Gallinas y gatos

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

En Ataun (G) cuando por compra o regalo se llevaba a casa alguna gallina o gato, se le daba tres vueltas, metido en un saco, alrededor del llar de la cocina; se decía que así no se iría de casa. Algunos introducían al gato en el tamboril de asar castañas y colocado éste en el llar, le daban varias vueltas. Esta costumbre se constató a principios de los años veinte y ya entonces la practicaban pocos[1].

En Zerain (G) si se llevaban a casa gallinas compradas en la feria o en otro sitio, antes de soltarlas en el gallinero se introducían en la cocina y se les daba tres vueltas alrededor del hierro que pendía de la cadena de la chimenea, elatza, recitando tres veces: «Kanpora ba zoazte, etxera etorri».

Según recogió Azkue en Arratia (B), el primer día que se traía a casa un gato o también una gallina, la señora de ésta le hacía dar tres vueltas al llar a la vez que decía: «Etserako zara ta etserako izan zatez» (Eres para casa y para casa sé)[2].

En los barrios de Sasiola, Astigarribia, Olaz, Mixoa y Galdua de Deba-Mutriku (G), cuando llevaban de fuera una gallina, la tomaban en la mano y le daban tres vueltas alrededor del llar de la cocina, diciendo cada vez: «Etxea erretirau» (retirarse a casa). Creían así que no escaparía de casa[3].

En Oñati (G) cuando se adquiría un gato o un gallo se le daba tres vueltas alrededor del llar para que se aclimatara.

En Oiartzun (G) se decía en la década de los años veinte que para que un gato traído de fuera se acostumbrara a su nueva casa, etsitzeko, era bueno meterlo en un saco y darle unas vueltas alrededor del llar[4].

Pasando el gato alrededor del llar. (Dibujo de Tillac). Fuente: Azkue, Resurrección M.ª de. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935: (Dibujo de Tillac).

También en Bera (N) cuando se llevaba a casa un gato nuevo se le daban tres vueltas alrededor del llar, pues se pensaba que de esta suerte quedaba vinculado al hogar y que no se escaparía. Algunos hacían lo propio con las gallinas.

En Valcarlos (N) existió la costumbre de dar tres vueltas a ciertos animales alrededor del llar, laratza. Se practicaba sobre todo con el gato y las gallinas recién adquiridos con el fin de que se adaptaran al nuevo domicilio. Servía igualmente el humo del fogón. Satrustegui recoge que en cierto caserío adquirieron un hermoso gato gris, pero al cabo de unos días regresó a su antiguo hogar. Su propietaria comentó: «Itsusia! Halta, moda xaharrian iru aldiz inguratia nixun labatzian!» (¡Qué calamidad! Y eso que, a la antigua usanza, le había dado tres vueltas alrededor del llar).

En Donazaharre (BN) se les hacía dar tres vueltas sin decir nada y nueve en Zuberoa. En Donoztiri (BN), antaño, era costumbre darles varias vueltas alrededor del llar del fogón a las gallinas que se traían de fuera[5] y en Liginaga (Z), a los gatos, tres vueltas para que no se escaparan.

En Urturi (A) recuerdan que antaño cuando se traía a la casa un gato, antes de abrir el saco en el que se transportaba se le pasaba por el fogón de la cocina para que cogiera humo y se hiciera al nuevo hogar. Después se le soltaba y se le daba de comer.


 
  1. Idem, «Contribución al estudio de la casa rural y de los establecimientos humanos. Pueblo de Ataun» in AEF, V (1925) p. 28.
  2. Resurrección M.ª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, p. 111.
  3. José Miguel de BARANDIARAN. «Establecimientos humanos. Barrios de Sasiola, Astigarribia, Olaz, Mixoa y Galdua (Deva-Motrico)» in AEF, VIII (1928) p. 29.
  4. Manuel de LEKUONA. «Establecimientos humanos y casa rural. Pueblo de Oyartzun» in AEF, V (1925) p. 129.
  5. José Miguel de BARANDIARAN. «Rasgos de la vida popular de Dohozti» in El mundo en la mente popular vasca. Tomo IV. Zarauz, 1966, p. 24.