Arranque y ablandamiento, ateratzea eta beratzea

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

El lino no se segaba como el trigo. Utilizando ambas manos se arrancaba de la tierra con sus raíces. Esto se debía a que la raíz y la parte más cercana a esta era muy propia para obtener fibra de hilo. (Como luego anotaremos, en el País Vasco continental en cambio se cortaban con hoz las plantas de lino). Había que arrancarlo, linoa etaa (Ataun-G), en pequeñas porciones y sacudir las raíces para que soltaran la tierra. Después quedaba extendido en el mismo campo durante algún tiempo para que la lluvia lo ablandara.

Al cabo de un tiempo se recogía en pequeños manojos, cuidando de que la parte de las semillas quedara siempre del mismo lado y se ataban valiéndose de la misma planta o de una hierba flexible. A esta atadura se le denominaba eraskia (Gabiria-G), ezkarria, aztiria, itxakia (Navarra), etxeikia (Arantzazu), eskutiñek (Dima-B), vencejo (Bernedo-A).

Los manojos de lino se apilaban en montones, liño-balak y liño-azoak. Con diez manojos se hacía un liño-bala y con diez liño-balak se hacía una karga, que en carro se llevaban a casa. En Ataun y Zerain (G) así como en Lakunza (N) y en Urdiain (N) a los manojos les denominaban eskutadak, en Zeanuri y en Dima (B) eskuteak.

Para obtener mayor provecho de la tierra después de arrancar el lino se sembraba a veces el maíz y para ello se adelantaba el arranque del lino. Cuando, por razón de la siembra del maíz, se arrancaba el lino antes de su maduración había que desatar los manojos y extender el lino al menos durante dos semanas en el campo o en la era para que se ablandara.

La cosecha del lino se guardaba en el camarote o pajar, sabaiao, sabaia. De esta cosecha se solía dar a los que iban en cuestación en los Carnavales (Larraun-N); de aquí se pagaban los diezmos a la iglesia. En otros tiempos algunas seroras de ermitas iban de casa en casa a recoger “los linos de la Virgen”, “Ama Birjiñaren linoak”. Con estos linos se confeccionaban los vestidos de la Virgen y los manteles del altar[1].

El lino sembrado en septiembre, agorlinoa, crecía en ramas y daba tres hileras de flor. Al abrirse la tercera hilera, era cuando tenía lugar el arranque en el mes de mayo. En ese caso se solía extender el lino en el prado o en la era, larrañe, y permanecía allí durante unos quince días para que se ablandara.

En Zerain (G) el arrancado se hacía en mayo, cuando la planta amarilleaba. Se dejaban los haces extendidos en la misma tierra. Luego se hacían manojos, eskutadak, y se ataban con la misma planta y se llevaba al camarote.

En Zeanuri (B) una vez crecidas las plantas se arrancaban de raíz cogiéndolas con ambas manos. Se dejaban esparcidas en el campo durante bastante tiempo, “hamabost egun edo hilebete eurie eta iñontza hartzeako”, durante quince días o un mes para que recibieran la lluvia y el rocío. No acostumbraban a introducir las plantas en el agua del río. Pasado este tiempo se recogían haciendo con ellos manojos, “eskuteak egin”, que se ataban con dos o tres tallos verdes y flexibles de la misma planta. Estos manojos de lino se guardaban en el camarote de la casa, goitegia.

En Dima (B) la planta se arrancaba de raíz y se dejaban en la heredad durante unos tres o cuatro días para que se secasen. Luego hacían gavillas, eskutak, que amarraban con plantas del mismo lino. A estas plantas utilizadas como sujeción llamaban estukiñek.

En el Valle de Carranza (B) se arrancaba el lino en mayo o junio, se tenía unos días en el balcón o inmediaciones de las casas y luego se les desgranaba para conservar la semilla, que era muy apreciada.

En Urdiain (N) también se arrancaba a mano, labor sumamente penosa teniendo en cuenta la profundidad de las raíces y la época de sequía en el verano. En el mismo campo se colocaba en manojos, eskutadak. Como una vez seca había que desgranar la semilla, las cabezas de la planta se ponían del mismo lado. Cuando se llevaba la cosecha a casa se tenía gran interés por presentarse en el pueblo con la carga más lucida de mies.

En Améscoa (N) el arrancado del lino tenía lugar en agosto. Para arrancar cada puño lo ataban abrazándolo con algunas de las plantas, era este “el puño de tranquia”. Los manojicos los ataban en fajos que dejaban tiesos en la pieza para que se secaran.

En Bernedo, Bajauri, Obecuri y Urturi (A), antes de que se secase del todo, se arrancaba la planta y en manojos se dejaba secar en la pieza y después de seco se hacían haces que ataban con vencejos hechos de la planta del centeno, para llevarlos a majar, a fin de que soltaran el grano.

En Liginaga (Z) una vez madurada la planta del lino, “lian-hazia untsa huntzea!; la cortaban con la hoz junto a la raíz, “zañan ondotik muzten igateiekin”, desgranaban, gripatu, el lino con un peine, orrazia, de madera llamado gripa; lo extendían en un prado, zabaldu sohuan, a fin de que las lluvias lo limpiasen. Cuando se había secado bien por un lado, le daban la vuelta por el otro lado, “gaintik batez untsa idortu denian, beste gaintitik inguratzen”.


 
  1. Resurrección M.ª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Bilbao: 1989, p. 453.