Rediles cupulares. Arkuak

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

En el Aralar navarro, dentro de los términos del Realengo se hallan unas construcciones cupulares de gran tamaño cuyo destino conocido ha sido el de dar cobijo a las ovejas. Popularmente se conocen con el vocablo arkuak.

Se localizan tres grupos de estas edificaciones; su ubicación, en todos los casos, tiene una característica común: están a media ladera de una hondonada y mirando al sol.

El primero de estos grupos se encuentra en el paraje de Mugardi; consta de tres edificios de los que dos están bastante derruidos. Su diámetro se aproxima a los cinco metros y su altura, en el interior, sobrepasa los tres metros. Tienen una puerta baja y estrecha (1,20 x 0,9) y un ventanillo a media altura. El grosor de las paredes supera el medio metro y su construcción se llevó a cabo con piedras desiguales sin labrar y sin unión alguna de argamasa. En el exterior de la cúpula se observa algún revestimiento de piedra más menuda.

La falsa bóveda se ha logrado mediante la técnica del rebase; si bien es difícil de constatar por tratarse en este caso no de losas o lajas sino de pedruscos de 70 y 80 cm de largo por 30 ó 40 cm de ancho. La cúpula no se cierra con clave sino con una piedra tapadera.

Los otros dos grupos se sitúan en Malloak; uno de ellos, con dos arkuak grandes, está cerca del collado de Illaun y el otro, con tres construcciones comunicadas entre sí por el interior, se sitúa al oeste del monte Tuturre, también en Malloak.

Txabolas arruinadas de falsa bóveda en Andia (N). Fuente: José Zufiaurre, Grupos Etniker Euskalerria.

No ha dejado de intrigar la existencia en plena sierra de estas construcciones tan distintas a los establecimientos pastoriles del entorno, como las txabolas, illorrak y bordas, y de factura más costosa[1].

Telesforo de Aranzadi y Florencio de Ansoleaga las visitaron y estudiaron en los veranos de 1915 y 1916 al tiempo que estaban explorando y estudiando una veintena de dólmenes en el Aralar navarro[2].

Después de muchas cábalas y tras haber acariciado algunas hipótesis sobre su posible función sepulcral el pastor que acompañaba a estos investigadores les desveló, inopinadamente, que aquellas construcciones y otras más habían sido erigidas para aprisco de ovejas por un indiano de Inza, apellidado Saralegui, que era de la casa de Juansendonea. «Nos reímos mucho de nuestro chasco» escribe Aranzadi en un artículo lleno de ironía que publicó sobre estos arkuak[3].


 
  1. Luis MILLAN; Arantxa LIZARRALDE. La Sierra de Aralar.
  2. Telesforo de ARANZADI; F. de ANSOLEAGA. Exploración de cinco dólmenes del Aralar. Pamplona, 1915; Exploración de catorce dólmenes del Aralar. Segunda y tercera expedición subvencionadas por la Excma. Diputación foral y provincial de Navarra. Pamplona, 1918.
  3. Telesforo de ARANZADI. «Apriscos recientes a modo de Tholos prehistóricos en el Aralar navarro» in RIEV, X (1919) pp. 72-82.