El lavado

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En el tratamiento de la lana la primera operación consiste en retirar las impurezas superficiales (excrementos, cardos, púas, hierbas, etc.) que trae el vellón o manta; también se procura deshacer en lo posible las aglomeraciones o nudos, marapiloak, de la lana (Anboto-Olaeta-A).

Luego se pone la lana a remojo y se procede a su lavado con agua y jabón. Esta operación es realizada normalmente por las mujeres de la casa. Son varias las informantes que recuerdan este trabajo como particularmente arduo debido a la mucha suciedad y grasa que retenía el vellón y al peso que éste adquiría en el remojo.

Según el testimonio de un informante que aunque nacido en Idiazabal (G)[1] vivió en Altsasu (N) y pastoreó en la Sierra de Andia y los montes de Gipuzkoa, el esquileo debe realizarse en días del menguante de la luna; en otro caso la lana llegaría a apolillarse. También el lavado debe tener lugar durante esta fase lunar; una vez lavada hay que dejarla al relente de la noche para que el rocío la blanquee (Larraun-N).

Lo común sin embargo es extender la lana lavada sobre un herbazal limpio para que allí le dé el sol, procurando que no quede apelmazada (Orozko-B).


 
  1. Juan IZAGUIRRE (testimonio de 1975).