Burras
Según los informantes de Carranza (B) el estado de celo se manifiesta en las burras cada 21 días, se dice entonces que salen al burro.
En Orozko (B) al celo de estos animales se le denomina agi en Beasain (G), ielaldia y en la comarca de Gernika, umeske egon.
En Urduliz (B) dicen que entran en celo en el mes de mayo y su preñez dura 13 meses. En Berganzo (A), también que 13 meses.
En San Martín de Unx (N) en los años veinte había unos 100 burros enteros en todo el pueblo y tan sólo tres o cuatro burras por lo que su cruce no representaba ningún problema, ni siquiera era necesario pedir permiso al dueño; se soltaba a la burra en celo a cualquier macho de su especie del campo, sin que se enterase su amo.
En Carranza en los tiempos en que estos animales eran frecuentes, cuando se deseaba cubrir la burra se llevaba a una casa en la que hubiese un buen semental. Pero como lo habitual era tenerla para realizar las labores domésticas, no interesaba que quedase preñada ya que durante el periodo anterior y posterior al parto no podía trabajar. Se debía entonces tener cuidado, mientras estuviese en celo, de que no la cogiese alguno de los burros que pululaban sueltos por el pueblo. Y es que, como refieren los informantes, estos animales cuando olfateaban a una hembra en celo se volvían incontrolables. Ésta era la razón de que en las casas en que no hubiese un hombre con suficiente fuerza se prefiriese tener una burra.
Una vez se sabe que está preñada se procura tener cuidado de que no transporte cargas muy pesadas para que no malpara. Las burras no suelen tener problemas durante el parto. Se dice que evitan parir si hay personas presentes, así que lo suelen hacer de madrugada. La cría nace envuelta en un zurrón y la madre lo rompe a mordiscos. Por esta razón se dice que cuando se acerca la fecha del parto la burra debe permanecer suelta ya que si, al estar atada, no puede romper la bolsa y mantener un contacto estrecho con la cría, después la rechaza. El burrito enseguida se pone en pie y comienza a mamar.
