Sierra de Izarraitz y Ernio
En Izarraitz las txabolas son pequeñas (5 x 2 m2), con puerta de entrada muy baja. Construidas con piedra caliza de la zona; el tejado es a dos aguas con cubierta de teja.
En su interior había un fuego bajo, un camastro y un pequeño armario donde se guardaban el puchero y la sartén junto con las legumbres y otros alimentos.
Todavía quedan junto a algunas txabolas restos del muro que protegía la huerta donde el pastor plantaba verduras que servían para su manutención en el monte; también disponía de un pequeño corral para cobijo del cerdo; las gallinas solían estar sueltas.
Desde mediados de los años noventa estas chozas se van abandonando; las que perduran se utilizan como almacén y despensa del pastor; en ellas celebra éste comidas con familiares y amigos en días señalados.
Bordas. Tampoco es raro que junto a la choza del pastor haya una borda donde antaño se guardaban las ovejas. Su construcción es similar a la txabola pero sus dimensiones mayores (13 m x 5 m). En la parte trasera tiene un pasadizo y en medio de él una charca artificial que atraviesan las ovejas para limpiar las patas y desinfectarlas antes de acceder al interior. Actualmente (1998) se sigue utilizando una de estas bordas.
En el Ernio guipuzcoano, las txabolas están construidas con piedras y tienen la cubierta de madera. Sobre ella colocan láminas de plástico para impermeabilizarlas y la rematan con tepes, zotalak, y tejas. Se cree que los tepes actúan de aislante y protegen del calor.
Las txabolas tenían antaño una única habitación en la que se ubicaba el hogar, la quesera y, en un rincón, un colchón de brezo, txillarra, que hacía de cama. Algunas disponían de dos estancias: en la parte delantera estaba la cocina y el lecho y en la trasera un compartimento donde se guardaban los quesos y los aperos.
Rediles y bordas. Hoy en día (1998) únicamente queda una borda con capacidad para cobijar 200 ovejas. Antaño todas las txabolas tenían su cochiquera, txerritokia, para los cerdos.
Junto a las txabolas hay cercados de vallas, donde los pastores introducen los rebaños para el ordeño.
Las plantas de las txabolas nuevas son de dimensiones mayores; algunas disponen de agua corriente tomada de un manantial cercano, traída por medio de tubos de goma. También gozan de luz eléctrica gracias a pequeños motores generadores.
Estas txabolas no se encuentran lejos del caserío del pastor por lo que éste sube al monte generalmente con comida preparada en casa. Los utensilios (platos, vasos, jarra, algún puchero y una sartén) sirven más bien para calentar la comida y tomarla que para cocinar.