Variedades que se plantan
En esta misma localidad riojano-alavesa, el olivo en estado silvestre recibe el nombre de acebuche. No es raro verlo por distintos lugares de la jurisdicción como ribazos, laderas, etc., e incluso en sitios insólitos como la torre de la iglesia de Santa María de Moreda, donde pudo germinar accidentalmente.
La variedad de olivo más cultivada en esta zona del Valle del Ebro es la clase empeltre, típica aragonesa. Modernamente, se han ido introduciendo nuevas variedades de otros lugares tales como arbequina, manzanilla, picual, hojiblanca y otras.
Más específicamente, en Navarra se plantan las variedades negral o negrilla, verdial aquí llamada vidrial, gordalo sevillana, albar, alcebucheo arcibuche, y empeltre o impeltre (extendido en la Ribera del Ebro), que son las más abundantes, y también la arbequín o arbequina, variedad de oliva menuda que se presenta arracimada y da fruto a los tres años de ser plantado el árbol con buen aceite posterior, aunque no sea autóctona pues procede de la localidad leridana de Arbeca. La variedad regional arróniz, por el contrario, está perfectamente adaptada al particular clima de la Zona Media de esta Comunidad. Es ahuevada, tira a morada y hoy día es la más abundante para realizar las nuevas plantaciones. Posee un ciclo vegetativo corto, ya que se produce en olivares de floración tardía y maduración media. Es una variedad que ofrece, además, un alto rendimiento graso y que se caracteriza por la presencia de un gran número de antioxidantes vegetales que permiten una larga vida al producto final. Su aceite es afrutado medio alto con notas amargas y picantes, muy equilibrado y aromático.
En Viana (N), donde la olivicultura ha tenido una fuerte presencia junto a productos mediterráneos como la vid y el trigo, se han cultivado otras variedades autóctonas como la redondilla de tamaño pequeño que da aceite de sabor afrutado con aroma amanzanado; arreal, aceituna más gorda posiblemente la llamada en otros lugares machona, de aceite fresco de color verdoso y aroma a frutas verdes; la royuela, que da aceite ligero de toque amargo, también con aroma afrutado; además también se dan las variedades comunes vidrial, negral, arróniz, arbequina y empeltre, estas dos últimas con planzones proporcionados por los viveros, muy productivos y adaptables a distintos suelos; la manzanilla, gorda, para aceituna, es muy escasa.