La piel como melena del yugo, estalkia
La piel ha sido utilizada también para hacer melenas porque preserva el yugo, que si va desprotegido se estropea por la exposición directa al sol y a la lluvia, y dependiendo del uso que se le dé, puede tener una vida de uno hasta diez años.
Así se ha constatado en Ajuria (Muxika-B), en Gerena (Mallabia-B) donde la melena recibe el nombre de erestaldia, en Anboto-Urkiola (B) erestalgia, de la que la parte más peluda se echa hacia adelante, en Berriz y Garai (B) estalkia, en Mendata (B) donde anotan que si una oveja se moría de enfermedad, la carne no se aprovechaba, se le quitaba la piel y se enterraba el animal. Señala un informante de esta última localidad que la obtenida en cuarto menguante es más duradera y advierte que se nota si la piel está o no cortada en dicha fase lunar. En Zenarruza (Markina-B) anotan la conveniencia de cortar la piel en luna menguante porque si no a la melena se le caía el pelo más rápidamente.
En Bernagoitia (B) también se utilizaban para hacer melenas, estalkiak, con las que proteger el yugo del ganado de los rayos solares. Un informante recuerda que antiguamente se empleaban mucho con esta finalidad porque los bueyes se uncían para cualquier labor doméstica y en cuanto la piel se ajaba se cambiaba por una nueva. Antaño se cuidaba mucho el arrancar la piel de la oveja en luna menguante, ilbera, sobre todo la que se destinaba para melena del yugo pues se creía que quitándola en luna nueva, ilbarria, se le caía antes el pelo. En lo que había unanimidad era en que la piel debía de ser de animal recién sacrificado.
En Nabarniz (B) la piel de oveja, ardi-narrua, servía igualmente como cobertor del yugo de los bueyes, araburua –araburuganako burua–. Algunas mujeres la compraban para ponerla como protector bajo la sábana de la cuna del niño, kuman azpian.
En Urduliz (B) se aprovechaba el cuero, narrua, de la oveja. Sin quitarle la lana se ponía encima del yugo para proteger las correas de éste, edeak, para evitar que se secaran ya que de lo contrario se rompían.