La carda
La labor previa al hilado es la carda; consiste en separar las hebras de la lana para lograr un copo, mataza, mullido y suelto, de fibras dispuestas paralelamente. Según los informantes cardar es aflojar la lana (Larraun-N); también consiste en peinarla, orrazitu (Eugi-N) o en mullirla, arrotu (Aralar-N) o soltar sus hebras, izpitu, (Oiz-B) e izpildu (Mendata-B) y, así mismo, en ahuecarla, afotu (Orozko-B); en Carranza (B) esta labor recibe el nombre de carmenar.
En su forma más simple se lleva a cabo con los dedos índice y pulgar de ambas manos tomando pequeñas porciones de lana; así cardaba el viejo pastor de Gaintza (N) en el Aralar navarro en los años cuarenta y de la misma manera lo hacían los pastores de Orozko en el Gorbea. A mano cardan todavía las hilanderas de Triano (B) y las del Valle de Carranza: «sacando pelo por pelo la lana de la pila haciendo así el copo».
Para esta operación se emplean también unos cepillos que reciben el nombre de cardas, txarrantxa; son dos tablas, gardatzak (Mendata), cuadradas con mango y púas de hierro entre las que se coloca una porción de lana; frotándolos uno contra el otro la lana intercalada se va soltando y ahuecando.
En tiempos fue labor doméstica de la época invernal. En Carranza mujeres vecinas se juntaban en una casa junto al lar por las tardes después de comer para las tareas de carmenar, hilar, hacer calcetines o repararlos. En el otro extremo de Vasconia un informante de Etxebarre (Z) recuerda cómo en la época de Navidad, su abuela venía a casa de sus padres a vivir una temporada con ellos. Sentada en el escaño, züzülo, junto al fuego se pasaba el día hilando y contándole historias a él que le escuchaba sentado en un escabel, kaseta, mientras sus hermanas hacían calcetines para la familia.