Plantación

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

El tiempo de plantar los olivos es el invierno, durante los meses de enero, febrero y marzo, cuando la naturaleza parece muerta o parada. Lo más frecuente ha sido plantación en secano (hoy va extendiéndose el sistema de riego por goteo en las nuevas explotaciones). El terreno primero se desfonda o labra en seco, a medio metro de profundidad. Se sacan las piedras y luego se le da una mano (repaso) con el cultivador y otra de rotavátor para dejar la tierra bien cernida.

Hoy, a la hora de plantar olivos, lo más habitual y que al final mejores resultados da es plantarlos de chueca, es decir, de brotes de olivos viejos propios del país, para lo que es preciso cortar con una hachilla un brote, verguizo o chupón del pie del tronco del olivo que vaya con un trozo de madera del propio árbol (el futuro árbol será conocido como olivo de chueca), pero también son frecuentes los olivos de estaca, obtenidos de cortar una rama fina aérea que se entierra y echa raíces por abajo y brota por arriba. En Viana (N) esta ramilla es conocida como verguizo (el plantón joven del tronco del olivo). En Obanos (N) y en general en toda la Navarra Media, Cuenca de Pamplona y Ribera del Ebro, a este desfonde le llaman hacer ondalán, practicado tradicionalmente con azadón o layas. Se plantaban los verguizos por filas paralelas, antes a 5 metros en cuadro, ahora a 4 o 5 metros de ancho por 1.50 metros, aunque en Moreda (A) se ponen renqueando, tanto en línea como a los lados, uno cada 6 metros aproximadamente, a 6 metros en cuadro. Al tercer año comenzaba a producir algunas pocas olivas. En Viana es frecuente comprar hoy arbolillos ya hechos en los viveros de La Rioja por un precio que antes de la llegada del euro ascendía a unas 1000 pesetas la unidad, con lo que se adelanta mucho su crecimiento y producción. Para este fin son conocidos los Viveros Provedo de la localidad riojana de Varea, junto a Logroño. Estos vienen bien preparados en tiestos con tierra, los más caros, o con raíz solamente, los más económicos. En caso de que sean de chueca de olivo autóctono, el verguizo se planta con un trozo de madera del propio árbol.

Cereal, olivo y vid. Falces (N), 1975. Fuente: La Salleko Euskal Idazleen Elkartea. Euskal Herria, I, colección de diapositivas. Bilbao: 1985, p. 232.

Los informantes de Moreda (A) señalan el procedimiento seguido en su plantación[1]. Al principio, el labrador abre los agujeros a mano en la tierra con una azada, y luego con zadón (azadón) ya al final. Se introduce a medio metro bajo tierra el olivillo y se va tapando a la vez que se tacuña o pisa a los lados con las botas chirucas[2] para darle sujeción. Es importante el que no queden bolsas de aire en el interior del agujero donde se ha puesto el planzón de olivo. Si son olivillos de vivero se entierran raíz y olivillo hasta la mitad. Se le dejan al aire unas ramas para que tiren del tallo. Pero, si son de chueca autóctonos se tapan enteros colocándoles por encima una pernada [de] tierra (montoncillo). Semanas después, con las lluvias, brotan del suelo como lo hacen las vides plantadas.

Cuestión distinta es el del trasplante de viejos olivos por motivos estéticos, algo que hoy día se practica con relativa frecuencia y que se describe más adelante.


 
  1. Estos y otros datos de la olivicultura en Moreda han sido resumidos por J. A. CHASCO. “La elaboración artesanal del vino y del aceite en la Rioja Alavesa” in Narria. Núms. 53-54 (1991) pp. 3038, y aportados por su investigación de campo.
  2. Bota de marca diseñada para el campo o media montaña, de piel vuelta y con suela dotada de relieve.