Colmenas en oquedades

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Por último se constatan dos peculiares tipos de colmenas. En la zona de Galdames (B) y en las laderas occidentales de los montes de Triano o de Galdames, en el barrio Las Cortes, se conoce otro sistema, hoy en desuso: las colmenas en muros o tapias. Se utiliza una pared de medio metro de espesor, fabricada ex profeso para este menester o se aprovecha la de un cobertizo, anexo a la vivienda, como en el caso del existente en Soberrón, Galdames, que esté orientado al sur o en su defecto al este. Se preparan varios huecos extrayendo los cascotes del muro en la cara orientada al mediodía de tal modo que el receptáculo donde se colocan los panales quede con forma vertical, con una ranura horizontal por donde se muevan las abejas. En la cara opuesta del muro se abre el hueco de laboreo, por donde se retiran los panales en la época de cata. Esta abertura se sella con arcilla o argamasa débil para facilitar la retirada en la siguiente campaña.

En Moreda (A) también se han aprovechado los huecos de las paredes de las casas; se tiene noticia de la existencia de abejeras en los huecos de las paredes de varias de ellas. En cuanto a las abejeras ubicadas en las huertas las colmenas están formadas por cuezos o troncos huecos de madera dura, probablemente de olmo; sin embargo otras colmenas, las menos, están construidas con ladrillos. Los cuezos de madera son redondos mientras que los de ladrillo poseen forma cuadrada. Las colmenas se encuentran tapadas tanto por su interior como por la parte de fuera y además el cierre de estos cuezos lo constituyen unas tapas de piedra redondas. Se trata de lastras bien trabajadas a las que se les ha dado la forma circular. Las tapas son muy delgadas, las exteriores poseen en la parte inferior un agujero por donde entran y salen las abejas. Las piedras interiores cierran herméticamente. Los cuezos de ladrillo rectangulares poseen tapas de esta forma.

En Apodaca (A) en algunas casas y en las iglesias de la zona suele haber abejas en ventanas ciegas o agujeros; a éstas se les pone una trampilla por el interior para poder extraer la miel.