Número impar de huevos

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Ha estado muy extendida la creencia de que el número de huevos que se ponía a la gallina clueca para que los incubara debía ser impar.

Así se ha constatado en Urduliz (B), donde la cantidad de huevos dependía de la corpulencia de la gallina, oillo lokea, y podía ser desde siete hasta quince; en la comarca de Gernika (B), trece o quince; y en Allo (N), diecisiete, diecinueve o veintiuno, siempre en cantidad impar[1].

En Carranza (B) el número de huevos gallaos, fecundados, que se ponían a una gallina llueca, clueca, para que los gorase, empollase, no podía ser cualquiera sino impar: once, trece y hasta quince.

Gallinas y cestos para la puesta. Elosua (G), 1980. Fuente: Miren Goñi, Grupos Etniker Euskalerria.

En Sara (L) también debía ser impar, bat gutti, y había que colocarlos en grupos de tres, santiguándose con cada grupo antes de depositarlo en el nido[2].

También se ha recogido la costumbre de colocar un número impar de huevos en Apellániz, en la Montaña Alavesa (A); Lezaun, Bera, Romanzado y Urraúl Bajo (N).

Sin embargo en otras localidades no se ha constatado esta preocupación porque el número de huevos fuese impar. Así en Sangüesa (N) si la gallina lueca era grande se le colocaban hasta dieciocho. En Elgoibar (G) también hasta dieciocho y si era de tamaño normal de doce a catorce. En Ajangiz (B) alrededor de una docena, a veces también catorce. Lo mismo en Apodaca (A) y Orozko (B).

Otro asunto era el tratar de elegir el sexo de los futuros pollos. Teniendo en cuenta la estima de que gozaban los huevos en tiempos pasados, las hembras eran más valoradas que los machos.

En Carranza para elegir el sexo de los futuros pollos se escogían los huevos por su forma: se creía que de los más redondos nacían pollas y de los más puntiagudos, pollos.

En el siguiente apartado se recogen algunos ejemplos de peticiones que se efectuaban en el momento de poner la gallina a incubar, encaminadas a que la mayoría de las crías nacidas fuesen pollitas.


 
  1. En esta localidad navarra, Allo, cuando se ponía a una gallina culeca huevos de pata, el periodo de incubación se prolongaba hasta los 28 días y el número de huevos también era impar, pero menor: 13 ó 15.
  2. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de José Miguel de BARANDIARAN. «Bosquejo etnográfico de Sara (II)» in AEF, XVIII (1961) p. 143 y «Bosquejo etnográfico de Sara (VIII)» in OO. CC. Tomo VI. Bilbao, 1974, p. 10.