Morral o zurrón. Alforjas

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Para llevar sus provisiones y utensilios (navaja, vaso de beber, etc.) el pastor se ha valido tradicionalmente de una bolsa confeccionada con piel curtida de cordero o de cabrito. Era pieza de larga duración; recuerda un informante de Allo (N) que durante muchos años llevó el zurrón que le había hecho su padre siendo él todavía un zagal.

A lo largo del territorio este accesorio recibe distintas denominaciones. En Aoiz, Izal, San Martín de Unx, Valle del Roncal (N), lo denominan mochila o zurrón; en Lezaun (N) muchilla o zorrón; en las Améscoas (N) zorrón y también pizkazorro.

Los pastores de Ataun (G) lo denominan zorroa así como los de Ezkio (G), si bien en esta localidad usan además el nombre de galtzarroa; en Zerain (G) albazorroa; los de Altzania (G, N) lo conocían como albozorroa (zurrón al sobaco), donde llevan lo necesario para sus labores manuales, para hacer hilo de lana, calcetines, etc., o como bizkarzorroa[1]; los de Eugi y Ultzama (N) lo llaman deskartzela.

En las localidades alavesas de Agurain, Apellániz, Berganzo, Bernedo, Moreda, Pipaón, Ribera Alta, Treviño, Valdegovía y Urkabustaiz se le llama zurrón; en la Sierra de Badaia, además de zurrón, se emplean los términos de macuto y morral. También en Izurdiaga y Mélida (N) se le llama morral; los pastores de Gorbea (Zeanuri-B) lo denominan asimismo morrala.

Para su hechura los de Urraúl Alto (N) echaban mano de la piel de un animal que pesara unos cinco kilos. Se cosía la piel dejando como abertura superior la parte del cuello; las cuatro patas, unida la delantera con la trasera de su lado correspondiente, servían de tiras para llevar el zurrón a modo de mochila. En la década de los años veinte, los pastores de Altzania utilizaban un zurrón, bizkarzorro, hecho con toda la piel de una oveja, aprovechando la de las extremidades que dispuestas a modo de correas, servían para adaptarlo a la espalda[2]. Los pastores de las Améscoas (N) llevaban este pizcazorro a la espalda sujeto en los hombros con unos tirantes de la misma piel del cabrito. En Ataun (G) todavía en los años cincuenta se lo ponían bajo el sobaco sujetándolo al cuello con tiras de piel.

Más comúnmente, estos zurrones estaban confeccionados por los guarnicioneros de la localidad. Tenían la forma de una cartera con una solapa que hacía de tapa. Aquí se ponían las iniciales del nombre y apellido del pastor y otros adornos grabados a fuego o tachonados con clavos de bronce o latón de cabeza pequeña. Así se ha registrado en Allo, Izal, Izurdiaga, Mélida, Valles de Roncal y Salazar, San Martín de Unx, Izurdiaga (N) y Moreda (A); estos zurrones podían tener dos compartimentos (Sierra de Codés-N) o cerrarse en su interior con correas (Moreda)[3].

Pastor roncalés llevando un zurrón con las iniciales tachonadas. Belagua (N), 1959. Fuente: Archivo Museo de Navarra: Fondo Nicolás Ardanaz.

El zurrón se lleva colgado al hombro (Bernedo, Moreda; Izurdiaga, Sangüesa, San Martín de Unx, Sierra de Codés-N) o en bandolera, para lo cual disponían de una cinta larga que permitiera cruzarlo sobre el pecho (Izal; Ribera Alta, Urkabustaiz).

Junto a los zurrones o morrales de piel, y también posteriormente a su uso (Mélida), los pastores han empleado las alforjas. Consisten éstas en una doble bolsa de lana o paño que se cuelga al hombro cayendo una por delante y la otra por detrás. Un informante de Moreda indicaba la ventaja de las alforjas en cuyas bolsas se reparte mejor el peso. Los pastores las empleaban también para meter en ellas los cabritos y corderos recién paridos en el campo (Moreda; Lodosa-N). En Urraúl Alto (N) al pequeño saco de tela de las alforjas le denominan zacuto o zacutico. En Zunharreta (Z) anhoa o anhoa-saküa. En Ataun (G) en los años cincuenta los pastores usaban habitualmente alforjas, alprojak, compuestas por dos saquitos confeccionados artesanalmente con lana.

Navaja. En el ajuar del pastor nunca falta una navaja. La utiliza para trocear alimentos, para trabajar las artesanías, para limpiar las heridas a alguna oveja, para despellejarla una vez muerta y, en algún caso, como arma de defensa (Berganzo, Bernedo, Moreda, Sierra de Badaia, Urkabustaiz, Valdegovía, Valderejo, Treviño-A; Gorbea-Orozko y Zeanuri-B; Allo, Aoiz, Eugi, Izal, Izurdiaga, Larraun, Mélida, Roncal, Sangüesa, San Martín de Unx, Sierra de Codés-N).

Generalmente esta navaja va en el zurrón o morral; en Izurdiaga señalan que la llevaban colgando de un cordón del pantalón.

Además de la navaja se utilizaba también el cuchillo cabritero; con él se seccionaba el cordón umbilical del corderillo si una oveja había parido en el campo y con él se degollaba el animal mal herido que iba a morir irremediablemente o se cortaba la herida en caso de picadura para extraer el veneno, etc. (Sangüesa, San Martín de Unx). Una buena navaja para despelletar, sangrar, etc. era algo imprescindible para las tareas del pastor (Lezaun-N). El cuchillo recibe en Larraun el nombre de labana, y en Zeanuri (B) el de kanibeta.


 
  1. José Miguel de BARANDIARAN. «Exploración de ocho dólmenes de Altzania» in OO.CC. Tomo VIII. Bilbao, 1975, p. 25.
  2. Ibidem, p. 25.
  3. Según ESTORNÉS LASA en el Roncal (N) los pastores portaban un zurrón confeccionado con piel de ciervo; en su extremo superior llevaba un cordón con borlas de colores y un cascabel, kuskullo. Vide «Artistas anónimos. Nuestros pastores» in RIEV, XXI (1930) p. 412.