Txabolas y rebaños
En Zeanuri (B) en las primeras décadas del siglo XX el cura del pueblo bendecía los rebaños antes de que éstos emprendieran la subida a los pastizales del Gorbea. Más tarde, después de la guerra civil (1936) eran los frailes que subían a celebrar la misa dominical en la ermita de Egiriñao los que bendecían uno a uno los rebaños y las txabolas; cada pastor les obsequiaba con un queso por este servicio religioso. De igual modo los pastores de Orozko que acudían a esta misa aportaban un queso por las bendiciones de sus rebaños.
Pastores de Ahedo (Carranza-B) recuerdan que, hasta la década de los años veinte, se tenía por costumbre bendecir los rebaños de ovejas unos días antes de subir al monte.
En el Goierri guipuzcoano (Beasain-G), en el momento de partir hacia los pastos de la Sierra de Aralar en la primavera o de bajar de ellos en el otoño, el pastor o algún familiar asperjaba su rebaño con agua bendita.
Algunos pastores de Zerain (G), la noche anterior a subir a Urbia, solían bendecir el rebaño con agua bendita. En los años cincuenta un pastor de esta localidad señalaba que la víspera de la subida (acostumbraban a hacerlo hacia el 10 de mayo) les ponía a las ovejas más despabiladas las esquilas, txintxarri ta tunbak, y les echaba agua bendita con hoja de laurel bendecida el día de Ramos.
Los religiosos franciscanos del Santuario de Arantzazu acuden todos los años hacia el mes de mayo a bendecir los rebaños, pasturajes y txabolas que se ubican en Urbia-Oltza y Aizkorri; estos mismos frailes imparten la bendición a los rebaños y txabolas de Brinkola y Telleriarte (G), así como a los de Ernio (G). En esta tarea intervenían también miembros de otras congregaciones como los Pasionistas de Gabiria y los Agustinos de Oñati. Tras la bendición los religiosos solían dejar como recuerdo una estampa o un rosario que se colocaba junto al hogar. A cambio el pastor solía obsequiarlos con un queso.
En Astigarraga (G) recuerdan que en los años treinta y cuarenta algunos frailes solían recorrer anualmente los caseríos postulando para el convento; a cambio de la limosna que recibían daban estampas y bendecían la casa y los establos.
En Valcarlos (N) en los años sesenta muchas familias llamaban todos los años al sacerdote para bendecir el ganado, kabalen benedikatzia. Solían hacerlo generalmente el día del esquileo, ardi moxtea, antes de que las ovejas regresaran al monte. También en Eugi (N) los sacerdotes acudían a bendecir los rebaños y el ganado, así como establos, vaquerías y corrales.
En San Martín de Unx (N) los pastores llevaban botellas con agua pasada por la Virgen de Molora (Zaragoza) y con ella se asperjaban los rebaños de ovejas.
En Uharte-Garazi (BN), recuerdan que las mujeres de la casa bendecían el rebaño con un ramo de laurel y el agua bendita cuando salían de casa hacia los pastizales. Esta costumbre desapareció hace años.
En Zuberoa se bendice el kaiolar y el establo cuando se termina su construcción: participa el sacerdote y se festeja el acto a continuación.