Hoy día
En Viana (N) aportan el dato de que en el año 1935 había en la localidad 209 caballos, 327 mulas y 138 asnos. En 1982 había descendido en cada uno de los grupos a 3, 40 y 18, respectivamente. Este ganado antes tan numeroso ya ha desaparecido totalmente.
En Aoiz (N) la situación descrita es similar. En 1935 en la localidad había 25 cabezas de ganado caballar, 31 de mular, 10 de asnal y dos cabezas de bovino. Hoy día con la mecanización de la agricultura ha ido desapareciendo toda la fuerza animal.
En Obanos (N) en el Censo de riqueza pecuaria de 1976 todavía había animales de labor pero su descenso era evidente: 25 cabezas de ganado mular, dos de caballería y una de asnal. En el último tercio del siglo XX la mayoría de los animales de tiro eran mulos. Los caballos de montura han sido excepción en la localidad, hoy día un par de vecinos tienen caballos de montar.
En Valderejo (A) y en Améscoa (N) a finales de los años 1960 dejó de ser imprescindible el empleo de la fuerza animal que fue dando paso a la fuerza mecánica. En Donazaharre (BN) los tractores se introdujeron a mediados de la década de los sesenta, pero al principio únicamente disponían de ellos las casas importantes. En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) el ganado como tracción animal desapareció a comienzos de la década de 1970 con la introducción de los tractores. En Berganzo (A) se recuerda que en los primeros años setenta solo quedaba una yegua como animal de tiro. En Moreda (A) hoy día todos los trabajos del campo se realizan con maquinaria agrícola. Desde los años 1980 la fuerza animal, tanto de laboreo como de arrastre o carga, ha dejado de utilizarse. En Hondarribia (G) y en Pipaón (A) retrasan hasta los años 1990 la utilización de la fuerza animal en las labores agrícolas.
En el Valle de Carranza (B) hoy día los escasos burros que quedan se utilizan, preferentemente, como animales para tirar del carro y transportar el verde a la cuadra y sacar abono desde esta al prado. La utilización de yeguas o caballos se restringe principalmente a los ganaderos que poseen animales de monte, quienes los emplean en la subida a los altos para vigilar y controlar el ganado que allí pasta.
En las Encartaciones (B) indican que aún quedan algunas yeguas, caballos y burros usados para el transporte en pequeños carros de hierba verde, retoño, etc. del prado donde se siega hasta la cuadra.
En Bedarona (B) y en Hondarribia (G) señalan que algún caserío conserva la pareja de bueyes no para labores agrícolas sino para exhibiciones folklóricas y pruebas de arrastre. Hoy día muy pocos caseríos disponen de burro, lo utilizan para acarrear hierba de prados cercanos a la casa. También hay quien tiene caballos sin más finalidad de que pasten y mantengan limpios los prados.
En algunas localidades hoy día se ven caballos y yeguas que se destinan no a tareas del campo sino a paseo y equitación.