El lazo, urka-bilurra
En el Valle de Carranza (B), desde tiempos antiguos, se utiliza el lazo para la captura del ganado equino. Se toma un palo de aproximadamente dos o tres metros de longitud sobre el que se coloca un ramal o soga provisto de un nudo corredizo. La operación consiste en introducir el lazo en el cuello del animal situándose el capturador por la parte de atrás de éste. De igual forma se apresaban también las novillas, colocando el lazo de modo que les rodease los cuernos.
En Zeanuri (B) para capturar animales, sobre todo los de monte que se hallaban en estado salvaje o semisalvaje, se utilizaba y aún se utiliza el método de arrojar el lazo, lazua bota. Se valen de un palo largo y una soga que recorre la vara, en cuya punta va el mismo.
En Elosua (G) los animales también se capturan por este método, consistente en una cuerda sujeta al extremo de un mango y que, tras formar un nudo corredizo, urka-billurra, llega a la mano del ganadero, que aprieta el lazo tirando de ese cabo. En Oñati (G) el que era hábil lanzaba el lazo y capturaba el animal; el que no, se ayudaba de un palo para introducírselo por la cabeza. Los informantes de Elgoibar (G) señalan que los caballos pasan tanto tiempo solos en el monte que no conocen a sus propietarios por lo que suelen tener serias dificultades para capturarlos incluso utilizando este procedimiento.
En Lezaun (N) cuando un animal dejaba que se acercaran hasta él pero no hasta el punto de dejarse tocar se le capturaba con el lazo. Consistía éste en una soga que en un extremo tenía una anzaja o roseta, anilla de hierro por la que se introducía el cabo de la soga hasta que quedara un círculo por el que pudiera pasar la cabeza del animal. El redondel se ponía en el extremo de un palo largo y a continuación se pasaba por la cabeza, una vez hecho esto se tiraba de la otra punta de la soga. Ésta tenía un nudo por el que no pasaba la anzaja para evitar que se ahogara al animal. En Larraun (N) se pillaba a la yegua con la ayuda de un lazo que se situaba en la punta de un palo, colocándole seguidamente y con la mayor rapidez posible el cabestro. En Arraioz (N) para capturar los caballos más salvajes se recurre al lazo corredero, lazoa. También se ha constatado su utilización para apresar caballerías en Treviño (A) y Abadiano (B).