La mecanización en una localidad alavesa
En la investigación de campo llevada a cabo en Argandoña (A) se ha consignado el proceso detallado de mecanización de la agricultura llevado a cabo a lo largo del siglo XX en la Llanada Alavesa, que por extensión es aplicable a toda Álava y, en buena parte, a la zona meridional cerealística de nuestro territorio.
Todavía a finales del siglo XIX, en las labores realizadas en las tierras dedicadas al cereal eran abrumadoramente mayoritarios los aperos tradicionales. Los arados de vertedera y las máquinas sembradoras, segadoras y trilladoras, aunque eran conocidos, no salían del marco de algunas explotaciones pioneras. La introducción del arado de vertedera no supuso en las explotaciones que lo adoptaron desechar los viejos arados romanos. Todavía en las primeras décadas del siglo XX siguieron utilizándose para labores complementarias que, en el caso de haber prescindido de ellos, hubieran requerido la compra de un diversificado equipo de labranza. Por otro lado, el limitado uso de las máquinas segadoras supuso un reforzamiento de los animales de trabajo como principal fuerza motriz de la agricultura.
Esta mezcolanza entre lo nuevo y lo viejo fue la base en la que se apoyó la expansión y diversificación de la producción agraria. Sin embargo, hasta los primeros años del siglo XX, el utillaje agrícola no experimentó ningún cambio importante siendo los arados romanos, las rastras, las hoces y los trillos los protagonistas indiscutibles de los trabajos agrícolas relacionados con el cereal.