El arado y su evolución
De la descripción pormenorizada de las labores agrícolas se deduce que en el sistema cereal, el arado común era el apero protagonista. Con él se trabajaban los barbechos, se cubrían las semillas y se realizaban labores de cultivo tras la siembra. La rastra completaba o sustituía al arado en algunos otros quehaceres, alternando con azadas, azadillas y layas. En la siega y la trilla no se podía prescindir del carro y del trillo respectivamente. Como el arado, la rastra, el carro y el trillo eran impulsados por animales, la sustitución de la fuerza humana por la animal era fundamental. No obstante, todavía algunas labores se realizaban únicamente con trabajo humano; en algunos casos se destorronaba con azada y siempre se sembraba, escardaba y segaba a mano. Esta situación concuerda con una agricultura que disponía de un amplio y creciente número de trabajadores. La ausencia de un intenso proceso de industrialización obligaba a la mayoría de la nueva mano de obra que proporcionaba el crecimiento natural de la población a quedarse en el campo o a emigrar.
Procedente de algunos países europeos se comenzó a usar en este territorio un pequeño modelo de arado compuesto de un armazón triangular y una reja de vertedera cubierta parcialmente por una placa de hierro. Pero este arado de vertedera fija presentaba algunos problemas. Así por ejemplo, el hecho de tener que establecer parcelas rectangulares, labrar desigualmente los surcos y derramar la tierra sobre el surco en terrenos de pendiente inclinada, obligó a los fabricantes a tratar de mejorar el arado. Así surgió el arado de vertedera giratoria, es decir, sujeta por una aldabilla para facilitar su desenganche y adaptación al lado opuesto y de esta manera poder volver la labor sobre el mismo surco. Posteriormente apareció el arado denominado brabán que tenía dos vertederas dispuestas simétricamente una sobre otra que giraban sobre el eje del arado.
La modernización de la agricultura a consecuencia de la utilización de arados de vertedera llegó a ser significativa en explotaciones medias y grandes. Muchos labradores no adoptaron las innovaciones debido fundamentalmente a las menores dimensiones de sus explotaciones y a la carencia de medios todavía en la primera mitad del siglo XX.