Colmenas de tabla, erlauntza

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En algunas localidades se han utilizado colmenas de tabla. En un buen número de poblaciones existe constancia de que éstas sustituyeron a las más viejas de tronco o coexistieron con ellas. Como en el caso de los troncos, también podían colocarse horizontal o verticalmente. Ya se ha citado su uso con anterioridad en Abanto y Zierbena (B), donde recibían el nombre de cepos o colmenos; en Oñati (G) y en Apodaca (A), donde se llamaban vasos o cuezos; y en Bernedo (A), donde se conocían también como cuezos.

En Carranza (B) la construcción del cepo de tronco fue mayoritaria, pero cuando no se disponía de troncos apropiados se empleaban tablas. Se hacía con cuatro tablas rectangulares que se clavaban por los lados de modo que se obtuviese una colmena de sección cuadrada y de dimensiones similares a la cilíndrica. A ésta se le hacían igualmente agujeros para que saliesen las abejas, se le colocaban las cabillas y se le fijaba una tapa cuadrada. Este cepo se colocaba verticalmente.

Colmenas de tronco y de tabla en Carranza (B). Fuente: Miguel Sabino Díaz, Grupos Etniker Euskalerria.

En Urduliz (B) la colmena, erlautzea, era una caja alargada de madera con una abertura en el centro de la parte frontal para que transitasen las abejas. En sus dos extremos tenía unas tapas que se levantaban y por allí se procedía a la extracción de los panales. También había otro modelo con uno de los laterales abierto, que servía de entrada a las abejas. Las fabricaba el carpintero del pueblo. En Fruiz (B) la colmena o erletxea se hacía también con cuatro tablas.

En Abadiano (B) consistía en una caja alargada que tenía uno de los extremos abierto, de forma que las abejas saliesen y entrasen por él. A este cajón se le denominaba erle-ontzia.

En Berastegi (G) la colmena es una caja de madera rectangular de unos 40 cm de lado y 70 cm de largo que recibe también el nombre de erle-ontzia.

En Agurain (A) siguen empleándose los cuezos de tablas de roble, haya o pino. En Berganzo (A) los cuezos estaban construidos con tablas de idénticas maderas.

Otras colmenas de tabla, menos frecuentes que las anteriores, fueron las de forma más o menos cúbica.

Hay constancia de su uso en Ataun (G) a mitad de los años veinte, coexistiendo con las cilíndricas de tronco de árbol y las que tenían forma de prisma cuadrangular hechas con tablas largas. Las primeras se consideraban raras y no eran de industria indígena[1]. En Ezkio (G) también había colmenas cuadradas hechas con tablas de cerezo.

Otro tipo de colmenas de madera son las modernas, que se utilizan mayoritariamente hoy en día y que han ido desplazando progresivamente a las tradicionales. A pesar de la consideración de modernas, en algunas poblaciones hay constancia de que comenzaron a difundirse hace seis décadas, en los años cuarenta. En la actualidad incorporan a menudo componentes metálicos y plásticos. No presentan tampoco uniformidad en su aspecto ya que obedecen a varios modelos. En tiempos pasados se conocieron, además, otros tipos de colmenas, lo que incrementa su diversidad.

Estas colmenas tienen como característica principal el que los panales están montados en bastidores de madera que se pueden extraer con facilidad, lo que facilita en gran manera los trabajos habituales en el colmenar. A menudo se han comprado en el mercado, pero muchos aficionados a la apicultura las han construido con sus propias manos o las han encargado fabricar a carpinteros, tomando como modelos las compradas. Sus características y cualidades se describen detalladamente en un apartado posterior dedicado a las transformaciones que se han operado en la apicultura.


 
  1. José Miguel de BARANDIARAN. «Contribución al estudio de la casa rural y de los establecimientos humanos. Pueblo de Ataun» in AEF, V (1925) p. 12.