Tratamiento de las hebras, linugintza
La temporada de otoño era la apropiada para emprender en casa los trabajos del lino después de sembrar el nabo y recoger del monte el helecho.
Los sucesivos trabajos domésticos para obtener la fibra del lino eran propios de las mujeres y los llevaban a cabo en comunidad vecinal tal como los recogen los testimonios de diferentes territorios.
En Zeanuri (B) un día señalado se juntaban las vecinas, auzoak batu, en una casa y juntas emprendían los trabajos del lino. A esta actividad se le llamaba liñugintza.
En Améscoa (N), tranquiar era labor de grupo. Se reunían el día señalado las mujeres del pueblo que tenían fuerza y habilidad para tal tarea.
En Ataun (G) en este trabajo (de trangaketa o suasketa) se ocupaban las mujeres y preferentemente las muchachas. Les gustaba trabajar en compañía y provistas de sus suatsak se congregaban por la tarde en alguna casa señalada de antemano.
A falta de día soleado, se recurría a un secado de las plantas en el horno de pan. Para ello se aprovechaba el calor del horno después de la cocción del pan. Si esta tenía lugar por la mañana, como era usual, se introducían los haces de lino por la tarde cuando el horno estaba templado. Este recurso se hacía también con el grano de maíz recién cosechado. En este caso recibía en Zeanuri (B) el nombre de labigerrea. “Labara sartu liñu-eskuteak, behin labea epelduten zanean, ogiek atarata gero, liñua kizkertuteko”. Una vez secados los panes en este horno templado se tostaban, kizkertu, los fajos de lino.
En Zerain (G) los manojos de lino se introducían en el horno de pan templado antes de golpearlos con la tranga o agramadera que era un instrumento de fabricación doméstica.
Los informantes de Urdiain (N) decían que el mejor aliado para los trabajos del lino era el sol. En los días lluviosos había que calentar los manojos de lino en el horno.