Terreña
En los montes del territorio alavés se halla otra raza conocida como terreña de la que ocasionalmente se ha aprovechado otro recurso: su fuerza como animal de tiro.
En Apodaca los bueyes eran de raza terreña, las vacas de leche suizas y holandesas, las de carne frisonas y las de tiro pirenaicas.
En Ribera Alta las de leche solían ser de las denominadas holandesas mientras que las utilizadas para la cría de terneros eran terreñas. Los bueyes eran de diversas razas: montañeses, que procedían de Cantabria, terreños, que eran autóctonos, bercianos, que venían de León, gallegos, que como su nombre indica llegaban de Galicia y se caracterizaban por su temperamento tranquilo, y pirenaicos, que eran rubios y de cuernos afilados.
En Valderejo con anterioridad a los años setenta tenían vacas terreñas y también tudancas originarias de Cantabria; las vacas lecheras eran suizas y mestizas. A partir de los setenta se comenzaron a ver charolesas, suizas, pirenaicas y limusinas, llegando a ser la raza predominante la charolesa.
En Bernedo antaño destacaban las vacas terreñas que, a pesar de no ser muy corpulentas, tenían buenos cuernos. Hacia el año 1940 se comenzó a introducir la vaca pinta holandesa para la obtención de leche.
En el Condado de Treviño las vacas eran de raza terreña. En unas cuantas cuadras había alguna vaca lechera y una o dos parejas de bueyes.
En Arluzea las vacas eran igualmente de raza terreña, aunque con este nombre también se conocía al ganado vacuno de colores oscuros. Algún vecino prefería los animales de la zona de Cameros (La Rioja) ya que poseían un porte más vigoroso. Se les llamaba igualmente terreños y los sementales se adquirían en la feria de Santo Domingo. No solían permanecer mucho tiempo en la manada, a lo sumo un par de años, ya que dada su fortaleza, muy superior a los toros de la zona, solían acabar extendiendo sus dominios hasta la zona de la Llanada desatendiendo el ganado de su dueño. Con el nombre de terreños también se conocían los bueyes procedentes de Galicia. Actualmente las vacas son en su mayoría de raza charolesa.
En Pipaón las vacas eran de raza terreña. Hoy abundan las charolesas y pirinaicas.
En Tierra de Ayala las que pastan en Sierra Salvada son las que tradicionalmente se han criado en la comarca, pertenecientes a la raza terreña. Se trata de un ganado duro, de aptitud cárnica y perfectamente adaptado al terreno. Se distinguen en ellas dos tonalidades: grises y rojas.
En Berganzo el ganado vacuno es terreño, santanderino, asturiano y gallego. Actualmente abunda más el terreño mestizo, vizcaino, ratino, charolés, limusín y pirenaico.
En Araia las razas vacunas existentes son la pirenaica, suiza, terreña o de monte, limusina y pinta, destinada ésta a la producción lechera.
En Urkabustaiz la vaca más habitual es también la terreña, con ojeras y ojos oscuros, rojiza, muy dura y resistente.