Aparejos de transporte
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Ganchos, makoak
En Argandoña (A) sobre la albarda se colocaban distintos aparejos, según fuera el objeto del transporte: serones, grandes sacos de esparto o cáñamo, que caían a los costados del animal a modo de alforjas; ganchos de madera, sobre todo para el transporte de leña; artolas o tablas para el transporte de sacos de grano y harina; angarillas de distintos tipos y materiales como madera o mimbre.
En Berganzo (A) y en Lezaun (N) describen los ganchos como un aparejo formado por dos soportes de madera en forma de V mayúscula, unidos por un travesaño y las parejas entre sí por sogas que se apoyan en la albarda cayendo los ganchos en los costados del animal. Servían para el transporte de sacos y leña.
En Bernedo (A) todos los vecinos tenían una caballería, no así burro, el que lo tenía le cargaba de la misma forma que a las caballerías pero con aparejos más pequeños y carga más liviana, colocada en los ganchos, como las gavillas de abarras o leña, o puesta en las astolas o tablas, tales como los sacos de cisco o carbón. En Pipaón (A) sobre la albarda se colocaban las astolas que servían para cargar de leña, sacos de carbón, patatas, etc. En Moreda (A) uno de los aparejos utilizados son los ganchos y en Pipaón (A) señalan que sobre la albarda, para cargar haces de cereal, se colocaban los ganchos. En Abezia (A) el bastidor es un aparejo para llevar la carga formado por unas escuadras de madera atadas entre sí por encima de la albarda.
En Moreda (A) se ha consignado el siguiente procedimiento de carga de los haces de mies en los ganchos: la carga de cada ganado era de diez haces de mies, cinco a cada lado. Para ello, primero se colocaba un haz a un lado y se ataba con la soga haciéndole a su vez una cejada con un poco de mies del haz para que no se corriera. Cada vez que se ponía un haz había que hacer la cejada. Al otro lado se colocaban dos haces, el segundo y el tercero en los huecos. Seguidamente, al otro lado, en la parte trasera, se ponía el cuarto y en la delantera el quinto. El resto se iban colocando de esta manera hasta que se llegaba a los diez de la carga. Este mismo método servía para otras cargas como las de gavillas de oliveñas o de sarmientos. Cuando se necesitaba hacer contrapreso para nivelar la carga, se ponían piedras entre las sogas.
En Apellániz (A) ganchos se llamaba a un aparejo en forma de V que se empleaba para el transporte, principalmente a lomo de asnos. Cartolas eran unas maderas en escuadra que se colocaban a ambos lados de las caballerías para trasladar pequeñas cantidades de cereales, leña, etc.
En Beasain (G) kartolak son dos cestas de sección oval. Sus tapas inferiores son abatibles hacia abajo, de forma que su descarga es inmediata sin necesidad de extraer el contenido por arriba. Se utilizaban para transportar estiércol a heredades pendientes y de difícil acceso con el carro. Cartolas o kartolak son denominaciones recogidas también en Getaria (G) e Izurdiaga (N). En Lezaun (N) se ha consignado el término artolas.
En Viana y en Sangüesa (N) los ganchos son unas piezas de madera que, mediante cuerdas, se colocaban a ambos lados del lomo de la caballería, para transportar haces de mies, leña, restos de poda, etc. Los zajos son una especie de ganchos de madera que unidos a los extremos de una soga servían para sujetar la carga de una caballería.
En Moreda (A) con los animales de carga se han utilizado las tajas, que son un aparejo de madera o armazón compuesto de varios palos paralelos sujetos a otros dos arqueados, que se pone sobre el baste para llevar más sujetas las cargas de mieses, leñas y otras cosas semejantes. También en Viana (N) se ha recogido que las tajas son un aparejo de palo para colocar carga en las caballerías. En Moreda han utilizado también otro aparejo de madera, denominado las pedreras, en forma de doble asiento que se colocaba a ambos lados del animal para transportar en sus cavidades piedras y pellejos de aceite o de vino.
En Apodaka (A) se ha consignado que las bastas eran de madera. Cuando los carboneros cocían el carbón lo colocaban en sacos, ponían las bastas sobre las alforjas, y de esta forma los transportaban hasta el punto de carga.
En Abadiño (B) cuando el burro tenía que llevar cargas muy pesadas se le ponían los ganchos, aparejuek o makuek, y para transportar la carga de hierba y realizar otros transportes similares se le ponía el aparejo denominado sillak. En Zeanuri (B) si el aparejo que se ponía al burro para acarrear hierba era de madera se denomina asto-egurrek y si era de hierro, asto-burriñek.
En Bedarona (B) una montura que se ponía al burro son dos pares de ganchos de madera unidos entre sí con cuerdas o directamente, llamados asto-makoak, cuyos elementos estaban unidos con travesaños. Cada gancho quedaba a un costado del animal. Eran de fabricación doméstica.
En Gautegiz Arteaga (B) había una montura conocida como makuek, ganchos, que consistía en un artilugio de madera; había otro más moderno de hierro, llamado también makuek o atrilek. Los de madera los fabricaban los carpinteros; eran más ligeros los de aliso, haltza, y más pesados los de roble. Estos ganchos se utilizaban para el transporte de hierba, nabos, acarreo de leña...
En Ajangiz y en Ajuria (B) la montura que se le ponía al burro para el transporte de hierba, paja, nabos, etc. del prado a la casa eran los ganchos que se llamaban asto-sillek o aparejue. En Amorebieta-Etxano (B), para el transporte de hierba, al burro y al caballo se les colocaba el aparejo, aparejue o atrille. En Urduliz (B) se usó el aparejo de madera denominado urkea, que se llevaba cerrado cuando se iba sin carga y se abría por ambos lados cuando iba cargado, ya fuera con leña, hierba o cantinas de leche.
En el Valle de Carranza (B) sobre la albarda se colocaban las cestas y los aparejos, estos últimos, generalmente, para el transporte de leña. Para llevar desde algunos barrios las cacharras con leche de casa a la estación de ferrocarril o para llevar en estas aguas para el consumo y usos del caserío, utilizaban los atriles. Estos eran unos aparejos construidos con una base de tablas de castaño o roble y una serie de palos de salce, sauce, unidos unos con otros, formando una estructura rectangular en la que se introducían las cacharras. En las Encartaciones (B) se ha recogido la utilización de atriles, que podían ser de madera o hierro.
En Sara (L) kakolak eran dos pares de ganchos de madera, unidos entre sí directamente o mediante cuerdas. Los elementos de cada par iban unidos mediante travesaños de madera. Este artefacto se colocaba encima de la montura de las caballerías de suerte que cada par de ganchos colgaran de un costado. Los había de dos formas: los destinados a caballos y mulos, donde las armaduras de ambos lados iban enlazados entre sí mediante dos cuerdas que pasaban por encima de la montura, y los usados por los asnos, en los que ambas armaduras se ensamblaban por sus extremos superiores. Estos aparejos servían para el transporte de leña. En los años 1940 era cada vez más raro el uso de los mismos, pues el transporte de la madera se efectuaba principalmente en carros y camiones. Los kakolak eran fabricados en casa por los vecinos. En Iparralde se han recogido también las denominaciones kakoleak y kakdak[1].
En Beasain (G) kakoak es un rudimentario bastidor de madera que servía para transportar leña directamente sobre él, o para colocar las cestas en las que se introducían las marmitas de leche y los productos agrícolas para la feria. En Berastegi (G), sobre la albarda, bien sujeta, se colocaba el bastidor de madera que recibe el nombre de kakuak. Tiene forma de W, cae a los lados del animal y sobre él se colocaba la carga nivelada, directamente o dentro de los correspondientes cestos. También en Astigarraga (G) se ha consignado el uso de estos elementos denominados kakuak o astalgak.
En Hondarribia (G) a los mulos que se utilizaban para traer leña del monte al caserío, se les ponía el baste y un arnés denominado kakuak o zamukak, consistente en dos horquillas sujetas entre sí con cuerdas. Además se disponía de buenas cinchas, pues eran animales a los que se exigía mucho esfuerzo.
En Zamudio (B) se ha consignado que cuando la carga a acarrear era pesada, como troncos o leñas, se colocaba en el lomo del animal un aparejo de cintas de cuero denominado katramotroa, en cuyos extremos se ponía un maderamen con forma curva que facilitaba el transporte.
En San Martín de Unx (N) la zalma era una estructura de madera en forma de tijera usada para el transporte de materiales, leña por ejemplo. En Berganzo (A) se ha descrito un aparejo denominado zalma. Era un armazón de madera formado por dos soportes articulados en forma de tijera y unidos por travesaños, de los que los superiores, denominados morriones, son móviles para abrirse o cerrarse y ajustarse al lomo del animal. Servía para el transporte de todo tipo de mercancías y era utilizada por los pastores para portear su ajuar o los alimentos diarios.
Anganillas o angarillas
En Moreda (A) las angarillas o anganillas, eran andas pequeñas utilizadas en el transporte de materiales. Hoy ya no se utilizan. Estaban formadas por un armazón de cuatro palos clavados en cuadro, de los cuales pendían bolsas grandes de redes de esparto, cáñamo u otra materia flexible. Se empleaban para transportar a lomos de ganados cosas delicadas como vidrios, loza, etc. Se llevaba en ellas también la paja de las eras a los pajares. Ponían una red que llegaba hasta el suelo por los dos lados. En estas bolsas colgantes se transportaba la paja que servía para alimento y cama de los ganados.
En San Martín de Unx (N) se han empleado las anganillas o estructuras de forma acaballada para su adaptación al lomo de los burros, que a ambos lados tenía tres aros donde encajar los cántaros. Estas anganillas eran para ir a por agua a la fuente y dejaron de emplearse al instalarse la moderna conducción de agua a domicilio.
En Viana y en Sangüesa (N) se utilizaban las anganillas que son los soportes de madera de haya u olmo en forma de ángulo diedro, que atadas con cuerdas se colocaban a ambos lados de la caballería para el transporte.
En Cárcar (N) las anganillas se utilizaban para el acarreo y se colocaban encima de la albarda. Estaban elaboradas con metal. En esta localidad denominan amugas a un aparejo de madera que se colocaba sobre el baste para el transporte de leña, cántaros, etc.
Alforjas. Astotzarak
En Viana (N) señalan que la alforja es el serón de esparto con dos bolsas rectangulares en los extremos unidas, que se coloca sobre el lomo de la caballería para el transporte de frutos. Los capazos consisten en una doble bolsa de esparto con dos bocas terminado en punta, que servía para llevar hortalizas, frutas e incluso fiemo. También se han utilizado los cuévanos, que son unos recipientes de mimbre sin pelar de forma cilíndrica para colocarlos a ambos lados de la caballería, bien los dos en una pieza mediante un lomo o separados y atados con cuerdas. Servían para transportar uva, hortaliza, patatas, etc. Había capaceros dedicados a fabricar este aparejo de ganado. Finalmente las comportas o camportas son unas vasijas de forma de tronco de cono de tablas de madera con cellos de hierro, de boca más ancha que la base, que colocadas, mediante cuerdas, a ambos lados de los lomos del animal servían para transportar las uvas. El uso de comportas se ha constatado también en Cárcar, Obanos, San Martín de Unx y Sangüesa (N).
En Cárcar se han consignado tambien las comportillas que eran de menor tamaño. Un suplemento denominado embasador fabricado de mimbre se colocaba en la parte superior de las comportas o comportillas a modo de embudo lo que facilitaba que la uva no se derramara al caer en la comporta.
En Moreda (A) denominan capazo a una espuerta grande de esparto abierta por el centro y cerrada por sus extremos, que forman dos grandes bolsas, ordinariamente cónicas, en las que repartiendo el peso se guardan productos que han de transportarse. La parte central del capazo descansa sobre el lomo del ganado cubierto con la albarda. Describen la alforja como una talega abierta por el centro y cerrada por los extremos, los cuales forman dos bolsas grandes cuadradas donde se guardan algunas herramientas o aperos. En ocasiones han hecho de alforjas dos sacos unidos.
En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) la alforja es de esparto, y se coloca sobre el lomo de la caballería. A cada lado caen sendas bolsas. Sirve para transportar hortalizas, herramientas, el botijo de agua, etc. Se adquirían en los mercados o en las ferias. Otro tipo de aparejo era el talego que consistía en un saco grande en lugar de los dos sacos unidos de la alforja. En Apodaka (A) precisan que las alforjas eran de lana o de lino de colores.
En el Valle de Carranza (B) se colocaban sobre el lomo del burro cestas que quedaban suspendidas a uno y otro lado del animal y que se usaban para el transporte de mercancías. Suponían la máxima categoría dentro de los útiles a los que se recurría para el transporte con burro. De menor categoría se consideraban los aparejos, construidos con madera y con forma de cajones que se podían fabricar en la propia casa y aún menor las alforjas, que consistían en dos bolsas cuadradas grandes, elaboradas en los caseríos con sacos de tela de arpillera. En las Encartaciones (B) los recipientes utilizados para llevar basura y otras cargas eran las cestas, cestañas y cajones.
En Sangüesa (N) para el transporte de corderos, cántaros de vino, verduras, etc. se utilizaban los serones. Eran de mayor tamaño que las alforjas, cuadradas, con un ojo a cada lado a manera de bolsillo, unidas por un puente, confeccionadas en esparto. Los cuévanos eran grandes cestos cilíndricos de caña o de mimbre, muy a propósito para transportar verduras y uva en la vendimia. Los cestos eran de castaño y servían para acarrear pequeñas cantidades a ambos lados del animal, unidos mediante cuerdas.
En Bernedo (A) indican que las cestas se colocaban sobre el aparejo. En Moreda (A), en invierno, además de la albarda y la manta se ponía el capazo en el que se llevaban cargas y utensilios.
En Berganzo (A) describen los serones como dos grandes bolsas cónicas de esparto que cuelgan a cado lado del animal, en ellos se transportaban frutas y verduras. Las angarillas son similares a los serones pero de mimbre sin pelar; forman dos cestos casi cilíndricos unidos por encima del lomo del animal. Las aguaderas son dos recipientes cóncavos de esparto, mimbre o hierro, unidos entre sí sobre el lomo, donde se introducen los cántaros de agua o de leche dispuestos a cada lado del animal.
En Izal, Lezaun y Sangüesa (N) sobre la albarda se colocaban los cestos llamados esportizos para la huerta y el fiemo. En Sangüesa definen el esportizo como un armazón de mimbre que remata a ambos costados en un cesto cilíndrico de gran tamaño cuya parte inferior dispone de una tapadera también de mimbre atada con una cuerda que al soltarla caía al suelo la carga. En Viana (N) los esportillos son bolsas cilíndricas dobles de esparto de menos de un metro de altura, utilizadas para llevar la comida y bebida al campo y que se sujetaba en la cama del carro. En Izurdiaga (N) los cestos de mimbre que se colocan a caballos y mulos se llaman esportillas.
En Sangüesa (N) se conocían las anganetas u onganetas que consistían en un armazón confeccionado en mimbre que se colocaba sobre la caballería a manera de puente y remataba a ambos costados en un cesto cilíndrico de fondo fijo, muy utilizado para transporte de hortalizas y frutas. También en Ustarroz, Isaba y Urzainqui (Valle de Roncal-N) se han conocido las anganetas que usaban para transportar los cántaros de agua o los pellejos de vino y aceite.
En Berganzo (A) los mulos llevaban hateros a los lomos. El hato se componía de mantas pardas, alforjas y costales para el pan; pellejos para el vino; coladras para la sal y el aceite; cantimploras para el agua; un caldero y una sartén para la comida; cucharas, navajas y cuchillos que se guardaban en bolsas de piel.
En Abadiño (B) sobre el lomo del burro se ponían unas cestas, astotzarak, y en ellas lo que se quería transportar. Se trata de dos cestas unidas que cuelgan a cada lado del burro. De esta forma transportaban las mujeres al mercado los productos de la huerta; también las cantinas de leche o los niños. En Amorebieta-Etxano (B) para el transporte de la vendeja o la leche al burro se le colocaban unas cestas, astotzarak.
En Zeanuri (B) anotan que llaman astotzarak a los dos cestos que se acoplaban a los lomos del burro o del mulo para transportar a distancia frutas, sacos de grano al molino o las cantimploras de leche. Estos cestos eran de forma rectangular y más alargados que los cestos de mano que tenían forma reducida. En Telleriarte (G) se ha recogido la denominación astasareak.
En Bedarona (B) astotzarak son dos cestos alargados con una profundidad de 50 cm que tenían en su borde exterior dos aberturas. Otras tres aberturas contrapuestas servían para enganchar la cuerda y sujetarla al lomo del burro. Estos cestos en Zamudio (B) se denominan karpanak y en Astigarraga (G) asto-saskiak.
En Ajangiz y en Ajuria (B) al burro se le colocaban las cestas, astotzarak, una a cada lado, pero que formaban una unidad. Se utilizaban para transportar las manzanas y los tomates de la huerta a la casa y también para llevar la vendeja al mercado, plazie. Con idéntica finalidad en Gautegiz Arteaga y en Urduliz (B) sobre la albarda colocaban las cestas, astotzarak, que eran dos, estaban sueltas y se ataban con una correa de cuero.
En Elosua (G) al burro para acarrear la vendeja a la plaza y transportar cargas se le ponían sobre la albarda las cestas, xestuak; en Hondarribia (G) sobre el baste iba el cesto, zistua. El mismo dato se ha consignado en Elgoibar (G).
En Sara (L), en los años 1940, era frecuente ver mulos o asnos que llevaban sobre la montura un par de cestas en las que los caseros conducían sus mercancías.
En Beasain y en Ezkio (G) kartolak son dos cestas de sección oval. Las tapas inferiores son practicables hacia abajo, de forma que su descarga es rápida, sin necesidad de extraer el contenido por arriba. Generalmente se utilizaban para transportar estiércol a heredades de difícil acceso con el carro. En Ezkio también mencionan que sobre la albarda se ponían los cestos cerrados llamados astazestoak o astabalak.
Otros elementos
En algunas encuestas han mencionado elementos varios que son extensibles a otras localidades.
Así el morral es un trenzado de alambre que cubría el morro del buey para que no comiera mientras trabajaba (Bernedo, Agurain-A); con el nombre de bozal se ha consignado en otras localidades similar casquete de malla de alambre que se colocaba en la boca de la caballería para que ni comiera, ni mordiera (Viana-N; Abezia, Moreda-A). En euskera se ha recogido la voz mozala, bozal, que se ponía al burro para que se estuviera quieto y no se distrajera comiendo (Ajangiz, Ajuria-B). Otra denominación de bozal es muturrekoa, que se coloca a las vacas cuando se las lleva a los sembrados para que no los puedan comer (Beasain-G).
El morral es una bolsa de lona rectangular colocada, mediante una cuerda, sobre el cuello del animal para que coma cuando descansa (Viana-N, Moreda-A). Se ha consignado que se hacían morrales de alambre (Aoiz-N).
Traba (o bocado en Urkabustaiz-A) es el aparato que se les mete en la boca a los caballos para dominarlos. A los burros se les ponía debajo de la barbilla el serrote que era una chapa con unas puntas hacia arriba en forma de sierra, de manera que cuando se les tiraba les hacía daño y obedecían de inmediato (Hondarribia-G). Sarreta es un hierro con pinchos que se utiliza con las caballerías, que va con la brida, de forma que sujete al animal. Se emplea sobre todo con los caballos de parada, es decir, con los sementales (Urkabustaiz-A). En las Encartaciones (B) señalan que la serrata va por fuera del morro del animal, en tanto que el bocado va dentro. En San Martín de Unx (N) se ha consignado la denominación sirreta.
Pértica es una pértiga de fresno, con un aguijón, puntxa, en un extremo para azuzar a los bueyes. Para las caballerías se empleaban fustas o zurriagas, hechas con vara de fresno y un látigo en un extremo. Había un tipo de látigo con trenzado redondo, procedente de fábrica, poco usado por el inconveniente de que se deshilaba fácilmente. Era más frecuente la fusta de trenza, o las que hacía el guarnicionero, con dos tiras de cuero que se iban pasando por los orificios practicados en la parte central, dibujando un tejido cordiforme. Las hechas en casa con cuero sin curtir eran poco flexibles. Se usaron también con trenzado de cuerda (Artajona-N). Este látigo se llama en Zeanuri (B) idizila. El aguijón con el que se azuza a los bueyes se conoce en euskera con el nombre de akuilua y en el Valle de Carranza (B) se denomina injada.
Tralla es una vara terminada en una correa, a modo de látigo, para azuzar al ganado, sobre todo en la labor de la trilla (Abezia, Berganzo, Treviño y La Puebla de Arganzón-A).
El palo era una vara, generalmente de avellano, que en algunas localidades usaban los labradores, cuya misión era arrear a las caballerías y ahuyentar a los perros. Se llevaba siempre que se iba al campo y venía bien para pasar vadillos, saltar espuendas y siempre que hiciera falta un apoyo (Artajona-N).
Silla de montar es el aparejo de cuero para montar a caballo colocado sobre el lomo. La cabezada del caballo de montar dispone del bocado para dirigir y la silla con estribos formados con suela de madera y cubierta de cuero para introducir el pie, o únicamente de hierro. En ocasiones se pone sobre la cabalgadura una manta adecuada para sobre ella poner la silla (Agurain-A). En algunas localidades se ha consignado que excepcionalmente hubo sillas de montar para mujeres en aquellas casas que disponían de caballos (San Martín de Unx, Izurdiaga-N). Es común señalar en las localidades encuestadas que las sillas de montar o no se conocían o no era habitual disponer de ellas. En Bernedo (A) indican que pocos disponían de silla porque se consideraba pieza de lujo. En el Valle de Carranza (B) la montura de los animales de monta, conocida como la silla, se adquiría y se adquiere fuera del Valle. En Apodaka (A) recuerdan que los tratantes solían venir a la localidad montados en yegua con silla de cuero y estribos. En Aoiz (N) a la silla de montar además de por este nombre se le conoce como enjalma.
Estribos son las piezas de metal, madera o cuero en las que el jinete apoya el pie, que está pendiente de la correa que pasa por la charnela de la silla de montar, de la que pende el estribo (Moreda-A).
- ↑ P. GARMENDIA. “Les modes de transport tradicionnels dans le Pays Basque” in Bulletin du Musée Basque. Núm. 14 (1937) pp. 92-93.