz, el trigo, las alubias o la patata no se pesaban como hoy día, sino que se utilizaban unidades de capacidad. Las mujeres que iban a vender sus productos al mercado no llevaban balanzas sino recipientes de madera que utilizaban como unidades de medida. El peso aproximado al que equivalían las capacidades de estos recipientes es el siguiente: anega: 48 kg; anega-erdia: 24 kg; kuarta: 12 kg; zelemiñe: 4 kg por un lado y 2 kg por el otro. Cuando se cosechaba el trigo, una vez limpio, el grano se guardaba en sacos o arcas cuya capacidad se conocía. Una cosecha buena suponía entre 36 y 40 anegas de trigo.

En Amorebieta-Etxano (B) las unidades de capacidad para el grano eran: la anega equivalente a 50 kilos, kuartia, que equivale a 12 kilos, zelemiñe, equivalente a 4 kilos e imillaune o cuartilla algo menor que el celemín. En Zamudio (B) se han consignado anega como equivalente a 50 kg y celemín para la alubia.

En Bedarona (B) para el trigo, el maíz y los cereales se han conocido las siguientes medidas: anega = 50 kg, kuarta = 12.5 kg, imillie = 25 kg, e imillaune.

En Gautegiz Arteaga (B) para pesar el trigo se utilizaba una caja de madera llamada kuartie, equivalente a 25 kg, que tenía la parte delantera biselada para facilitar la descarga del cereal. Cuando no existían instrumentos de pesaje o estos eran de difícil transporte, las aldeanas llevaban a la plaza del mercado para pesar, por ejemplo las alubias, una caja de madera con asideros llamada zelemiñie, celemín. Servía para dos medidas, por un lado pesaba 5 libras y por el otro 2.5 libras.

También en Ajangiz y en Ajuria (B) para pesar la alubia había unas cajas de madera rectangulares zelemiñe, de 1 celemín (5 kg) y zelemin-erdije, de medio celemín (2.5 kg).

En Beasain (G) las unidades de volumen se empleaban con los cereales, las legumbres y los frutos. Eran anegea, la fanega; anega-erdikoa, la media fanega; imie o gaitzerue, el cuarto de fanega; lakarie, el celemín y lakarierdie el medio celemín. Estas medidas eran cajones de madera de una capacidad determinada, y en ellos se medían el trigo, el maíz, las alubias, las habas, las castañas, las nueces y las avellanas. Para guardar las cosechas de trigo y maíz, en los caseríos solían tener varias arcas, kutxak, y en muchos además un arcón, arkea. Las primeras tenían generalmente una capacidad de 7.5 fanegas, y de los segundos había de 16 y 24 fanegas.

En Telleriarte (G) antiguamente las medidas de peso para áridos eran anega, anega-laurdena, imia o imi-laurdena y lakaria.

En Zerain (G) se han recogido las siguientes medidas: imilauna o lakaria equivale a 3 kilogramos; imilaun-erdikoa es la mitad de la anterior; imikoa equivale a 12 kilogramos y era un recipiente de madera de 15 cm de alto x 50 de largo x 28 de ancho. También se conocían la fanega, anea = 50 kg; la media fanega, anea-erdikoa = 35 kg y el celemín, laka o gaitzerua.

En Elgoibar (G) las medidas más usuales para el trigo y el maíz eran la fanega que equivale a 45 kilogramos aproximadamente y la media fanega a 22.5 kilos. Para su medición existían unos cajones con mango de la medida adecuada, que tenía que validar la autoridad competente, y una vez las medía les daba el sello pertinente. Estos recipientes se llenaban con trigo o maíz y se les pasaba un rodillo, al que llamaban rasa, para quitar el sobrante. A los patronos no se les dejaba tocar la medida cuando estaba llena, ya que algunos le daban un golpe para que se asentase el producto y entrase más. Estas medidas se han utilizado hasta los años 1970 en que fueron sustituidas por las básculas que daban los pesos más exactos. Las alubias se medían con un cajón también de madera más pequeño, con dos partes para dos medidas diferentes, con la mayor llamada imillauna se completaban unos 2.5 kilogramos y la otra, imiñia, suponía la mitad.

En esta misma localidad han consignado que en tiempos pasados el trigo se guardaba en arcones bien acondicionados para que no pudiesen entrar los ratoncillos, las ratas o los pájaros. Los había de varias capacidades y cuando se necesitaba almacenar mucho trigo, se construía contra una pared un recipiente con tablas de 2 o más metros de largo, otros 2 metros de ancho y 3 de alto. Luego se le acoplaban tres o cuatro tapas, lo más herméticas posible. Había arcones, kutxak, más pequeños de unos 2 metros de largo por 80 centímetros de ancho y otro tanto de alto y con una sola tapa. También el maíz molido se ha solido guardar en arcones pero tenía el inconveniente de que se entumecía.

En Hondarribia (G) la medida que usaban para el grano era la anea, que se corresponde con la fanega castellana, y sus divisiones media fanega, ane-erdikoa, etc. Lakarie es el medio celemín castellano. Suele ser la capacidad que tiene el cuenco de madera llamado kaiku para elaborar la cuajada.

En Sara (L) laka es medida de capacidad para áridos. Es una caja de madera de base cuadrada que mide 13.5 cm de lado y 8 de altura. Bilakakoa y gaitzerua equivalen a dos y ocho laka respectivamente. Erregua es una caja de madera cuya capacidad es de cuatro gaitzeru; erregu-erdia equivale, como su nombre lo indica, a medio erregu o a dos gaitzeru. Bala llaman a un saco que se utiliza como medida de capacidad para áridos en el que caben alrededor de 100 kg de granos.

En Bera (N) las medidas eran: laka, lakadia o lakarija, equivalente al celemín. El gaizuru son los cuatro celemines, cuartal. El robo, errugua, tiene dieciséis celemines y el medio robo, errugu-erdia, ocho. Había recipientes de madera cuadrados de todos estos tamaños y en ellos medían el trigo, el maíz, la manzana, etc., lo que rebasaba se quitaba con un palo pequeño.

En Uhartehiri (BN) los cereales se miden con gaitzuria que es una caja que puede contener alrededor de 8 kg de grano. Laka es otra caja, cuya capacidad es de un cuarto de gaitzuria, y bigaitzuritakoa es otra con capacidad de dos gai tzuri.

En Berastegi (G) para valorar el grano (maíz, trigo) se utilizaba una medida llamada gaitzerue. Se trataba de un recipiente rectangular, como un cajón, abierto por un lado en forma de chaflán. También usaban la unidad de medida llamada anea que equivalía a cuatro gaitzeru. Zelemiña, el celemín, equivale a cuatro cuartillos.

En Abezia (A) las medidas ponderales recogidas son: la fanega de trigo, que equivale a 44 kg, es decir, 12 celemines. La media fanega es un recipiente de madera rectangular con mango y con un extremo curvado para facilitar la salida del contenido. En todas las casas había una y se utilizaba con frecuencia como cuna para los bebés. El celemín equivale a 1/4 de litro; también se conoce el medio celemín. Hoy día lo más normal es hablar de kilos.

En Bernedo y en Berganzo (A) las medidas para los granos han sido las siguientes: la fanega equivalente a 44 kg, la media fanega o robo a 22 kg, el celemín a 3.66 kg (1/12 de fanega) y el cuartillo a 0.90 kg (1/4 de celemín). En Berganzo además indican que la fanega de cebada son 33 kg y el medio celemín 1.83 kg.

Anega-erdia. Zeanuri (B), 1981. Fuente: Ander Manterola, Grupos Etniker Euskalerria.

En Moreda (A) para el trigo y el centeno las unidades de medida son la fanega que corresponde a 2 robos o 44 kg; el robo equivalente a 22 kg, el cajón de madera raso de trigo. El celemín que son 3.6 kg; doce celemines hacen la fanega. La fanega de cebada equivale a 33 kg. La cebada pesa menos que el trigo y el robo son 16.5 kg. Para la avena: la fanega son 26 kg y el robo 13 kg.

En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) el trigo se mide en fanegas y medias fanegas, que equivalen a 43 kg y 21.5 kg respectivamente. También la cebada en fanegas y medias fanegas, que equivalen a 33 kg y 16.5 kg respectivamente. El celemín y el medio celemín equivalen a 3.66 y 1.83 kg. El cuartillo equivale a 0.90 kg.

En Pipaón (A) para medir el grano se conocen la fanega, la media fanega y el celemín.

En Valtierra (N) los informantes de más edad recuerdan las fanegas, medias fanegas, celemines y cuartillos, pero ellos siempre han utilizado el kilo y el litro.

En Améscoa (N) para medir los granos se han valido del robo, cuartal y almud o almute. El robo contiene cuatro cuartales y el cuartal cuatro almutes. Un robo de trigo viene a pesar 22 kilogramos.

En el Valle de Elorz (N) los granos se miden en cargas, cada carga tiene seis robos, el robo cuatro cuartales y el cuartal cuatro almudes.

En Aoiz (N) había varias medidas, realizadas en madera de distintas calidades, para medir grano sobre todo trigo y maíz. El robo de trigo equivale a 22 kg y el de cebada a 16. Además del robo se utilizaba el almud. Para la medición se empleaban recipientes que podían ser cuadrados, de madera, con un asidero, o de forma cilíndrica, realizados en plancha de madera ajustada con chapa de hierro.

En Cárcar (N) la medida de capacidad para los áridos es el robo, que en el trigo equivale a 22 kilos; y 16 de cebada. El almute equivale a un dieciseisavo del robo. Lo que cabe en el almute se denomina almutada.

En Yerri y en el Valle de Guesálaz (N) la medida tradicional para áridos era la navarroaragonesa del almud, equivalente a un dieciseisavo del robo, es decir, 1.76 litros. El resto de medidas utilizadas en el campo eran el robo, el medio robo, el cuartal y la peonada.

En Obanos (N) las medidas de capacidad para áridos son la carga de trigo (6 robos); el robo (28.13 litros) y el robo de trigo (22 kg).

En San Martín de Unx (N) el robo equivalía a 28.13 litros. También se medía por medios robos. Existió también el cahiz que equivalía a 666 litros y el almud o almute que era la dieciseisava parte del robo, es decir, 1.75 l.

En Ustárroz, Isaba y Urzainqui (N) la medida de capacidad para áridos era el robo, en roncalés gonka, que equivalía a 23.13 litros. El robo de trigo pesa 22 kilos. Existía también el medio robo o gonkerdi. Otras medidas del grano muy usadas en la compraventa y en la molinería eran: el almud o almute = 1.76 litros, la fanega, que equivale a 12 almutes = 21.12 litros y el robo = 16 almutes.

En Viana (N) los cereales se medían por robos, equivalente a 22 kilos de trigo, y sus divisores: medios robos, cuartales y almutes, estos últimos equivalían a un dieciseisavo de robo, estaban fabricados de madera con refuerzos metálicos. Un robo tenía cuatro cuartales y dieciséis almutes. Se llamaba un robo colmo cuando sobresalía el cereal medido sobre la superficie de los bordes de las paredes. Para evitar este aumento de peso se pasaba por encima la rasera, especie de palo, que eliminaba lo sobrante. La medianega, mediafanega, también pesaba 22 kilos, pero tenía forma alargada y con punta más cómoda para recoger el cereal del montón y poder llenar los sacos más fácilmente. Una saca de harina pesaba 100 kilos. Un saco de trigo pesaba por lo general 3 robos o 66 kilos.


 
  1. En tiempos pasados, cuando se cocinaba en el fuego bajo, ocurría a veces que algunos alimentos se impregnaban de ceniza; cuando aquello se decía que: Para subir al cielo / hay que comer celemín y medio de ceniza. Por otro lado, dada la prolongada capacidad reproductora del hombre, se solía asegurar que: El hombre hace hijos / mientras pueda con un celemín de humo.
  2. Miguel Sabino DÍAZ. “Notas sobre molinos hidráulicos en el Valle de Carranza” in Etniker Bizkaia. Núm. 11 (1999) p. 208.
  3. Miguel Sabino DÍAZ. Enkarterrietako errotak = La molinería tradicional en Las Encartaciones. Bilbao: 1998, p. 204.
  4. Eulogio GOROSTIAGA publicó en el AEF, VI (1926) p. 63, un sistema de numeración parecido, que usaban los molineros de Zeanuri. Cada molinero, dentro de un sistema similar al romano, tenía sus propias marcas.