Pastores concejiles
Hasta la década de los cincuenta la presencia del pastor contratado por el concejo ha sido muy habitual en Álava y en numerosas localidades de Navarra. Existió también en algunos lugares de Gipuzkoa, aunque su recuerdo se ha desvanecido. Se trata de un procedimiento comunitario de apacentar el ganado de forma que los vecinos de una localidad contrataban un único pastor para que cuidara de los rebaños del pueblo.
La explicación a este modo de trabajo viene dada en parte, según los datos recogidos en Agurain (A) en los años cincuenta, por la existencia en muchas localidades alavesas de montes comunales con una extensión de entre 300 y 500 hectáreas que se destinaban al aprovechamiento de leña, pastos y aguas. En estos lugares pasturaba el ganado durante el día en la época de invierno, vigilado siempre por un pastor que, a la caída de la tarde, regresaba al pueblo para entregar a cada dueño su res. A estas agrupaciones de ganados se las denominaba dulas y las especies más habituales eran caballar, cabrío y vacuno. En el verano, una vez recogidas las cosechas de cereales, este ganado, al cargo del pastor, aprovechaba las rastrojeras, comía las espigas que habían quedado en el campo y las hierbas que brotaban de él[1]. En Álava la dula o hato de ganado mayor, perteneciente a todos los vecinos, es usual designarla con el término almaje, tal y como se ha recogido en nuestras encuestas.
En Berganzo (A) el pastor recibía el nombre de dulero y este pastoreo se conocía como la dula. En Moreda (A) había pastor de villa que cuidaba del rebaño de villa (de cabras) y también pastor de caballerías o dulero. En Lodosa y Codés (N) se denominaba dula a la práctica de reunir todo el ganado de villa (vacas y caballos, es decir, animales de trabajo, sobre todo) que estaba al cuidado del dulero o machero (pastor de machos). Éste era el nombre del ganado de labor en la Navarra oriental, mientras que el resto se denominaba yegüería; también había vaquerías y cabrerías, únicos ganados colectivos que sobreviven hoy en día.
En San Martín de Unx (N) el pastor se llamaba boyero, dulero, cabrero o vaquero, en función del ganado que cuidara. En Sangüesa (N) el yeguacero estaba al frente de la dula. En Arraioz (N) se denominaba uneia al responsable del cuidado de las vacas. En Eugi (N) bizela era el responsable de sacar a pastar yeguas, pottokas, caballos y potros; en Auritzberri y Larraun (N) al cabrero se le denominaba auntzaia, en Ultzama (N) untzaia y en varios pueblos de la Ribera (N) bizalero. En los valles de Roncal y Salazar (N) se recuerda la figura del cabrero para todo el pueblo, al igual que en Izurdiaga (N) donde, además de un pastor para vacas y otro para ovejas, había un cabrero al que se le conocía como azeia. En Améscoa había vaquero y yegüero. En Ribera Alta (A) había dos pastores duleros; el primero se encargaba de vacas y yeguas y el segundo de ovejas y cabras.
En Roncesvalles (N), cada municipio costeaba cuatro pastores comunales: para ovejas, vacas, caballos y cabras, frente al único dulero concejil de vacas de tiro, caballerías y bueyes que existía en el valle de Orba (N)[2]. En Araia (A) el pastor comunal desapareció hace ya muchos años, si bien a comienzos del siglo XX todavía existía en la comarca.
En Otsagabia (N), según se recogió en los años cincuenta, un vaquero se hacía cargo de todas las vacas en la zona de pasturaje reservada a estos animales en la comunidad de Abodi, integrada por varios pueblos; por el contrario, las ovejas eran responsabilidad de cada propietario, aunque normalmente éste se valía de la ayuda de criados[3].
En Oskotze (N) existía un cabrero mientras que en Lezaun (N) había un pastor para cada tipo de ganado: cabrería, cabritería (sólo para las cabras que estaban a punto de parir), machería y bueyería, además de yegüero, vaquero y lechonero. En Navascués (N) existieron rebaños comunales: pastor cerdero, de cabrería (hasta 1967) y de vaquería concejil. También hubo en tiempos pasados boyería concejil.
En el Goierri (G) no se recuerda la existencia de pastores concejiles. Según atestiguan los informantes, los pueblos no disponen de terreno comunal suficiente para enviar el ganado. Lo mismo puede decirse de Ernio (G). Sin embargo, hay documentos acreditativos de que en Aizkorri (G), antiguamente, los pastores poseían rebaños de entre 180 y 200 cabezas de ganado lanar que a veces se juntaban y se dejaban bajo el cuidado de un pastor comunal: uno para las ovejas, otro para las cabras y otro para los caballos.