Antiguas creencias relacionadas con la fertilidad de la tierra

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Barandiaran recogió en los años 1920 creencias populares vinculadas sobre todo al calendario religioso entonces vigente:

“Dicen en Abezia (A) que no se seca el rosal plantado a las doce de la noche de 23 a 24 de junio. Los ajos sembrados por san Martín (11 de noviembre) se han de arrancar el día de san Juan antes de que salga el sol, y al mismo tiempo conviene sembrar alubias para que sea abundante su cosecha (Garaio-A). Las habas sembradas por Nochebuena dan cosecha abundante (Laguardia-A). En Salcedo (A) cada vecino siembra la mejor de sus fincas el día de las ánimas (2 de noviembre), pues dicen que ese día tiene gracia especial. En el mismo pueblo es costumbre sembrar las habas el día de san Lucas, atendiendo al refrán: “El día de San Lucas se siembran pocas y se cogen muchas”[1].

Los labradores de Santa Lucía de Llodio (A) se guardan bien de sembrar maíz la víspera de la Ascensión, porque según dicen, la siembra hecha ese día da pésimo resultado.

Dicen en Arratzu (B): “Doniñe goizien, euzkijen urtetean, Maruelexan urteten dau lurretik galdariek, eta ure urteten daben lekuen, ez dala urteten idie esaten dabe” (En Maruelexa, a la salida del sol del día de san Juan sale de la tierra una caldera; dicen que donde esta sale no nace el helecho)[2].

En Bajauri (A) la víspera de san Juan se sembraban caparrones (alubias) dejándolos sin tapar para que cogieran el rocío antes de que saliera el sol.


 
  1. José Miguel de BARANDIARAN. El mundo en la mente popular vasca. Zarauz: 1960, p. 15.
  2. José Miguel de BARANDIARAN. El mundo en la mente popular vasca. Zarauz: 1960, p. 15.