Animales protectores

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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El animal de color negro y sobre todo el macho cabrío es considerado en toda la zona encuestada como protector del rebaño o del establo.

En Sara (L) el macho cabrío, la cabra y el asno son considerados como animales protectores de aquellos que están en el establo. También es garantía de buena suerte tener una oveja negra en el rebaño e igualmente una gallina negra en el gallinero y un conejo negro entre los que se crían en casa.

En Ainhoa (L) algunos pastores o ganaderos criaban en el establo un macho cabrío negro por protección[1].

En Hondarribia (G) sostienen que si en una cuadra hay un cabrón no entrará la enfermedad conocida como lipu beltza debido al mal olor del macho cabrío. Otros atribuyen este efecto benéfico a la presencia del burro en la cuadra.

En Astigarraga al igual que en Getaria y en Elgoibar (G) suelen colocar en el establo un macho cabrío, akerra, junto con las vacas, para que éstas no caigan enfermas. Esta presencia de macho cabrío evita que el ganado adquiera frantses miña (enfermedad de los pulmones) o naparria (enfermedad de las ubres); también impide que las vacas tengan abortos.

En Zerain (G) algunos pastores consideran que la cabra y la oveja negra son las protectoras del rebaño y en Oñati (G) los pastores creen que con una oveja negra en el rebaño se protege a éste de los rayos, enfermedades y mala suerte.

Los pastores de Gorbea-Zeanuri (B) consideran que la presencia del macho cabrío, akarra, en la cuadra junto al rebaño de ovejas es beneficioso para la salud de éstas. Esto es debido al olor que despide el cabrón; también consideran beneficiosa su presencia en la cuadra de vacas, especialmente cuando éstas padecen dolencias pulmonares, birietako ga txentzako. Igual creencia tienen los pastores de Belatxikieta (Amorebieta-Etxano-B) y de AnbotoUrkiola (Abadiano-B).

En el Valle de Ayala (A), según algunos informantes, cuando se declara una enfermedad en la cuadra, introducen en ella un chivo que resulta beneficioso para las vacas y acaba curándolas; al decir de ellos, tiene poder curativo el fuerte olor que despide el chivo. El año 1996 ante un caso de varias vacas que enfermaron de brucelosis un ganadero de este valle ató un chivo en la cuadra, con buenos resultados, según él.

En Apellániz (A) se creía que una calavera de carnero colocada en el establo de las ovejas evitaba que éstas murieran de la enfermedad por la que sucumbió aquél[2].

En Larraun (N) de acuerdo con una creencia popular mantenían un carnero, choto o akerra, en la cuadra junto con el resto de ganado pues aquél atraía todos los aspectos negativos como son los dolores y las enfermedades; según otros el choto, akerra, debido a su pestilente tufo, absorbía todas las enfermedades que tuviera el ganado.

En Roncal (N) se ponía un boque, macho cabrío, en el corral para que las vacas no abortaran.

En Mélida (N) algunos informantes señalan que la presencia de una oveja negra con la punta de cola blanca da suerte o es saludable para el resto de las ovejas.


 
  1. José Miguel de BARANDIARAN. «Contribución al estudio de las industrias tradicionales derivadas de la leche en Ainhoa» in AEF, XV (1955) p. 51.
  2. Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. «Apellániz. Pasado y presente de un pueblo alavés» in Ohitura, 0 (1981) p. 106.