Otros animales menores: conejos, perros y gatos
Los informantes desconocen las razas de conejos que han tenido, cuando se les pregunta por ellas responden diciendo que se trata de conejos del país o de los que han criado de siempre. A lo sumo hacen referencia a la variabilidad fenotípica de estos animales.
En Carranza (B) los tres caracteres que popularmente sirven para diferenciar los conejos en variedades son el color del pelo, la abundancia de éste y el tamaño corporal. Así, se han distinguido tradicionalemente los siguientes conejos: blanco, angora, pequeño de oreja corta y gigante. El blanco se tiene por bueno, se desarrolla antes que los demás y proporciona más carne; sin embargo, algunos estiman que es más débil. Se caracteriza además por tener los ojos rojos. La crianza del angora ha sido infrecuente porque el pelo no se aprovecha y a causa de él resulta muy engorroso su sacrificio. Los conejos pequeños, también llamados por algunos monchinos, se caracterizan por tener las orejas más cortas que los demás y ser resistentes. Los conejos gigantes son considerados de buena calidad. Pueden ser de cualquier coloración pero predominan los negros y los bardos (pardos). Son los más frecuentes en la actualidad.
En Abadiano (B) precisan que solían ser marrones, pintos o blancos. En Eugi (N) marrones y blancos, aunque los consideran de una única raza.
Según los informantes de Arraioz (N) el gris es el que se ha criado de siempre mientras que el blanco se ha incorporado recientemente. Hay una tercera raza que se ha empezado a criar últimamente y cuyo nombre desconocen. Sus características más sobresalientes son poseer «barba», una carne muy sabrosa, los huesos de las costillas más delgados y crecer con mayor rapidez.
En tiempos pasados los perros se solían tener con una finalidad práctica, bien para carear el ganado, cuidar la casa, controlar las plagas de roedores o ayudar en las actividades cinegéticas a sus dueños. Con posterioridad se ha difundido la costumbre de tener perros sólo por su compañía, aunque esto continúa siendo más propio de las áreas urbanas que de las rurales. Igual de reciente resulta la práctica de criar perros de raza con fines comerciales, aunque también en otros tiempos se vendiesen cachorros.
La principal actividad, consistente en la guía y cuidado del ganado, se trata en otro capítulo, además de las razas de perros que se han utilizado con esta finalidad.
Otra de las labores importantes desempeñadas por estos animales ha sido la de cuidar la casa.
En Urduliz (B) habitualmente se tenía para este fin un perro de raza indefinida, fruto de muchos cruces y mezcla de varias razas, artotxakurra. Los que eran fieros, tipo lobo o policía, permanecían atados junto a la entrada de la casa, los mansos se tenían sueltos.
En Carranza el pastor alemán, conocido ya en décadas pasadas y más abundante en nuestros días, se ha utilizado como perro guardián de la casa. Pero lo más habitual es que se dediquen a este menester animales resultantes de múltiples cruces o que desempeñan además labores de cuidado del ganado.
En Elgoibar (G) no había caserío que no tuviese su perro guardián de los denominados pastor. En la actualidad el perro es un animal que está proliferando considerablemente en esta villa. Los hay de muy variada clase y para distintos cometidos, sin embargo, la mayoría se utilizan como guardianes y suelen ser de raza pastor alemán.
Otra actividad importante ha sido la de controlar las poblaciones de roedores. Para ello se han utilizado perros de reducidas dimensiones conocidos como ratoneros.
En Urduliz además de un perro grande para cuidar la casa era muy común tener otro más pequeño, ratonerua, que andaba suelto. Éstos eran muy hábiles cazando ratas, ratones e, incluso, pájaros.
En Fruiz (B) el tipo ratonero, arratoi-txakurra, era el más abundante de los perros.
En Carranza los ratoneros suelen estar muy cruzados y se caracterizan por su pequeño tamaño, por tener unos el pelo muy corto y ser otros lanudos y por presentar bastante diversidad de coloraciones. Los hay que nacen sin rabo y a los que nacen con él se tiene por costumbre cortárselo[1].
En Sangüesa (N) los ratoneros, de raza terrier aunque muy mezclados y de pequeño tamaño, estaban siempre en casa para combatir ratas y ratones. A principios del siglo XX varios vecinos pedían al Ayuntamiento que sus perros fox terrier estuvieran libres de impuestos, «ya que expresamente se dedican a la persecución de ratas»[2].
En Urduliz en los caseríos en los que había cazadores, además de los perros de la casa los había de caza. Para caza de pelo (erbia, liebre) se tenían podencos y lebreles, y setter y pointer para caza de pluma (oillogorra, sorda o becada; pospoliña o galeperra, codorniz y mingorra, agachadiza o becacina).
En Carranza los perros cazadores han sido animales de cabeza grande con orejas largas y colgantes, el cuerpo cubierto de pelo corto de diversas coloraciones, con predominio del blanco, de cuartos traseros sencillos y de rabo largo. Los utilizados para la caza de pluma (aves) son en su mayoría de raza setter inglés y pointer, mientras que los destinados al rastreo (zorro, jabalí, corzo, etc.) suelen ser mixtos, procedentes de múltiples cruces, además de grifones y sabuesos. Algún informante relata que del cruce de perra de pastor vasco con perro grifón resultaron animales de buena aptitud para la caza del zorro, por lo que fueron utilizados por algunos cazadores locales.
En Sangüesa los sabuesos[3], de orejas largas, eran los más utilizados para la caza del conejo y menos los galgos, pues en la zona no abundan las liebres, que son más propias de terrenos llanos. Para la caza de pluma, de aves como la perdiz y la codorniz, los setter, de raza inglesa, los pointer y bracos de pelo corto y de gran alzada y el pachón navarro[4] de nariz partida.
Como ha quedado reflejado en los párrafos anteriores ha sido habitual que en cada caserío se hayan tenido varios perros cada uno con su función.
En Amorebieta-Etxano (B) los perros se utilizaban para cuidar los caseríos y para la caza. También había perros de pastor.
En Oñati (G) los pastores tenían como ayuda al perro pastor vasco, llamado artzai-txakurra. En muchos caseríos había un ratonero para cuidar la casa y el aficionado a la caza tenía además animales de raza setter y pointer.
En Bernedo (A) el perro usado por el pastor es de aspecto variable aunque predomina el muy lanudo y de tamaño mediano. El que se tiene para cuidar la casa atado a la puerta suele ser el mismo del ganado o uno lobo o de caza. También hay perros ratoneros que son de pequeño tamaño.
En Apodaca (A) algunos vecinos tienen perros de puerta o de caza y la mayoría mestizos y también sabuesos.
En Valdegovía (A) suele haberlos de caza de pluma, de liebre, de jabalí, etc., además de animales que son el resultado de diversos cruces y que sirven para cuidar la casa o hacer compañía. Con respecto a los perros de raza que hay en la zona, siempre son traídos de fuera.
En Arraioz (N) ha sido costumbre tener perros pastores y ratoneros.
Los gatos han sido animales frecuentes en todas las casas y su principal labor ha consistido en combatir los pequeños roedores. No se les han dispensado excesivos cuidados ni ha existido preocupación por la naturaleza de sus razas. En Sangüesa no conocían la existencia de razas determinadas de gatos, eran «de la tierra» y muy mezclados. Actualmente, y como animales de compañía, los hay siameses y de angora.
En Carranza la diferenciación que popularmente se establece entre los gatos se basa en los colores del pelaje. Existen gatos negros, blancos, marinos (rubios), bardos (pardos) y pintos con diversas combinaciones. Se asegura que los mejores cazadores son los bardos, que además presentan mayor corpulencia. Por el contrario, se estima que los blancos y los marinos son malos y demasiado delicados. Hoy en día algunos tienen gatos de compañía de raza siamesa y de angora.
En Abadiano (B) lo más que precisan los informantes es que los gatos suelen ser negros, marrones claros o pintos.
En Eugi (N) aunque los había de colores muy distintos, eran todos de la misma raza.
- ↑ En los últimos años hay autores que han comenzado a llamar a ciertos perros ratoneros de la comarca encartada «villanucos de las Encartaciones». Mariano GÓMEZ. Euskal Herriko bertako arrazak. Katalogo etnologikoa. Razas autóctonas vascas. Catálogo etnológico. Vitoria, 1997, p. 39.
- ↑ Archivo Municipal de Sangüesa L.A. 1911.
- ↑ Existen agrupaciones raciales caninas que han servido de ayuda a los aficionados a la caza si bien con escasa entidad como razas propias. Uno de ellos ha sido el sabueso vasco o del norte, cuya zona de origen estaba comprendida entre Cantabria y Navarra; han alcanzado mayor prestigio los perros del norte de Álava. Se utilizan en su mayoría en la caza del jabalí y son perros más longilíneos y de orejas mayores que el sabueso español. Vide Mariano GÓMEZ. Euskal Herriko bertako arrazak. Katalogo etnologikoa. Razas autóctonas vascas. Catálogo etnológico. Vitoria, 1997, p. 39.
- ↑ En un apéndice de este apartado se describe al pachón navarro o de Vitoria.