Ganado vacuno destinado a carne
Tradicionalmente el ganado vacuno ha tenido dos destinos principales: la cría de novillos y terneras para carne, arakie, y la reserva de algunas cabezas para las faenas agrícolas y para la leche de consumo doméstico. Pasados los años, se han dedicado estos animales mayoritariamente a la producción lechera y a la industria cárnica.
El ganado vacuno –en los años setenta– constituía una riqueza básica del caserío. Todavía la producción total de carne en Vasconia, a pesar de ir en aumento, resultaba insuficiente para atender la propia demanda[1]. En la sierra de Badaia (A) las reses de vacuno se destinaban a labores agrícolas para lo que apartaban los novillos y novillas buenos, y los demás iban para carne. Las yeguas se dedicaban a la cría y se vendían los potros, las mulas y los machos. Hoy día todo el ganado mayor es para carne. En Valderejo y Pipaón (A) las vacas se destinaban a la cría y cuando no servían para esta función se enviaban al matadero. Los novillos se utilizaban en las labores domésticas. Algunos se dejaban para formar pareja con los bueyes en las labores de la casa.
En Urduliz (B), en tiempos pasados, las vacas se destinaban a la producción de leche y una vez que dejaban de darla, se vendían al carnicero. Las vacas para carne se introdujeron a comienzos de los años ochenta. Los terneros, txaalak, se criaban para la venta y las hembras, begaiak, que tuvieran buena planta se dejaban para casa. En los decenios ochenta y noventa algunos caseríos han inaugurado la costumbre de sacrificar los terneros propios para consumo doméstico.
En el Valle de Lónguida (Aoiz-N) el destino de vacas y terneras es el consumo de carne, en Ribera Alta (A) los terneros se venden con mes y medio y en San Martín de Unx (N) las vacas royas se destinaban a la producción de leche y para carne.
En las Bardenas (N) se crían reses bravas exclusivamente para fiestas y corridas.
- ↑ Iñigo AGUIRRE. Eusko Lurra, Zarauz, 1974, p. 74.