Azada, aitzurra, y sus clases

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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La azada ha sido el apero de mayor uso por parte de los labradores[1]. Fabricada antaño por los herreros locales es el apero que mejor representa el trabajo agrícola. Fue empleada antaño en la primera roturación de un terreno destinado al cultivo. Cuando alguien quería apropiarse un arenal formado por el aluvión en el remanso de un río bastaba dar uno o más azadonazos en su superficie todavía intacta para que el que las daba fuera respetado como propietario. Nuestros informantes señalan que es herramienta utilizada para todos los trabajos en la labranza. La mayoría de las veces se maneja con las dos manos. Existen diversos modelos por su tamaño, por su forma y por su uso o función.

En su formato más usual recibe en euskera las denominaciones dialectales: atxurra, (Elgoibar-G), aitzurre (Beasain-G), atxurre (Ataun-G); an tzurra, (Hondarribia-G); atxurre (Abadiño, Ajangiz, Ajuria, Amorebieta-Etxano, Bedarona, Gautegiz Arteaga, Nabarniz, Urduliz, Zamudio y Zeanuri-B), aintzurra (Sara-L), aitzurra (Zerain-G), Liginaga-Z). En castellano se han recogido las denominaciones de zada (Viana-N), zadón (Apellániz, Moreda-A), morisca (Abezia, Apodaka, Berganzo, Valderejo-A), jada (Améscoa-N) y ajada (San Martín de Unx-N).

En Sara (L) tal como la describía Barandiaran, la azada, aintzurra, es una pala de hierro de forma cuadrangular. Uno de sus lados es cortante y el opuesto va provisto de un anillo en el que encaja un mango de palo que forma ángulo agudo con la pala. El corte de esta se llama agua; el anillo, begia; el mango, giderra. En esta localidad se han utilizado dos clases de azadas: larre-aintzurra y jorraintzurra.

Sembrando patata a azada. Abadiño (B), 2009. Fuente: Rosa M.ª  Ardanza, Grupos Etniker Euskalerria.

Larre-aintzurra es una azada, cuya pala mide por lo general 28 centímetros de largo y 11 de ancho en el corte o filo. Su anillo tiene a veces una prominencia cúbica o talón llamado ain tzur-burua en el lado opuesto de la pala. El mango mide 80 cm de largo. Se utiliza en la rotura de terrenos incultos, es decir, en la primera roturación de la tierra noval, luberria, y en general, en remover a fondo la tierra o también en remover tierras duras y pedregosas. El talón sirve de martillo en caso necesario. Los había que tenían el anillo sobre el arco de la pala y los había que lo tenían dentro del mismo arco. Los primeros eran importados de Bera (N); los otros eran fabricados por los herreros de la localidad y de otros pueblos de Labourd.

Jorraintzurra es una azada ligera de pala ancha (12 cm) y corta (20 cm). Su mango alcanza a veces 120 centímetros de largura. Es utilizada en labores de huerta, en la escarda de maíz y de nabo, etc. También en esta azada el anillo estaba situado de diferente modo, según fuera de fabricación navarra o laburdina.

En el Valle de Carranza (B) la azada que utilizan está compuesta por la hoja de hierro y un ojo en el que se introduce el mango, que debe tener una cierta curvatura para trabajar más cómodamente[2]. Los informantes recuerdan básicamente dos clases de azadas, las cavonas y las de sallar. La azada de sallar presenta una hoja más ancha, carece de zuta y su peso es menor. Su labor también es distinta: escardar la tierra, además de otras tareas de la huerta o de la pieza. Conviene tener presente la importancia de su ligereza considerando que eran muchas las horas que se pasaba trabajando con ella.

Las llamadas azadas cavonas son de hoja gruesa, estrecha. Tiene una prolongación metálica sobre el ojo llamada zuta que aumenta el peso de la herramienta. Cuenta con un mango más grueso y corto, que si es posible se fabrica con fresno, debido a que con ella se cava enérgicamente y a menudo hay que hacer palanca para levantar la tierra. Esta azada se empleaba para atorquillar, es decir, hacer torcas o agujeros para plantar árboles; también para cavar los cantones de las piezas, que quedaban sin maquinar. Hay que tener en cuenta que la máquina arrastrada por la yunta no podía labrar los ángulos rectos de las piezas; como mucho se conseguía que describiese una curva acusada; esos cantones que quedaban sin maquinar se cavaban a mano, bien con la azada cavona o con el caco. La función de la zuta era aumentar el peso de la herramienta de modo que al cavar penetrase mejor en la tierra. A veces se empleaba para deshacer los tarrones, terrones de tierra, para lo cual se daba vuelta a la azada.

Azadas. Leioa (B). Fuente: Archivo particular Janire Enzunza.

En Zeanuri (B) la azada de cavar, landaraatxurre, es de hoja más larga y de boca más estrecha con un mango, kirtena, más grueso y más corto. Se emplea para plantar árboles o hacer hoyos profundos en tierra por lo que es más pesada. Jorratxurre es una azada de hoja más ancha y ligera y de mango más fino y largo. Se usa para sallar, jorratu, maíz o plantar hortalizas en la huerta.

Estas mismas características señalan en Abadiño (B) a la azada, atxurra, que sirve para labrar la tierra; consta de un cabezal de hierro y un mango de madera. Las utilizadas en la heredad o en la huerta son finas y anchas; en el monte se utilizan azadas más estrechas y gruesas.

En Zamudio (B) distinguen la azada, atxurre, de pala de hierro de forma cuadrangular sujeta a un mango de madera y aratxurre, azada de pala más alargada y estrecha. Kakoatxurre es una azada de tamaño pequeño que por un lado tiene una hoja de hierro y por el otro dos púas también de hierro.

En Ajuria, Ajangiz, Gautegiz Arteaga y Nabarniz (B), se conocen dos tipos de azada. Una de ellas de hoja larga con mango grueso, con un saliente llamado dornea, sirve para romper piedras y utilizada sobre todo para cavar hondo. En Gautegiz Arteaga a la azada grande que se usaba en el monte se le conoce como baztaratxurre, también haundi-atxurre, es plana y el saliente que tiene por el lado contrario a la hoja servía de martillo. Otro tipo es la azada normal, atxurre, de hoja ancha y de mango fino, menos pesada que la anterior que se utiliza para escardar y para trabajos de huerta.

En Urduliz (B) a la azada empleada para hacer hoyos, sotak, donde sembrar maíz, alubias o patata se denomina sotatxurre; tiene la pala más ancha que la azada, atxurre, empleada para sallar.

En Bedarona (B) al azadón le llaman basatxurre y sirve para hacer hoyos y plantar pinos y para limpiar las esquinas de los caminos.

También en Elgoibar (G) la azada es de diversos tipos, para las diferentes labores. La denominada aratxurra es utilizada a la hora de plantar árboles; es más estrecha y tiene más peso, para que entre más en tierra. Zopizarra llaman a la que se maneja para limpiar de hierbas el terreno; es más ancha que la anterior pero con menos peso, lo que la hace más manejable.

En Telleriarte (G) la azada de pala pesada se denomina ondatxurra y la de pala ligera empleada para sallar jorratxurra. En Zerain (G) la azada de mango largo se conoce como ondeoatxurra; la de escardar, jorratxurra, y la que consta de dos dientes curvos y delgados para remover el estiércol, simaur-atxurra. En Hondarribia (G) la azada con mango largo de madera se denomina antzurra.

En Viana (N) describen la llamada zada: se compone de una hoja de hierro rectangular con filo recto o curvo, con apéndice macizo en un extremo provisto de un orificio, en el que se encaja un mango cilíndrico de madera. El pequeño apéndice macizo tras el orificio se emplea a modo de martillo para machacar los tormones. Las hay de varias clases. La zada alubiera es pequeña de hoja cuadrada y corte recto.

En Valderejo (A) se utilizaban azadas de dos tamaños. La más grande se denominaba morisca. Esta misma denominación de morisca se ha registrado en las encuestas de Abezia, Apodaka y Berganzo (A) para designar la azada; también en Viana (N). En Bernedo (A) señalan que la azada de cavar ha sido poco usada.

En Apellániz (A) la azada grande recibe el nombre de zadón. Llaman tocho a la especie de martillo que tiene la azada en el cabezal.

En Améscoa (N) se han utilizado azadas de diversos tipos y tamaños; todas ellas de fabricación industrial. Pero hasta principios del siglo veinte todas las azadas que usaban los amescoanos eran manufacturadas por los herreros de Zudaire o de Larraona. La azada más utilizada era la jada. Todavía se conserva en San Martín una de las que fabricaba el herrero de Zudaire: su hoja pesa dos kilogramos y mide 22 cm de largo y 15 cm de ancho, el mango tiene 65 cm de largo.

En San Martín de Unx (N) le llaman ajada y se utiliza para toda faena; las había estrechas para cortar matas.

En Aoiz (N) lo mismo que en Cárcar (N) y en Valtierra (N) señalan que a pesar de la mecanización general de los trabajos agrícolas las azadas se siguen empleando para hacer hoyos y surcos, para sembrar patatas o legumbres y para sallar y desherbar los sembrados.

En Obanos (N) la azada más utilizada era de hoja ancha con una pala de 20 x 30 cm. Era de factura industrial con la marca Bellota[3]. Era la más indicada para los trabajos de huerta, para hacer los hoyos en la viña y plantar los injertos o barbados. También era el instrumento utilizado al descavar y al “darle a la cepa”.

Arpón. Horzbikoa

En el género de la azada se incluye también aquella que tiene dos púas, que en euskera recibe los nombres de hozpikoa, bihortzekoa, hortzbikoa, atxurkula, lai atxurra, aizurrortza[4].

Este arpón bidente se emplea para remoción de tierras, principalmente en las huertas, y para remover el estiércol y las camas de ganado de los establos.

En Beasain, Telleriarte y Zerain (G),hozpikoa, se utiliza en la huerta para escardar sin dañar las plantas. También en Elgoibar (G) utilizan este tipo de azada, hozpikua. En el lado contrario a la pala y por encima del ojo donde entra el mango de madera salen dos púas largas; se utiliza sobre todo para sacar de la tierra la remolacha. Para sacar la patata se usa la parte plana de la azada.

Horzbikoa. Elgoibar (G), c. 1930. Fuente: Koldo Lizarralde (Foto Azkue), Grupos Etniker Euskalerria.

En Bedarona y en Nabarniz-B a este tipo de azada bidente denominan atxurkulie. En Gautegiz Arteaga (B) recibe el nombre de laia-atxurre y se utiliza para mullir la tierra.

En Zeanuri (B) recibe los nombres de arpoia y kakoa; en Zamudio (B), kakoa; dicen que penetra más fácilmente que la azada en la tierra que se quiere remover.

En Ustárroz, Isaba y Urzainqui (Valle de Roncal-N) a la azada bidente, de dos púas, le denominaban atxurrotza y la pequeña azada que se manejaba con una mano se llamaba ajadico, ai tzurkoa o xorrai-aitzurkoa.

En el Valle de Carranza (B) el caco consta de dos púas planas que describen una U invertida dispuestas en el mango en lugar de la hoja de hierro de la azada. Se utiliza sobre todo para cavar en suelos duros o para alcanzar una mayor profundidad ya que consigue penetrar mejor que la hoja de la azada. Además, una vez clavado en la tierra, como suele contar con un mango más grueso, se puede hacer palanca con él del mismo modo que con el pico.

El caco es muy útil cuando se quiere cavar una tierra surcada de raíces, como ocurría con los terrenos en los que crecían viñas, ya que al remover la tierra con una azada se cortaban demasiadas raíces dañando las plantas. Por esta misma razón se empleaba al arrancar árboles que crecían en semilleros para después poder plantarlos en su ubicación definitiva.

Azadilla. Zarcillo

La azadilla es una azada pequeña que generalmente se maneja con una sola mano. Se emplea para plantar algunas hortalizas. Ha sido utilizada también para escardar los sembrados de cereales.

En euskera recibe los nombres: jorraia, jorrai txikia, atxur txikia, atxurkoa.

En castellano: zarcillo, azadillo, azadonillo, zadonillo, zadilla, jadilla.

La azadilla o almocafre recibe en Sara (L) el nombre de jorraia. Se maneja con una mano o con las dos, según sea corto o largo el mango. Su forma es como la del jorraintzurra descrito anteriormente; pero sus dimensiones son menores. Antaño se empleaba en la escarda del trigo con mango largo. El almocafre de mango corto era utilizado en diversas operaciones de huerta. Posteriormente fue reemplazado por la escardadera que tiene una pala de un lado y dos púas del otro. También esta se llama jorraia. A diferencia del almocafre primitivo, el nuevo, ya en los años cuarenta del siglo XX, no era producto local fabricado por los herreros, sino una herramienta fabricada en serie en talleres mecanistas.

También en Liginaga (Z) empleaban la azadilla que se llama jorraia, pala de hierro de mango largo para remover la tierra de la huerta.

En el Valle de Carranza (B) a las pequeñas azadas llaman zarcillos. Pueden tener el mango largo, cuando son empleados para sallar, o corto, cuando son utilizadas para plantar. La labor de escardar con el zarcillo de mango largo se denominaba zarcillar si lo que se limpiaba era el trigo, trabajo que se realizaba a últimos del mes de marzo. Para ello se empleaba uno especial que dispuesto en oposición a la hoja tiene una horca, caco u orejetas (también se llamaban así). Con un zarcillo de mango largo se escardan también cultivos que crecen en hileras próximas como los ajos, las cebollas y los puerros. El zarcillo de mango largo es utilizado con ambas manos mientras que el de mango corto se sujeta con una mano y se cava un hoyo mientras que con la otra se toma la planta y se introduce en el hoyo. Luego se cubren sus raíces con la tierra arrastrada con el zarcillo.

En Zamudio (B) lo mismo que en Bedarona y en Abadiño (B) le denominan atxur txikie y jorrai txikie y la utilizaban para liberar la tierra de hierbas. También en Zeanuri (B) recibe el nombre de atxur txikie y se emplea sobre todo en los trabajos de huerta.

En Gautegiz Arteaga (B) llaman jorrailatxue a una pequeña azada que se utiliza para poner plantas de tomate, lechuga, pimiento… También se conoce otra azadilla denominada laiaatxurre con dos puntas, erro bikoa, que usan las mujeres para plantar flores.

En Urduliz (B) llaman jorraia a la azadilla de pala estrecha y mango corto, aste laburre, que se emplea para plantar pimientos, tomates, berzas, etc. en la huerta. Jorrai-kakoa, por su parte, es una azadilla que en su cabezal tiene dos púas a modo de horquilla y sirve para sallar las hortalizas como ajos y cebollas cuando todavía son tiernas.

En Hondarribia (G) el almocafre tiene por un lado dos púas y por el otro la pala en una misma pieza, con un largo mango de madera.

En Valderejo (A) le denominan azadillo; su pala es pequeña y alargada y su mango más largo que el de la azada. Se usaba para escardar el trigo y en las huertas para remover la tierra ya que su pequeño tamaño permitía realizar el trabajo sin dañar las plantas.

En Améscoa (N) la chapa de la azadilla mide 13 cm de largo y 5 cm de ancho y su mango 80 cm. Para las labores de huerta usaban azadillas de mango corto. En esta localidad el trigo y los mestos se escardaban con azadilla, jadilla, con la que arañaban la tierra y quitaban las hierbas. Era una labor que realizaban las mujeres. En Obanos (N) lo mismo que en Valtierra (N) la azadilla la utilizaban en huertos y huertas, para edrar, caballonar, quitar hierbas, hacer canteras, hacer los pequeños hoyos donde sembrar o plantar patata, etc. En Sartaguda (N) le llaman azadonillo; en Viana (N) zadonillo.

En Apellániz (A) describen el zadillo o zadonito como la herramienta más pequeña entre las de cavar la tierra, de poco más de medio metro de mango y una pala de 15 cm de largo; en la parte inferior 5 cm que aumenta hasta 9 en la parte alta. En Moreda (A) denominan zadilla a este tipo de azada.

En la Ribera de Navarra utilizan la azadilla, achureo, en labores de huerta y para escardar[5].

En Moreda (A) el zadón es una herramienta parecida a la azada pero de menores dimensiones, pequeño y estrecho. Se emplea para hacer hoyos y quitar hierbas en las viñas. Se compone de mango de palo y pieza de acero pequeña rectangular con la punta más afilada para que penetre en la tierra.

Distintos tipos de azada. Abadiño (B), 2005. Fuente: Rosa M.ª  Ardanza, Grupos Etniker Euskalerria.

Azadón

El azadón es una azada de mayor tamaño que las descritas anteriormente y tiene hoja rectangular y filo curvo. Es más pesada que la azada. Se emplea para roturar terrenos baldíos, arrancar raíces y piedras grandes, etc. En Améscoa (N) le denominan, jadón, en San Martín de Unx (N), ajadón.

En Apellániz (A), para algunas labores especiales había azadas mayores que el zadón, que llegaban a tener una hoja de 33 cm de largo y recibían el nombre de palazada. También en Abezia (A) utilizaban este último tipo de azada.

En Bernedo, Berganzo y Valtierra (A) han utilizado el azadón, para los roturos y para el riego.

Afilamiento de las azadas

En el Valle de Carranza (B) al filo de la azada se le ha llamado boca; periódicamente se afilaba con una lima. También convenía tener bien limpia la hoja para que corriese la tierra. Si estaba llena de roña se adhería el polvo de la tierra, sobre todo si había algo de rocío, dificultando el trabajo. Al ser herramientas que se utilizaban con mucha frecuencia se mantenían lustrosas gracias al uso, pero aún así había cierta preocupación por limpiarlas al finalizar el trabajo.

En Bedarona (B) se afilan en una piedra redonda, gezterie, de 50 cm de diámetro que tenía una manivela unida a su eje central a la que se le daba vueltas.

En Moreda (A) señalan los informantes que no se acostumbra aguzar la azada, simplemente se limpian de tierra o de barro. Si el mango se afloja en la zona baja que lleva la pieza de acero se introduce en agua para que se hinche y se apriete.


 
  1. Tal como señala Barandiaran parece que la azada es uno de los instrumentos de labranza más antiguos. En el dolmen de Bidartea, del período Neolítico situado cerca del puerto de Otzaurte (Zegama-G), fue hallado un objeto de piedra pulida cuya forma y corte le asemeja a una hoja de azada. En euskera el nombre mismo aitzur parece significar “piedra de corte afilado”, lo que nos llevaría a una época en que este instrumento era de piedra.
  2. En esta localidad vizcaína distinguen entre herramientas, que son aquellos útiles manejados a mano y aperos que son los arrastrados por animales.
  3. Informantes de varias localidades señalan que a partir de los años treinta del pasado siglo XX se generalizaron las azadas de la marca Bellota fabricadas en Legazpi (Gipuzkoa) en la empresa de Patricio Echeverria.
  4. Telesforo de ARANZADI, “Explicación de los aperos de la labranza en la exposición” in V Congreso de Estudios Vascos. Arte popular vasco. San Sebastián: 1934, p. 28.
  5. José M.ª JIMENO JURÍO. "Diccionario Etnográfico y Folklórico" in Etnografía histórica al airico de la tierra. Pamplona: 2010, p. 343.