Unidad monetaria de la transacción

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En algunas localidades se ha recogido que todavía se guarda memoria del uso de monedas antiguas en las transacciones ganaderas aunque estuvieran ya fuera de circulación. Así en Zeanuri (B) los informantes de más edad han oído hablar de ducados, duketak, si bien ellos no los han utilizado. En Astigarraga, Berastegi (G) y Améscoa (N) se conocen las onzas, ontzak, cuya unidad equivalía a 16 duros, y en Roncal (N) un pastor nonagenario recuerda que en invierno cuando bajaban a Aragón funcionaban con la onza. En Larraun (N), antiguamente, los tratos se realizaban en monedas de cinco céntimos, xoxak, y en Sara (L) en luises (1 luis = 3 FF viejos). En Roncal «como corría tan poco el dinero» el precio se solía establecer en monedas de plata contando en duros y en San Martín de Unx[1] (N) era el ganado menor el que se pagaba en monedas de plata.

En todo el territorio de Vasconia estuvo bastante extendida la costumbre de recurrir al sistema de trueque, trukea, para hacerse con ganado, permutándolo por otro de la misma o de diferente especie. Así se ha constatado en Pipaón (A); Fruiz, Triano (hasta los años setenta), Zeanuri (B); Hondarribia (G) donde señalan que tampoco hoy día son extraños los trueques; Aoiz, Arraioz, Eugi, Lodosa, Mélida y Ultzama (N). Hay constancia de que se recurría también a permutas cuando se pretendía mejorar la cabaña ganadera. El pago en especie ha sido igualmente un procedimiento para liquidar deudas pendientes (Ezkio-G) y para el pago de forraje de prados alquilados, bazkaren saria (Eugi-N).

En tiempos pasados fue común realizar las transacciones en reales, que paulatinamente perdieron vigencia en favor de los duros, ogerlekoak (lit. veinte reales), que a su vez han cedido el paso a las pesetas. Hoy día, salvo en zonas rurales, casi ha dejado de utilizarse el duro como unidad en los tratos. A finales de los años noventa, tal y como han señalado los informantes de algunas localidades, como consecuencia de la pérdida del valor del dinero se habla de miles de pesetas, de miles de duros o de verdes por el color de los billetes de mil (Apodaca, Moreda-A; Encartaciones-B).

El empleo de reales y duros como unidad monetaria se ha constatado en Agurain, Tierra de Ayala, Berganzo (A); Anboto-Urkiola, Anboto-Olaeta, Belatxikieta, Orozko, Urduliz, Zamudio, Zeanuri (B); Astigarraga, Ezkio (G); Lezaun, Sangüesa (N). En Beasain, Berastegi, Elosua, Getaria y Oñati (G) la unidad de peso del ganado vacuno son los cinco kilos, erraldea, antaño negociado en reales y hoy día en duros, si bien en Elosua señalan que ya la gente se maneja en kilos y pesetas. En Améscoa (N) los duros y reales se empleaban en los tratos de ganado menor y en San Martín de Unx (N) eran los gitanos quienes contaban en reales. La utilización de reales y céntimos se ha confirmado en Ribera Alta, Urkabustaiz (A); Ezkio (G) y Lodosa (N); de reales hasta mediados de siglo en Bernedo, Valderejo, Valdegovía (A); Valle de Carranza (B) y Elgoibar (G); y de duros en Treviño (A); Allo, Larraun e Izurdiaga (N).

En Larraun las transacciones se han efectuado en reales hasta los años sesenta. Tanto esta unidad monetaria como la antes citada de cinco céntimos, xoxa, se utilizaban sobre todo entre vascoparlantes, particularmente en los mercados de Zumarraga y Villarreal, y entrañaban cierta dificultad de manejo para los valencianos y asturianos que acudían a dichas ferias.

En la zona rural de Elgoibar (G) si los intervinientes son de habla castellana el trato se cierra en pesetas, si son vascoparlantes aún se recurre a los duros. Al ultimarse el acuerdo se convenían también otros aspectos como qué ocurría si la vaca estaba preñada... Normalmente si se producía esta situación, el vendedor conservaba el animal hasta el parto y si llegado el momento surgían problemas graves, se volvía a quedar con él. Recientemente se ha introducido la modalidad de pago mediante cheque.


 
  1. En el Libro de los Pleitos con Beire figuran valoraciones de cabezas de ganado lanar «en tarjas» y «cornados», monedas del Reino de Navarra que corrían en el s. XVIII. La tarja equivalía a 8 maravedís o 16 cornados. (Citado por Francisco Javier ZUBIAUR; José Ángel ZUBIAUR. Estudio etnográfico de San Martín de Unx (Navarra). Pamplona, 1980, p. 183).