Sierra Brava de Badaia

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Hasta mediados de los años cincuenta hubo en esta sierra chozas que eran comunes a los pastores que accedían al monte; cualquiera podía utilizarlas para refugiarse en caso de mal tiempo. En todas había leña seca para hacer fuego. No tenían puerta; la entrada se cerraba con espinos para que el ganado no penetrase. Actualmente, en 1998, ninguna queda en pie.

Estas rústicas cabañas eran de pequeñas dimensiones generalmente. Tenían muros de piedra y techumbre de madera sustentada en uno o dos poyos. La cubierta era de palos y ramas a la que se añadían helechos o berozos (brezo) y una capa final de tepes con la hierba para abajo. Alguna de estas cabañas tenía en el techo una salida de humos. La de Askegi es más lucida: tiene hogar con chimenea y cubierta de teja. Aquí se reúne todos los años, el 13 de junio, la Junta de Askegi. Algunas chozas como las de Pozo Nuevo y Torrigoitia están ubicadas en túmulos donde han excavado el hueco y lo han cubierto con ramas, hojas y tierra.

Las majadas disponían de una cerca de piedras y de ramas para guardar el ganado por la noche; desaparecieron en los años cincuenta. Hoy en día los rediles son cercas de alambre con portillo de madera. Antaño hacía de redil algún rain, o huerto tapiado que se utilizaba para dejar el ganado cerca de la casa. Algunos tenían tejavanas.

A los cerdos que se echaban al monte en época de grana les construían un cubierto con ramas y tepes que tenía forma de V invertida.

Corrales. El corral es una construcción mayor de unos 150 m2 con un patio cerrado por una pared de un metro y medio de altura para guardar el ganado mayor vacuno. Uno de estos corrales se ubica en el monte en términos de Apodaca lindando con Zárate. En otros pueblos hay cercas de piedra para encerrar el ganado; se conocen como cerrados y se llaman también majadas. Antaño solían tener a un lado una pequeña chabola para el pastor.