Ramos y flores en la mañana del solsticio de verano

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Bernagoitia (B) los pastores se juntaban la noche de San Juan y encendían un gran fuego delante de la txabola; a la mañana siguiente adornaban con un arco hecho con ramas de fresno, leizarra, y coronado de rosal silvestre, baso-larrosa, la puerta del corral y hacían pasar bajo él al rebaño de ovejas. Cada pastor colocaba su arco a la salida del corral y engalanaba con ramas de fresno su txabola. Este día era costumbre amontonar ante el portal del caserío helecho de San Juan y hierba de menta, patana, que despedía un agradable olor. Este rito se hacía también en la txabola del monte porque según le enseñaron al informante sus mayores «también la txabola era una casa».

En Ataun (G) antiguamente los pastores tenían la costumbre de hacer pasar el rebaño, en la mañana de San Juan, por debajo del rosal silvestre, otsolarra, colocado en arco a la salida del corral; decían que esto era preservativo contra las enfermedades de las ovejas. En la década de los años cincuenta no había desaparecido del todo esta costumbre[1].

Los pastores de Aizkorri en Urbia (G) para proteger la txabola colocan en puertas y dinteles ramas de fresno o de espino albar y pequeñas cruces, elorgurutzea, hechas de cera o de madera de espino bendecidas el día de San Juan.

En los pueblos de Tierra de Ayala (A), los pastores de Sierra Salvada cortaban un árbol en la mañana de San Juan y lo plantaban en medio de las majadas; así los rebaños quedaban preservados de todo género de enfermedades.

Esta costumbre de plantar ese día un árbol joven ante la txabola estuvo vigente en el Gorbea, según los viejos pastores, hasta principios del siglo XX. Actualmente tanto los pastores de Zeanuri como los de Orozko (B) suelen colocar ramas de fresno, leixarra, en las puertas de sus chabolas; antaño también colocaban ramas de espino albar.

Cruz de fresno el día de San Juan. Berriz (B), 1995. Fuente: Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa: José Ignacio García Muñoz.

En Urkabustaiz (A) el ramo del día de San Juan esta formado de espino albar y saúco; se corta con el rocío de la mañana y se considera que sirve para proteger los animales. Este día se bendicen también ramos de saúco y ristras de ajos.

Estos ramos se colocan en las puertas de establos, cuadras y bordas que acogen los animales domésticos: en el Valle de Aramaio (A) en la mañana del día de San Juan se pone el espino blanco, elorri-arantza, en la puerta de la cuadra para defenderse del rayo. En Bernedo (A) en las puertas de los establos colocan una rama de saúco con flores de rosal, de malva y cruces de madera. Para curar a los animales se recurría a estas flores de malva que se guardaban en casa después de bendecirlas en la misa del día de San Juan; con ellas se hacían vahos. También en Apodaca (A) adornan las puertas con las flores de San Juan.

En Markina (A) era costumbre llevar a la iglesia en la mañana de San Juan a bendecir ramilletes de hierbas y flores; este ramillete lo hacían con espadaña y laurel; servía para hacer sahumerios que curaban la ubre de las vacas[2].

En Zamudio (B) este día colocan en la pared o en las puertas laterales de la cuadra, albateak, la cruz de San Juan hecha con ramas de fresno y adornada con rosas y ajos; bajo ella, en el suelo, se ponen helechos.

En Elosua y en Oñati (G) se coloca en las puertas de las cuadras la cruz de San Juan hecha de fresno o espino albar con flores, bendecida en la misa de la mañana.

En Elgoibar (G) en todas las ermitas de la localidad, el día de San Juan se celebraba una misa; en ella el sacerdote bendecía el ramo de San Juan, San Juan txortea, que está compuesto de flores, espigas de trigo, ajos, cebollas, brotes de ciruelo, de cerezo, etc. Algunos suelen colocar en la puerta del establo cruces de fresno, lizarra; estas cruces se bendecían el día de San Juan mismo; ramas, flores y cruces servían para protegerse del rayo.

En Ezkio (G) colocan la rama de espino blanco y un ramo con flores de San Juan y de espadaña.

En Eugi (N) el día de San Juan se hace una cruz con ramas de sauce, flores, helechos, rosas… que luego se guarda en el pajar; esa cruz se coloca encima de la hierba almacenada y de esta manera protege y bendice la comida del ganado quedando éste bendecido para todo el año.

En Arraioz (N) colocan en las bordas las hierbas de San Juan, San Juan belarrak. Es un ramo hecho con elorri beltza, (endrino), gil tzaurra ostoak (hojas de nogal), Amabirjin loreak (flores de la Virgen), iretze basa (helecho silvestre), adornados con rosas, errosak, y otras flores. Es costumbre vigente quemar los ramos, erramua, en una sartén al fuego; con el humo que resulta se aromatiza, urrindatu, toda la casa esparciendo el humo por todas las dependencias y por la cuadra; este rito se repite todos los años.

Con el humo de las hierbas de San Juan aromatizaban en Baztan y el Valle de Arakil (N) la casa a fin de bendecirla y preservar de enfermedades a los animales domésticos[3].

En Larraun (N) todavía hoy en día se bendicen en esta fecha un conjunto de ramas, zama, compuestas por cinco especies diferentes: intsusa (saúco), lizarra (fresno), intxaurra (nogal), irastorra (helecho) y arrosa (rosal). Estas ramas sirven de medio de protección de la casa y del ganado. En esta misma localidad recuerdan que antaño la víspera de San Juan se bendecían ramas de espino, elorria.

En Ultzama (N) se hacían cruces de espino que se colocaban la víspera de San Juan en casa como protección de las personas y ganado.

En Valcarlos (N) la mañana de San Juan, antes de salir el sol, se colocan en cada una de las bordas pequeñas cruces de madera y una ramita de espino bendecido, Iondonaaniko elorri xuria. En los años sesenta era frecuente que las bordas conservaran cruces colocadas hacía tres, cuatro y más años[4].

Eguzkilore en Elgea (A), 2000. Fuente: Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa: José Ignacio García Muñoz.

En Donibane-Garazi (BN) los pastores recogían el día de San Juan púas de espino albar para protegerse del rayo[5].

En Liginaga (Z) ha habido costumbre de recoger ramas de espino albar y de avellano y colocarlas el día de San Juan en la pared de la casa, de la borda y de la choza; se consideran preservativas contra los rayos[6].

Eguzkilorea. Según Violant i Simorra en algunas partes de la montaña de Navarra, el día de San Juan, por la mañana, colocaban la flor del cardo dorado, carlina acaulis, en los establos, sobre un poste, para librar de enfermedades el ganado[7].

Esta costumbre se ha recogido en Eguino[8] (A), Ernio (G), Améscoa (N) y en Agurain (A) donde en la década de los años cincuenta se colocaba una flor de cardo silvestre, llamada flor del sol, en la puerta de las casas y en los establos, para la preservación del rayo y de las enfermedades del ganado[9].


 
  1. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de Juan de ARIN DORRONSORO. «Notas acerca del pastoreo tradicional de Ataun» in AEF, XV (1955) pp. 120-121.
  2. José Miguel de BARANDIARAN. Voz «Donibane» in Diccionario Ilustrado de Mitología Vasca. OO. CC. Tomo I. Bilbao, 1972.
  3. José Miguel de BARANDIARAN. Voz «Donibane» in Diccionario Ilustrado de Mitología Vasca. OO. CC. Tomo I. Bilbao, 1972.
  4. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de José María SATRUSTEGUI. «Estudio del grupo doméstico de Valcarlos» in CEEN, I (1969) pp. 158 y 160.
  5. José Miguel de BARANDIARAN. Voz «Donibane» in Diccionario Ilustrado de Mitología Vasca. OO. CC. Tomo I. Bilbao, 1972.
  6. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de José Miguel de BARANDIARAN. «Materiales para un estudio del pueblo vasco en Liginaga (Laguinge)» in Ikuska. Nº 2-6 (1949) p. 43; Nº 8-9 (1948) p. 20.
  7. Ramón VIOLANT I SIMORRA. El Pirineo Español. Tomo II. Barcelona, 1986, p. 404.
  8. Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. «Brujas y Saludadores» in Homenaje a Don José Miguel de Barandiarán. Bilbao, 1966, p. 178.
  9. José María AZCARRAGA. «La vida pastoril en la región de Salvatierra» in AEF, XV (1955) p. 178.