Instrumentos para trabajar con el estiércol

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En otro volumen de esta obra se ha tratado ampliamente de los establos y otros recintos de los animales y específicamente del estiércol, donde para diversas operaciones se trabaja con estos instrumentos.

En el Valle de Carranza (B) el picacho era una herramienta que constaba de una parte de hierro en forma de horca perpendicular al mango, que recordaba al caco si bien tenía las puntas más agudas.

Con esta herramienta se realizaba en tiempos pasados un trabajo con las camas de las ovejas que recibía el nombre de picachar la cuadra. Conviene tener presente que las mismas no se retiraban hasta que el rebaño abandonaba definitivamente la cuadra. Como consecuencia del pisoteo y de la humedad se iban compactando y por ello las orinas y el agua que escurría de la lana quedaban retenidas en la superficie formando barro.

Cuando las camas alcanzaban el medio metro de altura “se le daba vuelta a la basura”. Un par de hombres necesitaban todo el día para efectuar esta labor. Una vez realizada, la humedad descendía hasta el suelo de la cuadra. Era necesario además batirla para que la superficie quedase lisa, sin bultos, de lo contrario al tumbarse sobre ellos las ovejas preñadas podían malparir, es decir, abortar.

Después de la labor de picachado la basura volvía a quedar floja, entonces se esparcían por encima camas secas. Esta tarea no era necesario repetirla hasta pasado un tiempo que era más o menos largo dependiendo de las condiciones climáticas. Al final del invierno se facilitaba además el amontonamiento de esta basura ya que no estaba tan compactada.

En Sara (L) kantzua le denominan al azadón de cuatro púas de hierro arqueadas. Tiene un mango de palo que mide un metro aproximadamente de largo. Servía para remover o traspasar de un lado a otro la basura del establo.

En el Valle de Carranza (B) la rasqueta era una herramienta íntegramente de madera consistente en una tabla fuerte de forma rectangular y tumbada con un orificio central cercano al borde superior en el que se introducía perpendicularmente un mango recto y alargado.

Cuando se extendieron los caños en las cuadras servía para arrastrar los excrementos de las vacas hasta el caño y para empujar estos a lo largo del mismo, para lo cual la pieza plana de madera debía tener una anchura acorde a las dimensiones de este canal.

El caño es un canal de sección rectangular que recorre la cuadra a lo largo de toda ella y al que caen los excrementos del ganado evitando de este modo que se esparzan por el suelo del establo. Se sitúa entre el acil o lugar donde permanece atado el ganado y el paseo, en la parte trasera de los animales y en él se acumulan las orinas, heces y restos de hierba.

En tiempos pasados no existían caños en las cuadras por lo que era necesario esparcir materia vegetal seca, cabañas o camas, para que absorbiese la humedad de los excrementos y el ganado permaneciese seco. Los primeros caños se hicieron con losas de piedra y posteriormente con hormigón.

La acción de limpiar el acil o zona donde pisa el ganado con la ayuda de una rasquetay verter los restos al caño de tal modo que los animales no se ensucien al tumbarse se llama arrascar los caños.

Recoger los restos acumulados en el caño con la ayuda de la horquilla y sacarlos al exterior de la cuadra mediante una carretilla es lo que se llama sacar los caños. Es habitual que muchas casas se ubiquen en laderas de tal modo que uno de los extremos del caño se comunique con el exterior a través de un agujero practicado en la pared. Esto facilita la labor de sacar los caños ya que no hay más que empujarlos con la ayuda de la rasqueta de tal modo que los residuos se deslicen a lo largo del canal hasta el exterior. A esta labor se la conoce como empujar los caños.

Con el tiempo se sustituyó la pieza plana de madera por otra similar pero metálica que se adquiría en el mercado y que resultaba más ligera. En la parte superior presentaba una prolongación cilíndrica que servía para embutir el extremo del mango.