Ajuste de criado jornalero en la plaza pública

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Viana (N), en tiempos pasados, todos los días, excepto los domingos y fiestas de guardar, muchos jornaleros acudían a la plaza, a los soportales del ayuntamiento, para ser contratados por el hacedor, en nombre de los terratenientes, para un día. Los precios variaban según el trabajo, el más alto era la siega, el año 1951 se pagó a 25 pesetas (0.15 euros) la robada. Se trabajaba de sol a sol. En una ocasión los jornaleros también consiguieron medio litro de vino por robada, "si no, ahí se quedaba el trigo tieso". Igualmente, a veces, se contrataban los peones a destajo en la recogida de la oliva a tanto por robo. Cavar viña a azada se pagaba bastante bien. Si el peón ponía su propio ganado, cosa que ocurría en pocas ocasiones, cobraba 60 pesetas (0.36 euros) al día por forcatear (labrar)[1].

En Moreda (A) los informantes de más edad recuerdan que en el segundo decenio del s. XX, en la época de la siega, numerosos vecinos se ofrecían como jornaleros en la plaza pública. Los que tenían menos superficie cultivada se ofrecían a quienes más tenían. La subasta de los jornaleros se hacía al atardecer y se los llevaba el mejor postor. La jornada de siega duraba de tres de la madrugada a dos de la tarde. Los propietarios de Labraza y Barriobusto acudían a por peones a Moreda, en tanto que de esta ciudad iban también a contratar a la vecina localidad navarra de Viana. Hoy día los propietarios procuran hacer ellos mismos los trabajos pero como cada vez hay más viñas sigue necesitándose contratar trabajadores o temporeros.

En Sangüesa (N) los peones u obreros eran contratados a diario en la plaza pública por un tanto. "No daban propinas, solo lo ajustado". Evidentemente eran preferidos quienes llevaban fama de mejores trabajadores. Se llamaba volverse a la acción de cambiar de dueño si después de contratado por una cantidad otro ofrecía algo más. Los dueños eran exigentes y con frecuencia ellos mismos vigilaban el trabajo por aquello que dice el refrán de que "el ojo del amo engorda el caballo". En verano se trabajaba de sol a sol y, a veces, los tajos estaban lejos de la población.

En Valtierra (N) se ha consignado que había vecinos de la localidad que eran contratados como peones. Salían al lugar llamado portal, donde podían ser contratados cada día para diferentes trabajos y dueños. Esta forma de trabajar se conocía como "A mandar". A diario cobraban el sueldo acordado.


 
  1. Forcate: apero de enganche de madera, con refuerzos metálicos, formado por dos gruesas varas dispuestas en paralelo y unidas en su extremo a una ancha horquilla de hierro para dejar espacio a una sola caballería. Se le añadían un arado de vertedera para labrar tirado por la caballería, y a veces dos cuchillas para cortar la hierba. Utilizado en las labores de la viña, "forcatear" es sinónimo de arar viña, puesto que se hace con la vertedera. Se llama también forcate, nombre derivado de horca, al arado completo de dos timones.